PP y PSOE han destruido el futuro de España

 
 
Roberto Centeno
 El Confidencial
 
 
   Mientras España sigue empobreciéndose sin pausa*, una miserable casta política hundida en un mar de corrupción y de ignominia se dedica a pelearse en un todos contra todos por lo único que les importa: sus intereses bastardos. Más impuestos y nada de recortar gasto, plantea un Rubalcaba enloquecido, en el que ya no confía el 91% de los ciudadanos, y Rajoy con un rechazo del 88%, a palos con Aznar, mientras España naufraga y millones de españoles se empobrecen cada día. Esta chusma despilfarradora y corrupta, que ni siquiera cree en su patria, ha destruido el futuro de España.
 
   En un pasado no lejano, toda persona que después de años de esfuerzos y sacrificios, de sus padres y de ella misma, terminaba una carrera, tenía garantizado un empleo seguro para toda la vida, y lo mismo cabe afirmar de los que empeñaban su esfuerzo en una seria preparación en las escuelas profesionales. Ahora, por la desastrosa gestión y la corrupción generalizada de los distintos Gobiernos del PSOE y del PP, los nuevos españoles ya no tienen garantizado ni un trabajo ni un futuro. Más de la mitad de la juventud nunca encontrará un empleo y o se resigna a vivir con sus padres o tiene que emigrar. El único porvenir está en las juventudes de partido, es decir, en el nepotismo y en la corrupción.
 
   Y no crean los ilusos que esta triste realidad es pasajera, nada más lejos: es también válida para aquellos niños que hoy están en primaria y secundaria, llenos de ilusión y de vida pero sin ningún porvenir, porque sus padres han resultado ser unos ignorantes que ni siquiera ven lo obvio o unos cobardes incapaces de defender su futuro. Cuando estos niños terminen sus carreras, después de haber sufrido privaciones sin cuento, sin ayudas para libros, sin ayudas comedor, sin becas y con recortes de todo tipo, desembocarán en el pantano donde hoy se hunde la generación anterior porque tampoco encontrarán trabajo.
 
   El tema es tan extremo que hasta de los titulados en la grandes Escuelas, Caminos, Minas y Energía, Industriales o Arquitectura, la mitad no encuentra trabajo y la otra se coloca con sueldos de miseria, entre 1.000 y 1.500 euros al mes, mientras que los golfos de la casta política, sin preparación alguna, se colocan a miles como asesores, directores o coordinadores, con sueldos de 7.000 euros al mes sin dar golpe. ¿Cómo es posible que el PP, en lugar de desplomarse, y por mucho que esté cocinada la encuesta del CIS, haya subido más de un tercio en intención de voto?, ¿pero es que la gente se ha vuelto loca?, ¿es que no ve cómo la situación va a peor para el 80% de las familias, que esto no es coyuntural y durará décadas? Los votantes del PP y del PSOE son los verdaderos culpables.  
 
Por cada euro de crecimiento nos hemos endeudado en seis
 
   Y esa es sólo una parte del problema. La otra es el mayor nivel de endeudamiento conocido jamás; sólo la deuda pública supone ya una carga brutal de intereses por familia de 2.500 euros año, o de 5.000 al año durante 30 para amortizarla. La acumulación primitiva de capital en Marx se ha sustituido hoy por una acumulación masiva de deuda. España ya no acumula capital, sino deuda. Y como está dominada por una oligarquía financiera, la acumulación permanente de deuda va acompañada de un impresionante enriquecimiento de los señores del dinero. Estos reciben dinero ilimitado del BCE, al 0,25%, con el que financian el despilfarro incontrolado de las Administraciones Públicas con un beneficio del 3%, privando de crédito al mercado de producción y consumo, y los escasos afortunados que llegan a ser deudores tienen que pagar hasta el 16%.
 
   Es tan increíble, es tan alucinante, que resulta casi imposible de creer el trío de inútiles, despilfarradores y desalmados que tenemos: Aznar, que se ha vuelto amnésico en sus memorias, que se infló a colocar a sus amigos en las empresas privatizadas y rindió España a Jordi Pujol; Zapatero y Rajoy, con los que, por cada euro de riqueza creado durante sus mandatos, nos endeudaron en seis, lo que significa que han arruinado el futuro económico de España para varias generaciones. Entre 2000 y 2012, el PIB se incrementó en 410.000 millones, pero la deuda total creció en 2,4 billones, un despilfarro y una asignación de recursos directamente criminal.
 
   La deuda española total, pública y privada, a junio 2013 era de 4,45 billones de euros, una cantidad absolutamente imposible de devolver, equivalente al 434% del PIB. Se ha multiplicado por más de cuatro desde la infausta Transición, pero especialmente con el gran salto a partir del año 2000. La deuda de las familias es de 813.000 millones; la de las empresas no financieras, de 1,3; la de los bancos, de 1,1 billones, y la del sector público, de 1,24 (pasivos en circulación), que están creciendo al mayor ritmo de la historia. Las dos primeras han venido reduciéndose, pero no tanto porque hayan ido repagando deuda, sino porque en la mayoría de los casos no la han podido devolver y les han embargado el piso o la empresa, con lo que la deuda baja, pero a base de destruir la nación.
 
   Justo en sentido contrario, bancos y sector público no sólo no han reducido deuda, es que siguen endeudándose sin pausa. En el caso del sector público porque no están dispuestos a cortar el despilfarro político que nos obliga a endeudarnos en casi 100.000 millones de euros adicionales cada año; y en el sector bancario, cuya deuda es la mayor de toda la zona euro en relación al PIB, el doble que la griega y el triple que la italiana, porque son insolventes. No les bastó consumir todo lo que España producía, sino que en su denodada lucha para mantenerse en sus poltronas no han dudado en hipotecar a los españoles más allá de lo imaginable.   
 
El déficit de 2013 será del 9%, no del 6,5 comprometido
 
   Según explicaba Bloomberg, la mayor agencia económica mundial, hace unas semanas, “la UE está crecientemente preocupada por el falseamiento sistemático de los datos de déficit en España”. En Bruselas existe una seria inquietud por la falta de veracidad de los datos de realización presupuestaria, particularmente en las comunidades autónomas, donde han detectado desviaciones de hasta el 50% en los déficits comunicados a Eurostat por Madrid y otras.
 
   Una de las trampas del Gobierno para reducir el déficit porcentual es comparar el déficit en cifras absolutas con el PIB estimado por ellos, no con el real. Si en septiembre comparamos el déficit del Estado con el PIB real acumulado, este resulta del 4,8%, y el cuarto trimestre es siempre el de mayor gasto. En 2011, de 54.000 millones, frente a una media de los tres trimestres precedentes de 36.000; en 2012 la cifras fueron 45.000 y 40.000, debido a que Montoro retrasó 7.000 millones de devoluciones de impuestos a 2013, y este año ya no lo puede hacer porque Bruselas lo ha prohibido, y también la paga de Navidad, otros 5.000 millones. Aunque ya no se paga ni una factura desde octubre, estamos hablando de 17.000 millones extrapolando la situación del 4T12.
 
   Respecto a los ingresos, estos son también más altos, y alcanzaron 11.000 millones más que en los trimestres precedentes en 2012. Una extrapolación nos llevaría a un déficit adicional de 6.000 millones en el cuarto trimestre, o un déficit estimado del Estado del 5,3%. El déficit de las comunidades se estima hoy siendo muy optimistas en el 1,8%, y el de la Seguridad Social, que perderá casi 400.000 afiliados, del 1,5%. El resumen optimista es del 8,8%; por encima del 9% si le sumamos el rescate bancario de nunca acabar. En términos de caja, el déficit del Estado a septiembre resulta superior en un 20,5% al del año anterior, ya que mientras los ingresos no financieros caían un 1,1%, a pesar de haber elevado los impuestos a un nivel confiscatorio por el empobrecimiento de los ciudadanos, los gastos subían en un 5,4%.
 
   Pero como la presión fiscal confiscatoria no basta, Montoro ha dado orden a la Agencia Tributaria de pasar a una nueva fase: el saqueo. Igual que durante la Guerra Civil el Gobierno de la República saqueó todas las cajas de seguridad de los particulares para así financiar su retiro de lujo en México, Montoro ha puesto en marcha la misma práctica. Si usted le debe dinero a Hacienda, los inspectores van a su banco, le abren la caja de seguridad y se llevan todo lo que haya. Se trata de un robo inaudito ya que en un Estado de derecho esto sólo puede hacerse en casos de terrorismo o narcotráfico.
 
   Pero no acaba aquí la cosa, además le abren una paralela para averiguar de dónde procede dicho dinero, las joyas o lo que sea que encuentren, y al final no sólo saldan la deuda, también se acaban quedando con el resto. El siguiente paso será entrar en casa de los contribuyentes cuyas declaraciones presenten dudas, abrir la caja fuerte a punta de pistola y, si consideran que lo que hay en ella —más los muebles, obras de arte, etc.— no es coherente con su declaración, le montarán una paralela y se llevarán hasta los colchones. Es la España del saqueo y la corrupción a gran escala.
 
   Y respecto a la recuperación, la mayoría de indicadores de producción y demanda muestran lo contrario. Los indicadores adelantados como el ESI o el PMI, y los indicadores de confianza muestran una fuerte desaceleración, lo que es radicalmente incompatible con las afirmaciones de este Gobierno de tramposos. El consumo de electricidad corregido ha caído en octubre un 1,2%, más que el mes anterior, que lo hizo en un 1,1%, o sea que vamos a peor y no a mejor. Y luego los resultados de las empresas del Ibex en el tercer trimestre de 2013 han sido un desastre en sí mismos, y la bomba en comparación con los de sus homólogos europeos y americanos. Sólo tres empresas han superado expectativas; el resto han presentado resultados muy por debajo de lo esperado, y Repsol y Telefónica las peores cotizadas en su sector.
 
   En los bancos, el crecimiento imparable de los impagados y la fuerte caída de las coberturas es totalmente incompatible con los mil anuncios del fin de la recesión. Una nueva recapitalización es inevitable, ¿hasta cuándo aguantarán los ciudadanos? Para empezar, Guindos va a avalar a las entidades con nuestro dinero —otros 60.000 millones de euros—, para que Bruselas se trague el camelo del diferimiento fiscal sin el cual ningún banco cumpliría Basilea III. La cifra de impagados es impresionante.  
 
   Es el mayor desastre mundial de un sistema financiero: les hemos entregado, garantizado o avalado, más de 330.000 millones —con los nuevos 60.000— y todavía tienen 352.000 millones en activos problemáticos. ¿Se dan cuenta de lo que España habría conseguido cerrando todos los bancos inviables y dedicando a la economía productiva y a las familias tan enorme masa de dinero y avales? Ha sido una conducta absolutamente criminal.
 
   Pero sobre todo tengan muy presente que estos miserables están en el saqueo sistemático de los españoles. A los más humildes reduciéndoles ayudas, pensiones, desempleo y salarios, hasta llevarlos a la miseria y al hambre; y a la clase media expoliando sus rentas con impuestos confiscatorios y robándoles su patrimonio con IBI escandalosos e impuestos de Patrimonio inexistentes en el resto del mundo, hasta convertirlos en parias, mientras los ricos están exentos de impuestos a través de las sicavs. Hay que estar ciego o loco para seguir votando a estos desalmados. 
 
 
*En 2013 el PIB se reducirá en 14.000 millones de euros y el endeudamiento superará los 90.000, 104.000 millones más pobres, y 80.000 en 2014 según los PGE.
 
 
 
 
 
 

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