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Un año más, llega la Navidad a todos los hogares españoles, como ese manto que Dios extiende sobre nosotros para protegernos de la desventura y la fatalidad, como un bálsamo para nuestro dolor, para volver a recordar nuestros viejos sueños, y sentir en su anhelo la esperanza de tornar una España árida y hostil, con sus hijos enfrentados, en una España grande, unida y solidaria.
El año que termina ha sido un año vertiginoso y difícil, con un cambio de Gobierno que ha supuesto una invectiva cuasi totalitaria contra quienes defendemos que la Historia debe quedar para el estudio sosegado, desapasionado y objetivo de los historiadores, y que el reposo de los muertos es sagrado y nada ni nadie debe perturbarlo (sean del bando que sean, porque los muertos del bando llamado republicano, como pregona ese monumento a la reconciliación que es el Valle de los Caídos, erigido por Francisco Franco, también son nuestros muertos).
Se va este duro año sin que, gracias a Dios, hayamos tenido que asistir al triste espectáculo de la profanación de los restos de quien fue Jefe de Estado durante casi cuatro décadas, un período en el que los españoles hicieron posible, con su trabajo y su unidad, un cambio sin parangón en la historia de España, prolongado por otras casi cuatro décadas bajo el mando de quien Franco designo como sucesor a título de Rey, Don Juan Carlos I. Pero la fuente de la insidia es inagotable, y no dudamos de que en el año venidero arreciarán las dificultades, se buscará ahondar en ese relato de buenos (los de izquierdas) y malos (la derecha), se seguirá intentado profanar la tumba del Generalísimo, y se endurecerán las leyes buscando acallar toda versión que no coincida con la que apetece este Gobierno, que ensalza lo bueno pero oculta la tenebrosa y sangrienta historia de la izquierda española,. Somos conscientes y libraremos la batalla cultural con honor y caballerosidad, porque, como en el viejo credo, preferimos la derrota a la victoria que no sea clara y caballerosa.
Pero no todo ha sido negativo. Dios se manifiesta con su Luz incluso en los tiempos más tenebrosos, y este 2018 ha sido, por qué negarlo, un año en el que miles de españoles se han acercado con simpatía a la figura de Francisco Franco, y por ende, a esta Fundación Nacional Francisco Franco, que, fundada en 1976, constituye sin duda una fundación necesaria, por cuanto nos parece inconcebible que pueda carecer de interés analizar lo acontecido durante 40 años de la Historia de España. Es esta Fundación el último bastión de esa España que no se resigna al enfrentamiento y la discordia. Así pues, nuestro agradecimiento a todos los amigos, no sólo de España, sino de nuestra hermana Hispanoamérica, de Europa e incluso de Estados Unidos, que se han interesado por formar parte de nuestra Fundación, y por la figura del Generalísimo Francisco Franco.
Al calor de este interés, nace la Delegación Provincial de la FNFF en Guadalajara, que espera ansiosa el nuevo año que Dios nos regala para organizar distintos actos, a fin de que las nobles gentes de Guadalajara y su provincia puedan vencer el temor o el retraimiento a mostrar su interés por el franquismo. No están solas y ahora nos tienen con la mano tendida en su ayuda. Estos actos, presentaciones, coloquios y demás que pretendemos organizar, se comunicarán oportunamente, y confiamos en contar con la ilusión y apoyo de todos.
Los alcarreños nos encontrarán siempre en el punto exacto en el que quedaron sus viejos anhelos de concordia, paz, unidad, reconciliación, verdad, esperanza y grandeza de su patria. Ni un milímetro nos moveremos de esas coordenadas, como no se movió jamás el general Francisco Franco.
Que esta Navidad Dios nazca en el corazón de todos, y el año 2019 traiga a todas las familias de Guadalajara ventura, salud, prosperidad, unidad y trabajo en aras de una España mejor, sin odios cainitas ni divisiones suicidas. Que esta Navidad, como en el poema de Ezra Pound, nos mantengamos haciendo guardia en el Portal de Belén, junto al Niño, firmes en nuestros viejos sueños, para que el mundo (y España) sigan manteniendo la esperanza.
Feliz Navidad