Uso correcto de la palabra “apología”, por Pablo Martín

 

Pablo Martín

Delegación en Barcelona FNFF

 

La RAE, define la palabra, apología, como; “Discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo”.

Es curioso como una palabra con un significado tan claro, y unas acepciones tan amplias, ha sido secuestrada y circunscrita exclusivamente a temas que social y políticamente, están mal vistos.

Por ejemplo, hacer “apología del terrorismo”, “apología a ETA”, “apología del odio”, o, “apología de la violencia”, está claro que la sociedad lo asocia siempre con temas malos, o negativos.

Sin embargo, nadie hace “apología de la carne” para hablar bien de tan nutritivo y apreciado alimento, más después que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, asegurase que “comer carne, perjudica nuestra salud”, aunque para muchos españoles, comer carne es sano y saludable.

Tampoco nadie hace “apología del Franquismo” para hablar bien de Franco y los casi cuarenta años de progreso y paz de su gobierno, más después que el Gobierno social-comunista de PSOE y Podemos, con el apoyo de los secesionistas catalanes y los amigos de los filoterroristas vascos, estén impulsando la Ley de Memoria Democrática, Ley que, entre otras cosas, pretende ilegalizar a Franco y a sus seguidores, por el simple hecho de que éstos, no pensamos como aquellos.

Hacer “apología de Franco” o “apología de Franquismo”, actualmente en España, para ciertos medios de comunicación está mal visto, y el resto de medios, callan cuales canallas y cómplices de una ignominia que no sólo atenta contra el derecho básico y fundamental de su tan preciada democracia del Régimen del ‘78, esto es, el derecho de opinión, y la libertad de expresar esa opinión, sino que además, menoscaba el principio igualmente fundamental de que nadie puede imponer a sus semejantes su opinión, ni les puede obligar a pensar cómo piensan los otros.

Por otro lado, cuando alguien hace “apología de la Segunda República”, y habla bien de ese nefasto período de la Historia de España, no utiliza la mencionada y casi mancillada palabra, apología, sino que utilizan, entre otras, las palabras; alabar, defender, o apoyar, ya que si utilizasen la palabra apología, la mayoría de los españoles, indefectiblemente y de forma inconsciente, asociarían la Segunda República, a algo malo, nefasto y mal visto, cosa la cual, por cierto, sí lo fue, me refiero a que fue mala, nefasta y está mal vista.

Que las palabras manipulan, es algo harto conocido y sabido, y que el mal uso, o su uso inadecuado, lleva a engaños o errores, es igualmente conocido, es por ello que no debemos caer en el error, ni en el engaño, de pensar que hacer “apología del Franquismo” o “apología de comer carne” es algo malo, ya que en si mismo lo que se está haciendo es precisamente hablar bien de temas tan importantes para España y los españoles, como son comer carne, Franco, o el Franquismo.

Estas líneas son a modo de oda a la palabra apología, la cual es infrautilizada y manoseada a discreción, por unos y otros, de forma unidireccional, restándole la relevancia que le corresponde y se merece, y mermando su uso y disfrute, y es que apología, más allá de su uso habitual, también puede ser empleada en conversaciones y textos, para ensalzar y alabar a alguien o algo, ya sea a Franco, o al Franquismo.

Así que la próxima vez que quieran hablar bien de alguien o de algo, por favor, utilicen la palabra apología, sin miedo a cometer el error de considerarla una palabra asociada a temas negativos, o malos.

A buen seguro el ávido lector se habrá percatado del uso ciertamente partidista y direccionado que he hecho de la palabra apología, la cual me ha servido de pretexto para ensalzar y resaltar un periodo de la Historia de España que muchos españoles no olvidamos, así que en realidad he hecho apología del Franco y del Franquismo, y he hablado bien de nuestro Caudillo y de los casi cuarenta años de paz y progreso que trajo a España.

 


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