Nos batiremos hasta el final, por el Gral. Juan Chicharro Ortega

Juan Chicharro Ortega

General de División de Infantería de Marina (R)

 

Escribo estas líneas lejos de los pormenores de la batalla jurídica y mediática del día a día desde que el Sr. Sanchez manifestó su perversa intención de exhumar los restos del Caudillo del Valle de los Caídos.

Escribo estas líneas desde lo que me dicta el corazón y los sentimientos en la defensa de la verdad histórica de lo que representó la  figura del Generalísimo Franco para España

Escribo estas líneas perplejo del odio y rencor que una parte de nuestra sociedad muestra hacia una gran parte de sus compatriotas por el mero hecho de no compartir sus ideas. Nos dicen que es intolerable la presencia de los restos del Generalísimo en el Valle mientras que otros tenemos que soportar con repugnancia monumentos de homenaje como, por ejemplo, a Largo Caballero y a otros más en Madrid.

Sí, escribo estas líneas también con rabia contenida ante la puesta de perfil e indiferencia de personas, instituciones y partidos ante la ignominia que pretende perpetrar el Sr. Sánchez jaleado por sus huestes sociocomunistas.

Así, tenemos a un Partido Popular falto de principios y valor para defender lo que defendieron con sangre y tanto sacrificio, en la guerra y en la paz, sus padres y abuelos. Y otro sí cabría decir de C,s. Otro partido que nunca se sabe dónde está salvo cuando se trata de los intereses personales de su partido. Lo asombroso es que me precio de tener buenos amigos en ambos partidos muy alejados de la posición de sus dirigentes. Hasta cuando?

Nos encontramos con una Jerarquía Eclesiástica callada y distante ante todo lo que está sucediendo en España y muy en especial por su indiferencia en la defensa de la persona a quién debe su existencia. Sin la victoria de Franco en 1936 la Iglesia católica en España habría sido exterminada.

Anoche en una entrevista radiofónica el locutor me preguntaba que como era posible la permanencia en un Estado democrático de la tumba de un “dictador” en el Valle de los Caídos. Comoquiera que no es dudosa la ideología del entrevistador me preocupó que esta persona no fuera capaz de discernir que quien allí está enterrado es la persona que salvó a España del comunismo internacional, evitó la entrada de España en la IIGM y propició la mayor transformación social de España en toda su historia.

¿A qué punto de adoctrinamiento colectivo ha llegado nuestra sociedad?

¿Cómo es posible que exista este desconocimiento de lo que significó Franco? Así se entienden las posturas relativistas de quienes deberían tener la honradez y honestidad de enfrentarse a los propósitos de la izquierda sectaria y neocomunista.

Al menos, en estos momentos, entre tanta mediocridad, parece vislumbrarse un oasis de luz en el Tribunal Supremo que no parece plegarse a la barbarie de nuestro Gobierno y acólitos y que atiende sólo a la justicia y a las leyes que definen lo que es un Estado de Derecho.

Más también nos encontramos con el despertar de muchos españoles que hartos ya de tanta basura comienzan a verse reflejados en movimientos emergentes. Muchísimos son los jóvenes que acuden a la llamada de la historia y salen a las calles portando banderas españolas, esas que sus padres habían olvidado.

Y mientras tanto el Generalísimo sigue en el Valle, transcurridos ya seis meses del anuncio del Sr. Sánchez, y ahí deberá seguir porque es legado de nuestra historia y patrimonio de millones de españoles que tanto le deben y no olvidarán nunca.

Siquiera como Asterix en Petibonum unos pocos con el apoyo creciente de otros muchos que despiertan NOS BATIREMOS HASTA EL FINAL esperanzados en la victoria porque mientras que los enemigos de España utilizan la razón de la fuerza nosotros tenemos la fuerza de la razón y la voluntad inquebrantable de vencer.

 

 

 


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