Pero, ¿qué desastre es este?, por Juan Chicharro Ortega

Juan Chicharro Ortega

Presidente Ejecutivo de la FNFF

 

Sí, el que estamos viviendo en España como consecuencia de las andanzas de un serie de incompetentes y sectarios políticos que se han instalado en el poder. Y no me vengan con zarandajas de que así es la democracia y por lo tanto es lo que han querido los españoles. ¡ Basta de mentiras ya ! de ninguna manera los que ocupan los sillones del Parlamento representan al pueblo español.  Más bien son el resultado que nos da una Ley electoral nefasta que en ningún caso propicia una representación justa. En absoluto. De poderse llevar a cabo unas elecciones donde los elegidos fueran verdaderamente representativos del sentir y pensar de la gran mayoría de nuestros compatriotas la situación sería bien diferente y desde luego esta ralea de políticos cuasi analfabetos no estaría en el poder.

Estamos inmersos y somos esclavos de un sistema partidocrático, que no democrático. Estamos sujetos a los dictados de poderes ocultos y a los intereses de estos que son los que mueven a los partidos políticos y nos tienen a los españolitos como sus títeres. Y además, también, contraviniendo el propio articulo 6 de la Constitución que si no recuerdo mal nos dice que los partidos deben ser el reflejo de la voluntad popular cuando está claro que en la realidad sucede todo lo contrario : son los partidos los que modulan la opinión popular a su antojo en beneficio de sus propios intereses.

Sí, todo esto es un desastre descomunal. Agravado además porque encima tenemos que soportar en esta ocasión a un Gobierno social comunista que al más puro estilo “gramsciano” nos va a llevar al desastre de la utopía comunista bolivariana ante la parsimonia de todos los presentes. Y aún más grave, llevándose por delante la unidad incuestionable de nuestra Patria que ya sufre desgarros muy importantes y por supuesto los dictados de nuestra  propia Constitución.

Escribo desde la Fundación Nacional Francisco Franco y cuanto más leo lo que pensaba el Generalísimo de un sistema caduco como en el que nos encontramos más me maravillo de su visión clara de donde veníamos y a donde nos encaminamos.

Nos decía Franco :

«La política no existe sin el diálogo. El diálogo es la base de la política. Podrán tener unos hombres la responsabilidad de Gobierno, pero su política estará siempre vacía si no existe el diálogo; pero no el diálogo anárquico, no el artificioso de los partidos políticos suplantador de las verdaderas estructuras nacionales, sino el diálogo directo con los representantes directos de estas propias estructuras.»

«Repudiar el sistema de partidos por lo que tiene de disgregante y envilecedor no es desconocer la diversidad de opiniones; sino hacer que se expresen por sus legítimos cauces representativos en vez de enfrentarse de modo irreductible. Queremos libertad de opiniones, pero no al servicio del antagonismo permanente de los partidos, sino libertad para llegar a un entendimiento-solución. La razón de ser de los partidos políticos estriba justamente en lo que divide, no en lo que une. Nosotros, en vez de hacer crónicas las discordias, buscamos la unidad dentro de la libertad responsable y de la crítica fundamentada y solvente.»

Y hablándonos de nuestro desastroso pasado en el siglo XIX y principios del XX nos decía lo que para mí es de rabiosa actualidad :

«De todos es sabido cómo se realizaban las elecciones, cómo se fraguaban los partidos políticos, cómo se arrastraban a los electores para conseguir su voto. Unas veces se explotaba la espiritualidad, pidiéndole a la Iglesia influencia para obtener sus votos ; otras acudían a los empresarios y patronos, para, a través de la fuerza, del mando y del dinero, coaccionar a los electores. mientras otras explotaban las pasiones de los trabajadores a través de las organizaciones sindicales, para pedirles sus votos, comprando a sus primates para que no votasen y obtener una ventaja en la elección.Todos hemos conocido, especialmente los que ya somos viejos, la ficción de los partidos políticos, en los que la relación entre representantes y representados se limita a la elección entre varios nombres que los comités de los partidos les presentan, y que en la casi totalidad de los casos los electores desconocían; pero una vez lograda la investidura obraban a su antojo, sin tener en cuenta los intereses y la voluntad de los votantes.

Me podrán tildar como quieran los demócratas actuales al uso pero comulgo por completo con cuanto he transcrito del pensamiento de Francisco Franco. Son verdades como puños y la simple observancia de nuestra situación política presente me reafirma en mi convicción de que la desastrosa situación presente de nuestra Patria tiene su fundamento en esta desaguisada partidocracia. Y que conste que no rechazo en absoluto los principios democráticos. Para nada. Pero va siendo hora de que los españoles mostremos nuestra repulsa , el asco y el desprecio por una situación en la que nuestra voluntad está supeditada a la tiranía de los partidos políticos predominantes y que engendra una división y enfrentamiento entre españoles que ya creíamos superada. Una división alimentada y sustentada por nuestros gobernantes socialistas separatistas y comunistas por venirles como anillo al dedo para sus ansias destructoras de nuestra Patria.

La consabida y manida frase de “es la economía estúpido” es perfectamente transpolable a “ es el sistema estúpido” ; sí , España es en estos momentos un auténtico desastre como consecuencia del sistema partidocrático dominante al que se aferran con fuerza todos aquellos que en otras circunstancias de la vida no serían más que floreros pero que aquí medran a costa de la estupidez consentida de todos los españoles.


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