Réquiem por un Estado difunto

La Vanguardia

La gangrena se va a extender por toda España desde Catalunya, gracias a episodios como la “delegación” a la Generalitat de Catalunya de las competencias del Estado en materia de inmigración. Una cesión que los nacionalistas vascos se han apresurado a contemplar. Será inevitable: la gangrena secesionista corroerá todo el Estado hasta la muerte de España como entidad histórica, como proyecto político y como ámbito de solidaridad primaria e inmediata, en el que todos los españoles sean iguales. La deriva confederal es ya imparable en sus tres etapas (exaltación de la plurinacionalidad; establecimiento de relaciones bilaterales o singulares, y “mutación” constitucional, horneada por el Tribunal Constitucional) y en su epílogo (caída de la monarquía y proclamación de una república confederal). La suerte está echada: el actual pacto de San Sebastián entre la izquierda, vertebrada por el Partido Socialista, y los independentistas, unido a la fractura y a la falta de pulso de la derecha, así como a la atonía de buena parte de los ciudadanos, hace que sea imposible armar una alternativa a este desguace imparable del Estado, que parece haber alcanzado ya el punto de no retorno.

Lo más llamativo de esta situación es el convencimiento que tenemos todos, tanto los que la impulsan como los que la lamentamos, de que el proceso es imparable e irreversible, es decir, que llegará inexorablemente hasta el final, y que no tendrá vuelta atrás. Son muchos los que piensan que la razón estriba en la personalidad desinhibida del presidente Sánchez, ajena a toda limitación a la hora de perseguir sus objetivos. Seguro que esta falta de cortapisas facilita el desguace del Estado, pero hace falta algo más, y este algo es, a mi juicio, la compleja relación con el Estado de buena parte de la izquierda, que lo ha visto siempre, y lo ve aún ahora, como un instrumento de dominación en manos de la derecha, acostumbrada a considerar a España como su finca. Y es por esta razón por la que a esta izquierda no le repugna machihembrarse con los independentistas, que consideran al Estado español como una “cárcel de pueblos”, para tejer con ellos unas alianzas y suscribir unos pactos dirigidos a la demolición del Estado y a la negación de España como nación. ¿Y luego? Los separatistas lo tienen claro: la independencia. ¿Y la izquierda? Una república confederal con lo que quede de España, que será, ¡eso sí!, progresista.

Ahora bien, la derecha española también ha contribuido en buena parte a esta debacle, por no haber acertado a articular una oposición efectiva liderada con vigor. Un vacío que no es achacable solo a los políticos, ya que la cacareada sociedad civil ha brillado por su ausencia en los escasos debates habidos y en los momentos clave. Quizá por falta de ideas, pero seguro que por falta de coraje: los instalados no han querido poner en riesgo su instalación . Y el silencio de los poderosos ha sido clamoroso y, en algunos casos, ha ido acompañado de su colaboración activa como tristes y silentes comparsas.

No hay que dramatizar. Las cosas son como son y así hay que aceptarlas: la actual situación en que se hallan España y su Estado es de liquidación por derribo. Decirlo no es ser pesimista, sino tan solo realista. ¿No existe ninguna esperanza de rectificación y de recuperación? Muchos biempensantes se inclinan por que sí. Yo lo veo extraordinariamente difícil, porque reconducir la situación actual exigiría un coraje, un esfuerzo y una generosidad que solo se dan cuando existe un fuerte sentido de pertenencia a una comunidad. Y es precisamente la carencia de un firme sentido de pertenencia a España como nación –como comunidad– lo que impide, a tirios y troyanos, la asunción de los sacrificios y de las responsabilidades que serían imprescindibles para asumir con ilusión un proyecto de vida en común.

Pese a todo, no quiero dar la batalla por perdida. Porque sé que, si bien es cierto que su Estado está muriendo, España –mi patria– aún yace viva bajo él y, quizá, “una voz como Lázaro espera que le diga ‘Levántate y anda’”.

 


Publicado

en

por

Etiquetas:

Abrir chat
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?