“Me parece un acto deleznable”, asegura el presidente de la Fundación Franco, Juan Chicharro. “La estatua homenajea al comandante Franco, quien al frente de la I Bandera de la Legión acudió a salvar Melilla de las huestes rifeñas”. En su opinión, “libró a los melillenses de que les abrieran en canal como venían haciendo los rifeños tras la caída de Annual con todos los que se encontraban a su paso”. Para el general en la reserva Chicharro se trata de “historia de la ciudad, una ciudad en la que sus representantes insultan con esta decisión a sus ascendientes, que se avergonzarían hoy de ellos por traidores y desagradecidos”. Insiste el custodio del legado del “Caudillo” en que la estatua “es al joven comandante Franco y no tiene ligazón alguna con la Ley de Memoria Histórica”. Desde la Fundación Franco, “conjuntamente” con la plataforma Millán Astray, “emprenderemos las acciones legales que sean necesarias para evitar esta tropelía histórica”, concluye.