Un proceso anunciado, por Pedro González-Bueno Benítez

Pedro González-Bueno y Benítez

Revista Afán

 

Yo me pregunto, ¿de qué se sorprenden los españoles?. Lo que ocurre en España es el resultado de un proceso (palabra hoy con penosas connotaciones) anunciado cada vez con menos rubor a lo largo de las últimas décadas, hasta manifestarse hoy en día no sólo con descaro, si no con verdadero orgullo. Los que vivieron la Transición recordarán cómo se derribó un régimen político que había logrado uno de los períodos de mayores logros en nuestra Historia, y digo se derribó, ya que la Constitución no recogió absolutamente nada del mismo, cuando tanto aportó para la buena gobernabilidad de España y ciertamente muy aprovechable en estos tiempos.  

  El objetivo estaba claro; no dejar ni el más mínimo rastro de la era de Franco para reconstruir una España diametralmente opuesta a la que entonces fue. Y todo ello lo confirman tanto las declaraciones como los hechos acaecidos a lo largo de más de cuatro décadas de régimen democrático.

  Declaraciones y hechos; hechos y declaraciones. Hagamos, sin abusar, de un poco de memoria desde la muerte de Franco:  Reconocimiento y legalización del partido comunista, con rendición de honores a Carrillo y a la Pasionaria; el desarrollo de un asfixiante estado de corrupción; “hoy a muerto Montesquieu”; “a España no la va a reconocer ni la madre que la parió”; la expropiación de Rumasa; “el que se mueve no sale en la foto”; concesiones al separatismo de todos los jefes de gobierno para alcanzar el poder, con grave riesgo de rotura de España; menospreció a las víctimas, con exaltación de terroristas; condena, en el mismísimo Congreso, del régimen de Franco; Ley de Memoria Histórica; persecución religiosa (bien entendido católica); ataque a la familia, al matrimonio y defensa del aborto, la eutanasia,  etc. Y ya bajo este gobierno frente populista, la exhumación de Franco  (con sometimiento de la Iglesia y del poder judicial); la muy peligrosa invasión de Canarias, la increíble Ley Celaá… Hoy es ya claramente sabido por todos los españoles que el proceso comunista iniciado en la Transición está en fase de culminación y de que está próxima, de no evitarse, la implantación de una República Bolivariana, que no es más que una actualizada dictadura marxista.

  Este trágico proceso de destrucción de España, lo han  protagonizado dos partidos políticos, en alternancia en el poder desde 1978: un nefasto y destructivo PSOE (que en todo momento desde la Transición ha ido poniendo sus jalones) y un acomplejado PP  (en el poder, sumiso al mandato socialista, y en la oposición, dedicado a la “heroica” defensa de su exclusivista posición de “centro derecha”). El cambio radical en los principios y forma de gobierno, como era de esperar, ha influido en todos los aspectos en el pueblo español. En los primeros tiempos el señuelo de la democracia obnubiló a una inmensa mayoría de españoles que ingenuamente creyó, como así lo vendía la nueva clase política, que vivir en democracia era la panacea universal.

Hemos hecho creer que la democracia iba a resolver todos los grandes problemas que podían existir en España.

Adolfo Suárez – ABC 24.3.2014

Fueron muy pocos los españoles que vieron, independientemente de la tremenda injusticia, la trascendencia del derribo y destrucción de la figura de Franco y de su obra, así como de la humillante indignidad que suponía la falsa reconciliación con los enemigos de España, que como muy bien ha dicho Pio Moa, fue una reconciliación entre partidos.

  Hoy es una realidad que España, en el transcurrir de estas últimas cuatro décadas, ha sufrido un profundo cambio. Generaciones que habían vivido con orgullo de su trabajo, alcanzando niveles de educación y de vida superiores a las de sus mayores; generaciones que se pudieron casar, tener y educar a sus hijos bajo vivienda propia, y todo ello con un sólo sueldo, han pasado a sufrir penurias económicas, trágicas en numerosa ocasiones, volviendo a tiempos ya olvidados, en los que los hijos vuelven a vivir peor que los padres. España ha pasado de una pacífica convivencia,  al bronco enfrentamiento; de la unidad familiar al divorcio; de la defensa de la vida al aborto y la eutanasia; del esfuerzo, la austeridad y el ahorro al “pelotazo”, al dispendio y a la ostentación;  de la libertad sin libertinaje, al libertinaje sin libertad; de la seguridad a la incertidumbre; del respeto a la autoridad, a la autoridad no respetable; de la paz social a las manifestaciones y a las huelgas (estas últimas, bien entendido, cuando el PSOE no está en el poder); de un ambiente amable a una atmósfera agresiva; de una educación, moral y respeto, a una chabacana forma de hablar, de vestir y de comportarse; de practicar y cultivar el amor a la Patria y a unas costumbres y tradiciones ancestrales, a permitir se las ofenda y ultraje; … Es decir, España ha vuelto a vivir en muchos aspectos, una situación semejante a la que precedió al Alzamiento Nacional del 18 de Julio de 1936, semejanza que también han tenido los protagonistas que la motivaron:  un PSOE  entregado al comunismo y al separatismo y  un descontento general consecuencia de la decadencia de España en todos los  aspectos.

Los comunistas no se van del poder, los echas, si puedes, como demuestra la historia de España.

Federico Jimenez Losantos – ABC 27.11.2020

    Y España los echó el siglo pasado tras una guerra, que por eso se llamó de liberación, trágica y dolorosa como todas las guerras, por contar, a pesar de la Ley Azaña, con un Caudillo, un ejército africanista y un pueblo henchido de patriotismo, dispuesto a recuperar la libertad y la honra.

   Y ahora, yo me pregunto: ¿Es consciente el español de la peligrosa situación por la que atraviesa España? Es más ¿sabe que la anti España (no hay dos Españas, no hay más que una que es la que tenemos el deber y el honor de defender) ha vuelto a declarar la guerra a muerte a España?, ¿Sabe que en estos momentos, españoles que no la quieren dejar morir, ya están librando desigual batalla contra los que la están matando?. España está en guerra, y que no se engañe nadie por no ser una guerra, prácticamente imposible hoy en España, donde las posiciones se tomen a cañonazos o se defiendan a tiros.

  Insisto, estamos en guerra, en una guerra a muerte declarada a España, una vez más,  por sus peores enemigos y que al hacerlo desde el poder, desde el gobierno de la nación, hace imposible el echarlos por vía electoral, al haber conseguido que España haya dejado de ser una democracia, pero sí que viva bajo la  mordaza democrática. Sí, estamos en guerra, pero la cuestión es si tú, patriota orgulloso de ser español, estás en tu puesto, ya que en tiempos de guerra todo ciudadano, ya sea en vanguardia o en retaguardia, es combatiente y con una misión que cumplir. En esta guerra en que no hay enrolamiento militar, como voluntario, tienes el deber de encontrar tu puesto desde donde colaborar en la defensa de España, no siendo de recibo a estas alturas, el que nadie justifique su pasividad preguntando, y yo ¿qué puedo hacer?. Busca tu puesto y lucha con entrega y generosidad. Debes saber que si el gobierno a estas alturas, no ha derrotada ya a España, es porque españoles unidos por tener como causa prioritaria y superior su defensa, están ya en pie de guerra, y luchan, día a día, individualmente o a través de organizaciones (fundaciones, asociaciones, publicaciones,…), con escasos medios materiales y económicos, y a la muy importante, honrosa y valiente que hacen personalmente desde Instituciones del Estado (Congreso, Senado, FFAA, Poder Judicial, Ayuntamientos, …) aquellos que saben, independientemente de su condición o empleo, que por encima de la disciplina está el honor.

  La experiencia nos dice que las guerras se ganan olvidando los partidismos y por el contrario se pierden cuando se aferran a estos, como demuestra la Historia de España. En eso, y en que tenemos la razón, es como en el año 1936, en lo que ya aventajamos al enemigo. La unión hace la fuerza y la fuerza con unión da la victoria. El gobierno, integrado y atenazado por múltiples partidos con distintos intereses (siempre materialistas), con dispares ideologías (sin ideales superiores), nunca logrará la unión y con el tiempo, irremisiblemente, se auto destruirá por luchas internas. Por otra parte el gobierno sufre un continuo desgaste por sus aberrantes, humillantes y destructivas disposiciones, no sólo ante la mayoría del pueblo español, si no también ante el mundo de nuestro entorno y concretamente ante la UE, en la que estamos encuadrados y que … algo tendrá que decir. La realidad, es que otra vez, es el noble pueblo español el que tiene que echar al comunismo de España, ¡España está en tus manos!

 

PD: Y de Gibraltar, ¿qué hubo?. Que no piense el gobierno que por su incalificable renuncia a la oportunidad que el Brexit nos brinda, España deja de saber la obligación que tiene de sacar esa espina que tiene clavada desde hace siglos.

 


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