Un marroquí pintarrajea el monumento a Don Juan de Austria situado en Ratisbona, Alemania, pidiendo su eliminación. En su reivindicación colocó también una bandera turca y otra de Al-Ándalus.
Gracias a nuestro actual sistema político, ser español ha pasado en 40 años, de ser una de las pocas cosas serias en el mundo, a ser de lo más ridículo y risible.