Majestad: examen de conciencia

 Ángel Garralda García

    Son sus palabras: “Lo siento mucho. Me he equivocado. Y no volverá a ocurrir”.

    Muchos se preguntan: ¿Qué es lo que siente mucho? A simple vista, parece que lo que siente mucho es el haberse equivocado; lo que certifica, en cuanto, apoyado en dos muletas, se ha podido asomar al balcón de TVE, contrito y con propósito de enmienda de que “no volverá a ocurrir”.

    Pero, ¿en qué consiste la equivocación? Porque, si sólo “lo siente mucho” porque se ha descubierto la pastelada de Botsuana, con la que está cayendo en España, malo. Si sólo “lo siente mucho” por la solemne publicidad mundial propiciada por un resbalón regio con rotura de cadera, certificando ante el mundo entero la faena cinegética en Botsuana con todas sus circunstancias y consecuencias, peor.

    Claro que el dichoso resbalón le ha jugado una mala pasada. Peor hubiera sido si el elefante acosado se hubiera defendido dándole con la trompa un mayestático trompazo.

   Lo que queda demostrado es que contra los hechos se estrellan todas las teorías; que no da resultado tirar la piedra y esconder la mano; y que cada uno es responsable de sus actos.

    Pero, Majestad, si con un examen de conciencia a fondo hacemos calicatas en los sentimientos de su corazón, ¿no le hace sufrir infinitamente más, que en España se hayan asesinado el año 2011, 151.000 niños antes de nacer, cuando uno solo de esos inocentes vale más que todos los elefantes del mundo? ¿No le remuerde más la conciencia por promulgar y hacer respetar la peor ley del aborto del mundo? ¿Cabe mayor equivocación que convertir el mundo en un manicomio por la locura de asesinar en la mayor impunidad a millones de seres humanos, los más inocentes, en la fuente de la vida que es el seno materno, donde Dios construye la mayor maravilla de la creación?

    ¿Qué valor trascendental supone el “no volverá a ocurrir” la equivocación de irse de caza de elefantes a Botsuana, si en su Patria , que es su Reino, se les impide anualmente el derecho a vivir a 151.000 nascituri que Dios quiere que sean súbditos del Rey de España? Este año 2012, se va a reproducir la misma matanza legal de inocentes que el año 2011? ¿No es capaz de decir, “lo siento mucho. Me he equivocado. Y no volverá a ocurrir”? Si por matar un elefante en Botsuana, se ha visto obligado a reconocer humildemente su equivocación, lo que le agradezco, porque le duele que la monarquía haya quedado tocada, al sentir del Pueblo Español, también dijo con mucha más razón Monsr. Guerra Campos, que la monarquia española quedó tocada, yo añadiría mucho más tocada, con la promulgación de la Ley del Aborto.

    Si el Parlamento español afirma que el Rey es irresponsable a la hora de promulgar una ley contra la ley de Dios, lo que no me cabe en la cabeza, lo que verdaderamente es importante es si Dios lo tiene a S.M. por responsable de sus actos.

    Concluyendo: tiene importancia relativa su resbalón rompiendo la cadera por cazar elefantes den Botsuana, con la que está cayendo en España. Lo que tiene importancia trascendental es el descenso de natalidad en España, por culpa de la ley del aborto, aberración inconcebible entre las bestias más bestias, una vez abierta la veda para cazar niños antes de nacer, asesinados por su propia madre, que va a quedar estresada para toda su vida, cuando el remordimiento le obligue a ver sus manos manchadas de sangre, en lugar de la alegría del cielo propiciada por las caricias de su hijo; disfrutar de la mirada más tierna de los ojos de su hijo y del beso más bello de unos labios colgados de sus pechos. Lo que tiene importancia trascendental es que las mujeres musulmanas tengan más hijos que las españolas.

    Hay que acabar con la ley que provoca el crimen abominable. Deseo con todo mi corazón que un día diga S.M. “Lo siento mucho. Me he equivocado. Y no volverá a ocurrir.

    

 

 

 

 

 


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