Nuestras Delegaciones informan. Huesca

HONRANDO A LOS VOLUNTARIOS DE SANTIAGO EL DIA DEL PATRON DE ESPAÑA

Apretaba el sol de lo lindo en la Hoya de Huesca la mañana del 25 de Julio. Como sin duda apretaría en la mítica jornada que en Clavijo, 1156 años atrás, había dado la victoria a las armas cristianas frente a los musulmanes. Pero ni el agobiante calor ni la amenaza de este insidioso virus COVID 19 que se empeña en arrebatarnos salud y libertades – que otros aprovechan para  deslizarnos a su “nuevo orden mundial” – impidieron que un grupo de patriotas, movilizados por la recientemente creada Delegación de la Fundación Francisco Franco en la provincia de Huesca, se concentraran sobre la capital del alto Aragón para celebrar la festividad de Santiago, Patrón de España y rememorar la recia defensa de la plaza de Huesca, confiada a los Regimientos de Infantería Galicia 19 y Valladolid 20 apoyados en una gran cantidad de voluntarios encuadrados en banderas de la Falange, los Voluntarios de Santiago, que con su decidida presencia en el estratégico enclave de Estrecho Quinto, al NE de la ciudad, se batieron con denuedo, quebrantando la enérgica ofensiva republicana proveniente de Barbastro entre los días 12 y 16 de Junio de 1937 al mando del comunista Manfred Stern “Kleber” que contaba con la nada despreciable masa de maniobra de 8 brigadas, dos de ellas brigadas internacionales.  El resultado es bien conocido de todos. Fracasó la ofensiva y Huesca, tras soportar un numantino asedio de más de 600 días, continuó en manos nacionales.

            Los participantes puede que no fueran muy numerosos, apenas rebasaban la cuarentena – tampoco fueron muchos los que cruzaron la raya marcada en la arena por Francisco Pizarro y a la postre conquistaron el reino de Perú – Pero si se dejaron ver, muchos de ellos luciendo orgullosos sus camisas azules con el yugo y las flechas bordadas sobre su pecho, luciendo sus guiones y banderas y de la Organización Provida Círculo AMAVI. Patriotas provenientes de Monzón, Huesca, Zaragoza, Barbastro, Figueruelas, Igualada y hasta de Valencia  nos fuimos concentrando en la céntrica  calle de Miguel Servet – Lastanosa, frente a la imponente Iglesia jesuita de San Vicente el Real, donde estaba preparado el primero de los actos programados, para orar por España y rememorar y honrar a nuestros caídos, como no podría ser de otra forma.

A las 11 en punto entramos en la iglesia a los pies de cuyo altar mayor se extendía una bandera de España y ante el que se habían depositados un centro de flores, una corona de laurel y las cinco rosas. El Rvdo. Padre José Ramón Villobas, un cura sin pelos en la lengua,  de los de siempre, ofició la misa de Santiago, invitándonos a rezar y a cantar con él, desde el Himno de la Alegría, con el que abrió los oficios hasta la Muerte no es el final, con el que concluimos. En su homilía no habló más que de oración, de reconciliación de respeto a los muertos ¡cómo nos confortó Don Ramón con sus palabras!

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Finalizada la misa nos desplazamos al paraje de Estrecho Quinto. No tiene pérdida. En el punto más angosto de la carretera de Barbastro, no lejos de la fortaleza de Montearagón, una imponente cruz  se eleva sobre un risco y marca el lugar defendido por los Voluntarios de Santiago. Allí, junto a la cruz, de escucharon hondas palabras que no se llevó el viento ni el imponente calor pudo evaporar. Tras un somero pero vibrante relato de los hechos y en sucesivos turnos de palabra se habló de compromiso, se habló de valores, de reconocimiento debido a los que allí cayeron. Se recordó a una España dividida. Quiera Dios nunca vuelva a verse en tales circunstancias, pero también se recordaron las causas que provocaron tan trágica desunión y donde está la raíz del problema. Y allí, en presencia de todos los asistentes, la Delegación Provincial de la fundación Francisco Franco, recibió simbólicamente en el abrazo a su titular, Alberto Val, por el General Coloma coordinador de las delegaciones de la Fundacion, su confirmación entre las 38 delegaciones distribuidas por toda la geografía nacional.

Con un sencillo pero vigoroso homenaje a los voluntarios de Santiago, con los banderines tremolando bajo el inclemente sol de la canícula oscense, mientras les cantábamos comprometidos que “la muerte no es el final”, dábamos por concluidos los actos en aquel soberbio paraje, no sin antes entonar nuestros himnos patrióticos.

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Finalmente y en un mesón de la zona, degustamos en franca camaradería los ricos productos de esta tierra. Tiempo de compartir vivencias, ideas, experiencias, pero también de comprometernos con nuestros valores y principios. A los postres, Alberto Val entregó, un simbólico banderín de su recién inaugurada Delegación, en presencia del Delegado de Zaragoza Rogelio Rodrigo, al coordinador de la Fundación. El General Coloma lo recogió en nombre del presidente y se comprometió a que tan sencillo e ilustrativo obsequio formará parte de un espacio que tiene intención de habilitar en la sede central en Madrid, en el que estén representadas todas nuestras delegaciones para sentirlas más cerca de esta manera.

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Gracias a la Delegación de la FNFF en Huesca y a todos los participantes ¿Qué mejor forma de celebrar el Patrón de España que asistiendo a una misa, honrando a los que contribuyeron a hacer grande nuestra patria y confraternizando con amigos y camaradas con los que compartimos, valores, principios y compromisos de futuro


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