Las Brigadas Internacionales, ¿monumento a qué?

José Alfredo García Fernández del Viso, licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo

Hace escasas semanas, durante el mes de octubre se inaugura en Madrid por el Rector de la Universidad Complutense, José Carrillo, hijo del “héroe” de Paracuellos Santiago Carrillo, un monolito a favor de las conocidas como Brigadas Internacionales o mal llamadas por algunos “Luchadores por la Libertad”.

A dicho acto acudieron brigadistas nonagenarios, republicanos y muchos comunistas, destacando en el mismo la profusión de banderas republicanas tricolores.

El monolito contiene una frase de Dolores Ibarruri “La Pasionaria” que dice; “Sois la historia, sois la leyenda. Sois el Ejército heroico de la solidaridad y de la universalidad de la democracia”.

 Realmente, ¿qué fueron las Brigadas Internacionales?

 La historiografía de extranjeros luchando en el bando republicano durante la Guerra Civil española es sumamente profusa al respecto, existiendo gran mitificación de todo ello.

Al producirse el alzamiento nacional en julio de 1936 ya residían numerosos extranjeros de ideas izquierdistas en España, destacando el novelista André Malraux y el socialista italiano Fernando de Rosa Lenccini, que años antes atentó contra el hijo de Víctor Manuel de Saboya.

Coincide el estallido de la guerra civil con la celebración de las Olimpiadas Populares en Barcelona, una especie de pseudo Juegos Olímpicos como contrapartida a las olimpiadas oficiales celebradas aquel año en la Alemania de Adolf Hitler.

Algunos de los participantes acudieron los primeros días raudos y veloces a empuñar las armas en pos de la Republica y del proletariado.

Sin embargo muchos de ellos siguieron luchando en el bando republicano a instancias de las Brigadas Internacionales, ya que no estaban dispuestos a acatar las órdenes provenientes de la KOMINTERN, desafiando incluso un decreto impuesto por Vicente Rojo dónde se decía “que todos los extranjeros que prestan servicio al ejército, quedan encuadrados en las Brigadas Internacionales”.

La idea de constituir grupos de voluntarios para luchar al lado del Bando Republicano, no nace en España, sino que surge en Moscú, concretamente en septiembre de 1936, dónde la Komintern trata de captar a comunistas y algunos no comunistas para tal fin.

Sin embargo la idea es rechazada en un principio desde el gobierno republicano, pero el rápido devenir de los acontecimientos bélicos con el tremendo avance de las tropas nacionales hacia Madrid, hace que el 22 de octubre de 1936 se cambie de opinión.

Este cambio de posicionamiento naturalmente no resultó gratuito, sino que la financiación consistió en saquear las reservas de divisas del Banco de España para enviarlas posteriormente a Odessa.

Las Brigadas Internacionales llegaron a agrupar un total de 18.000 hombres, aunque la historiografía actual hable de cerca de 40.000,  la inmensa mayoría reclutados por el Partido Comunista Francés, aunque también destacaron los italianos, los austro-alemanes con más de 1500 hombres y los americanos encuadrados en el batallón conocido como “Abraham Lincoln”.

El 19 de julio en Barcelona cae en combate el considerado como el primer brigadista abatido, el atleta austriaco Mechter, procedente como ya indique anteriormente del grupo de deportistas de las Olimpiadas Populares.

Los brigadistas extranjeros llegaban a Barcelona en ferrocarril desde París dónde eran reclutados por el partido comunista francés y por el partido comunista de la Unión Soviética.

Las órdenes procedían del mismo Stalin, previo pacto con las autoridades republicanas. La Guerra Civil Española no fue entendida por las izquierdas como una opción para plasmar sus criterios liberales, sino que fue interpretada como una opción para implantar la Dictadura del Proletariado con su cara más feroz, buena prueba de ello fueron los países centro europeos entregados a Stalin tras el final de la II Guerra Mundial.

Desde Barcelona se les trasladaba al centro de operaciones establecido en Albacete, dónde se les entrenaba y se les impartían las órdenes pertinentes, exceptuando al Batallón Lincoln concentrado dentro de la Brigada XV en Figueras, provincia de Gerona.

El líder comunista francés André Marty, apodado como veremos por méritos “el carnicero de Albacete”, hombre de plena confianza de Stalin será nombrado Jefe de la Base de Albacete, bajo el cargo oficial de inspector general.

Hubo brigadistas de varios países, estableciéndose batallones distintos dentro de cada brigada, muchos de ellos los formaban individuos de la misma nacionalidad para fomentar la integración y el aprendizaje en las distintas materias bélicas.

En total se constituyen seis Brigadas, arrancando su numeración en la número XI ya que el ejército republicano había creado anteriormente diez Brigadas Mixtas Españolas. Estamos hablando de las siguientes Brigadas Internacionales;

 –          XI Brigada; formada en octubre de 1936 contando con tres batallones.

–          XII Brigada; creada en noviembre de 1936 también sustentó a otros tres batallones.

–          XIII Brigada; nacida en diciembre de 1936 con cuatro batallones.

–          XIV Brigada; también con cuatro batallones.

–          XV Brigada; formada en febrero de 1937 sustentando a cuatro batallones formados por yugoslavos, británicos, norteamericanos y franceses.

–          150 Brigada; creada en julio de 1937 con un solo batallón de húngaros en su totalidad.

–          129 Brigada; con tres batallones en abril de 1938.

Las primeras acciones de guerra en las que participan brigadistas son en Madrid en noviembre de 1936, estableciendo el cuartel general de las mismas en la Facultad de Filosofía y Letras. Sus combates son escasos ya que la preparación era mínima, frente a las tropas nacionales de Varela en los alrededores de la Casa de Campo los Brigadistas de la XI, XII y XIV sufren sus primeros reveses serios.

Mientras la XV Brigada integrada sobre todo por rusos, norteamericanos y británicos se enfrenta en febrero de 1937 a las tropas nacionales en la Batalla del Jarama. Esta Brigada capturó decenas de prisioneros nacionales, con un final desde luego nada democrático y libertario hacia los mismos.

Otra de las batallas de la guerra civil, dónde también intervienen, es la Batalla de Belchite en 1937 dónde participaron la XI y la XV. Mientras en la Batalla de Guadalajara del 9 de Marzo de 1937 combatieron parte de la XI y la XII cosechando gran cantidad de bajas.

Como vemos fueron varias las batallas en las que extranjeros al servicio del comunismo participaron de un modo activo, las ordenes de la KOMINTERN no eran fácilmente desobedecibles, ya que sino el castigo era severísimo.

Los líderes del Kremlin confiaban sobre todo en el terror, una “política” que aplicaron allá dónde impusieron sus regímenes dictatoriales, y como no podía ser de otra forma, España no se abstrajo.

André Marty constituyó el mejor ejemplo de Brigadista o de “Luchador por la Libertad”. Establecido en Albacete como ya indiqué, causó estragos entre la población civil manchega ordenando asesinatos sumarios sin causa alguna, previa tortura del finado. Tales fueron sus fechorías que se ganó el calificativo del “carnicero de Albacete”. En un informe enviado al Comité Central del Partido Comunista Francés, el 15 de noviembre de 1937, indica sin rubor de ningún tipo: no vacilé y ordené las ejecuciones necesarias. Las ejecuciones ordenadas por mí no pasaron de quinientas”.

La medicina del “terror” la aplicó así mismo entre sus compañeros de ideas, bajo pretexto de un nulo rendimiento o cobardía en el frente, ordenó fusilar sin juicio de por medio a decenas de compañeros comunistas. Todo ello vuelvo a repetir con la aquiescencia de Stalin.

Sin embargo en julio de 1937 el Comité de Londres para la No Intervención en la guerra civil española, acuerda la retirada de las fuerzas extranjeras. Ante ello el gobierno republicano da la orden para que sólo las tropas españolas luchen contra los nacionales, sin embargo la falsedad está detrás de todo ello, ya que meses después llega la orden a la base brigadista de Albacete para que se incorporen en el frente de Aragón, concretamente en Teruel para intentar frenar el avance de Franco con sus tropas.

El Frente de Aragón constituyó el principio del fin de las Brigadas Internacionales, sufrieron gran cantidad de bajas, de hecho tras la famosa Batalla del Ebro sólo quedan unos 3.500 brigadistas encuadrados. Ante ello Juan Negrin intenta un proceso de pacificación mediante un edicto de trece puntos dónde se compromete a la eliminación de elementos extranjeros dentro del ejército republicano. Franco se niega consciente de su superioridad y de sus avances, próximos ya a la conquista de todo el territorio patrio.

Desde el plano internacional los problemas también se sucedían para las brigadas. Francia cambia de gobierno en 1937, accediendo al mismo gobernantes derechistas, con lo que el reclutamiento por parte de los comunistas franceses de miembros brigadistas cada día era más problemático. Mientras que la URSS era poco a poco consciente de la victoria de Franco por lo que apoyaba la posibilidad de que numerosos militantes comunistas integrados muchos de ellos en las brigadas, abandonaran paulatinamente España ante la derrota de las huestes republicanas.

Dicha derrota a “los luchadores brigadistas” les costará realmente cara, ya que al regresar a sus países de origen, sufrieron las represalias comunistas, debido a la ocupación de muchos de sus países por fuerzas soviéticas. Así es como conocemos a través de numerosos documentos como decenas de hombres perdieron la vida ante un pelotón de fusilamiento de sus mismas ideas.

El final de su estancia en España era inminente, con lo que comienzan por parte de los republicanos los homenajes hacia los extranjeros brigadistas, confluyendo todos ellos en el Homenaje celebrado en Barcelona el día 28 de octubre de 1938 dónde los internacionales desfilaron por la Avenida Diagonal bajo el lema “Caballeros de la Libertad del Mundo, ¡buen camino!”

De este modo a finales de 1938 y comienzos de 1939, los escasos 3.000 brigadistas se vuelven hacia sus países de origen con la derrota en sus espaldas.

Las Brigadas Internacionales no han sido unos grupos de jóvenes luchadores por las libertades, no constituyeron batallones de románticos. Gran parte de historiadores intentan convencer a la opinión pública de ello, sin embargo la historia que como definición más básica tiene por ser “la ciencia que estudia los acontecimientos del pasado”, muestra otras circunstancias totalmente distintas, dónde se saquearon las arcas del Estado para que el comunismo Internacional pudiera intervenir en nuestro conflicto civil, en cierto modo se produjo una transacción, de oro por hombres. Dónde las victimas causadas en retaguardia son elevadísimas, y dónde los desmanes con saqueos allá dónde participaron constituyen un acontecimiento nefasto.

Por tanto, un homenaje en el año 2011 a los Brigadistas Internacionales, es un acto de afirmación a los horrores que causaron en España, a la cantidad de viudas y huérfanos que produjeron en nuestro suelo patrio entre españoles.

La actual Ley de Memoria Histórica tiene estas “peculiaridades”, algunos pueden enaltecer sus bochornosas acciones para ejemplo de cientos de estudiantes que lo observaran día tras día en su discurrir académico, sin pensar las verdaderas consecuencias.

BIBLIOGRAFÍA

 –          Comín Colomer, Eduardo, La Personalidad Masónico-Comunista de André Marty, el carnicero de Albacete, 1948.

–          La dominación roja en España. Causa General. Dirección General de Información, Publicaciones Españolas, 1961.

–          Moa, Pío, De nuevo las Brigadas Internacionales, Libertad Digital, 2011.

–          Requena Gallego, Manuel, La Guerra Civil Española y las Brigadas Internacionales

–          Vidal, César, Las Brigadas Internacionales, ed. Espasa Calpe, 1998.

 

 

 

 

 

 

 


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