Sobre monjes y tumbas. Un díptico gótico en la España actual

Eck
 Caminante Wanderer

 

 

No pensaba que tus proclamas tuvieran tanto poder para que un mortal pudiera transgredir

las leyes no escritas e inquebrantables de Dios…

Sófocles, Antígona, v.451. 

 

Introducción

Han pasado casi 2500 años desde que se oyeron en Atenas por primera vez estas palabras y todavía nos conmueven como si se hubieran escrito hoy pero además contienen otra frase, la más alta del Mundo Antiguo. A la afirmación del tirano Creonte de que el enemigo nunca es amigo ni aún muerto, Antígona le contesta: No nací para compartir el odio, sino el amor ( v. 524). Secretos de Dios, que así preparaba los caminos para la manifestación de la Verdad a todas las gentes. Así debió haber contestado la Iglesia española pero se calló como una tumba. Así contestó Antígona a su tío, el impío Creonte, en defensa de los derechos de Dios y los muertos sin tener las luces del Evangelio mientras que éstos se abstuvieron cobardemente frente al tiranillo Sánchez. El día de la Resurreción Sto. Tomás Becket, S. Juan Fisher y S. Juan Nepomuceno acogeran como alma gemela a la noble Antígona por su testimonio y por su piedad. De estos obispos españoles lo dudo, ya que se callan cuando no las apoyan. Esta falta de Pietas por todos los difuntos, manifestada en los dos casos siguientes, muestra un grave cáncer espiritual que está matando a la Iglesia española en su raíz.

 

Una crucecita bien vale una profanación

 

¿Qué me queréis dar y os lo entrego? 

Se convinieron en treinta piezas de plata

 y desde entonces buscaba la ocasión para entregarlo. 

S. Mateo, XXVI, 14-15.

 

El 24 de octubre del 2019 se llevó a cabo la profanación de la tumba del general Francisco Franco en la basílica del Valle de los Caídos con la presencia de miembros del gobierno sociocomunista, su ordenante. Antes hubo una dura batalla legal para pararla pero el corruptísimo Tribunal Supremo dictó por unanimidad que el Poder podía profanar libremente una tumba de un fiel católico dentro de una basílica cristiana en contra de los deseos de la familia y de sus custodios, los monjes. A propósito, uno de los firmantes de la sentencia fue José Luis Requero Ibáñez, miembro conocidísimo del Opus Dei, al que las misas y los rosarios de los que tanto presume no le impidieron apoyar esta monstruosidad contra las leyes divinas y humanas.

¿Qué hicieron nuestros obispos en defensa de los derechos de Dios, en defensa de la tumba del salvador de la Iglesia en España en su mas terrible persecución, en defensa del eterno descanso de todos los difuntos? Nada, estar muditos y los principales conchavarse con el gobierno y traicionar a la familia, al prior y a los monjes. Así vimos todos como traicionaban al monasterio y les amenazaban con la expulsión; así contemplamos como permitían el insulto y ataque a la memoria de las víctimas y de la mitad de la nación y se reabrían las heridas de la Guerra Civil; y así presenciamos como dejaron que se cometiese la infamia de echar sobre la memoria de los muertos del otro bando este crimen vomitivo al afirmar que se hacía en su nombre. Pero lo mas grave fue ver cómo dejaban y apoyaban tácitamente el que se cometiese tal sacrilegio sobre el cadáver de un bautizado dentro de suelo sagrado, encima de las tumbas de los mártires, delante de los ángeles y ante el altar del Señor. Todo esto ¿Por qué?

Por esa gran cruz, más pesada que la propia del Valle de los Caídos, la crucecita que se marca en la declaración de la renta para financiar a la Iglesia de España. Si, la mayoría de la jerarquía española se prostituye con los reyes de la tierra por dinero, que luego despilfarran y malgastan en medios de comunicación al servicio de partiditos inmorales, en universidades asnales y otros proyectos caros e inútiles cuando no en lujos asiáticos para los mandamases y amigos. Como Judas, su verdadero modelo, ya entregaron a los padres que se opusieron a la enseñanza obligatoria de perversidades, a los combatientes contra el aborto, a los defensores de la familia, a los mantenedores de la memoria de los mártires por treinta monedas o varios milloncejos de euros, tanto da. ¿Por qué no lo iban a seguir haciendo? ¿por un muerto? Una crucecita por tantos bien vale una profanación…

Las maldiciones de la familia, repetidas por todo el pueblo, que muchos ven su cumplimiento en todas las desgracias que se abaten sobre España desde entonces, y su sufrimiento no les hacen reflexionar en la manera de expiar este crimen ante el Altísimo. Perros mudos con su hueso en la boca.  

No deja de ser providencial que fuera finalmente descartada para la fundación de este monasterio la abadía de Montserrat a cambio de la de Santo Domingo de Silos cuyo patrono afirmó ante un rey navarro en contra de sus demasías: Señor, podéis quitarme la vida, pero más no podéis: el alma sólo es de Dios y citada por Calvo Sotelo en la transcendental jornada parlamentaria del 16 de junio de 1936, que antecedió a su asesinato y al estallido de la Guerra Civil. Sólo los monjes del Valle, dignos hijos de Sto. Domingo de Silos, con su testimonio salvaron el honor de Dios, de su santa Iglesia y de España.

 

El sepulcro blanqueado de Montserrat

 

¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres! 

S. Mateo, XXIII, 27-32

 

Como antítesis del fondo del Valle esta la cima de la Montaña. Antítesis total  también en sus monjes y en sus hechos aunque hermanados por otra profanación de tumbas e insulto a los difuntos. Durante muchos siglos, cuando se proclamaba este fragmento del salmo de la antemisa: Emitte lucem tuam et veritatem tuam: ipsa me deduxerunt et adduxerunt in montem sanctum et in tabernacula tua.se podía decir que todas las miradas de España y, sobre todo, Cataluña, iban al monasterio sobre la montaña de Montserrat, la casa de la Santísima Virgen, la Moreneta. Los monarcas de los reinos de España eran grandes devotos suyos, los grandes reyes Carlos I y Felipe II murieron teniendo sus candelas en las manos, muchos santos y miles de peregrinos subían a la Santa Casa para encomendarse a la Santa Madre de Dios.

En cambio, hoy la Casa está desolada por los grandes pecados que claman a Dios hechos por sus monjes. Las perversidades y crímenes que ha tenido que contemplar la imagen de la Santísima Virgen desde su trono necesitarían un Dante con estómago para contarlas. Convertida en una nueva Capri de Tiberio, se ha violado y abusado de niños y adolescentes, miembros de su escolanía y de grupos de excursionistas; se fundó una nueva Sodoma entre sus muros donde, además, sus miembros homosexuales constituyeron un grupo de poder dentro del monasterio; sus abades atacaban la moral católica defendiendo los anticonceptivos, la eutanasia pasiva y la homosexualidad amen del apoyo a las negociaciones con el grupo asesino ETA; y se convertía en un antro de politiquerías de los partidos catalanistas y de izquierdas, especialmente, Jordi Pujol y su famiglia, a quienes solo los  Kirchner pueden hacer sombra en sus latrocinios y corrupciones.

Olvidados de sus veintitrés mártires de la Guerra Civil e insultada la memoria de los que ofrecieron su vida por Cristo, se blanquean como centro de la espiritualidad new age, arca de la cultura y baluarte de la identidad pseudocatalana. Pero este tarro falso de las esencias de una región y su lengua no impide que se extienda el olor de cadáver putrefacto, cuerpo sin alma al haber prescindido de Cristo y su verdad. Ahora colma su corrupción permitiendo y alentando la profanación de los sepulcros de los soldados del Tercio de Monstserrat, que fueron confiados a los monjes. Guerreros que tuvieron el respeto y la admiración de sus enemigos por su valentía y espíritu de sacrificio. Hace poco se asaltó el mausoleo y se quemaron los manteles y vestiduras por parte de un grupo independentista que odiaba su gesta hecha por Dios y por España. Silencio. Ahora, con el apoyo del monasterio y por los políticos se ha eliminado la estatua y la placa que los recordaba delante de los sepulcros. Ya sus iniquidades han pasado de ir contra los vivos a atacar a los muertos, juntándose con el desagradecimiento por las personas que dieron su vida para que volviera el culto cristiano a sus altares. Han colmado la medida de sus antecesores. Por supuesto, nuestros obispos no han dicho nada sobre estos horrores y sacrilegios, ¿a qué tanto escándalo y posible pérdida de la buena voluntad de los políticos y sus amigachos por una minucia? total…

 

El muerto al hoyo  y el vivo al boyo

Toda esta serie de horrores, cobardías y traiciones muestran la verdadera faz de la iglesia española que ha pasado de dar mártires a dar una serie de Judas de medio pelo y D. Oppas de rebajas. Burócratas sin alma ni fe, sólo piensan en el dinero e influencia que van disminuyendo día a día mientras el pueblo va cayendo en la abyección más profunda sin pastores y maestros y se traiciona a los muertos sin saber que están más vivos que nunca. Muertos sin vida ¿Cómo no van apoyar que se saquen a los difuntos por interés si ellos son meros zombies? Ahora bien, para tapar el olor a cadaverina, el vacío interior y la podredumbre: sonrisas, santulonerías, clergyman de ejecutivos y mucho, mucho incienso a sí mismos que a fantasmones, eso sí, no les gana nadie. Hasta que se oiga un día: Mi casa será casa de oración para todas las gentes pero vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones y ante la Luz vuelvan al polvo y sombras de donde salieron…


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