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El próximo día 27 de enero de este año se conmemora con un acto institucional el 80 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwittz , acto al que acudirán numerosos mandatarios internacionales. SM el Rey Felipe VI ha anunciado su presencia en dicho evento , presencia de la que nos congratulamos . Lo anecdótico y grave es que el Gobierno socialcomunista que nos gobierna, en su afán por reescribir la historia y cambiar el relato, ha decidido involucrar la presencia de SM en dicho acto, ligándola con la de la conmemoración de los 50 años del fallecimiento del Generalísimo Franco. Una jugada miserable y falta de cualquier rigor histórico, toda vez que Franco nada tiene que ver con lo sucedido en aquellos aciagos y luctuosos días .
Creemos conveniente, por lo tanto, exponer la verdad única de la relación de Franco con los afanes genocidas de aquellas mentes perversas . Ya está bien de mentir una y otra vez .
He aquí la verdad :
La revista judía “The America Sephardi“ afirma: en contraste con Inglaterra que cerró las fronteras de Palestina a los judíos que huían del nazismo y la destrucción y en contraste con la democrática Suiza que devolvió al terror nazi a los judíos que llamaban a sus puertas buscando ayuda, España abrió su frontera con Francia ocupada admitiendo a todos los refugiados sin distinción entre los que se encontraban los clandestinos. El Sabat Vayis Cah (22 de noviembre de 1975), los coeditores de la revista acudieron a rezar por Francisco Franco ante el arca de la histórica sinagoga hispano portuguesa y tras mencionar su nombre se añadió la frase “por su ayuda a los judíos durante la Gran Guerra.
El profesor Haim Arni, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que ha dedicado muchos años al tema, ha llegado a la conclusión de que de una u otra manera, fueron 40.000 los judíos salvados de la cámara de gas.
Otro historiador, Chaim Lipschitz autor de su libro “Franco, Spain, the Jews and the Holocaust” afirma que Franco salvo a más de 60.000 judíos durante la II Guerra Mundial. El que fuera ministro de Asuntos Exteriores de Israel, historiador y embajador que fue de su país en España afirmó que la España de Franco salvó a más judíos que todas las democracias juntas. Recientemente el Profesor Lawrence H. Feldman en el primer volumen de su obra “Refugiados de Franco” con documentos de los judíos que llegaron a través de España y Portugal a EE. UU. facilita un listado de casi un millar de judíos europeos plenamente identificados.
En diciembre de 1945 en el Congreso Judíos que se celebró en Atlant City (Nueva Yersey) se aprobó una resolución que decía: “La conferencia “Emergencias de la Guerra” del Congreso Mundial Judío, hace llegar su gratitud a la Santa Sede, a los gobiernos de Suecia, Suiza y España y al Comité Internacional de la Cruz Roja por la protección que han dispensado bajo condiciones difíciles a los judíos perseguidos en Hungría”. El Sr. Isaac Weisman, delegado de este Congreso, leyó un informe en el que elogió la intervención del embajador en Lisboa, Nicolás Franco, y la del gobierno español, merced a la cual 100 judíos sefarditas que se hallaban en el campo de concentración de Haidari, en Grecia, fueron salvados de su deportación a Polonia que intentaban llevar a cabo los alemanes.
En el mismo año de 1945, en sus inicios, Franco permitió a la Agencia Judía que actuara en territorio español para facilitar la inmigración ilegal de los supervivientes de los campos de concentración a Palestina, donde por entonces los británicos impedías la inmigración judía. En el otoño de 1953, las actividades del “Yamin Nora’im” estaban dirigidas en Madrid por el Rvdo. D. A. Jessurum Cardozo, de Nueva York. Estos servicios, a los cuales Franco expresó su reconocimiento personal, eran los primeros oficialmente autorizados en España desde la expulsión de 1492.
Tras la participación de Israel en los acontecimientos de Suez de 1956, a los judíos marroquíes se les prohibió emigrar a Israel. El Haham, Rabid, Dr. Solomon Gaon, fue recibido en varias ocasiones en privado por Franco y España hizo lo necesario para el traslado en masa hacia Israel a través del Sahara Español, con la aprobación tácita del Gobierno marroquí.
En 1960, en la clausura de la magnífica Exposición Bibliográfica Sefardita Internacional, que estuvo abierta al público durante un mes en la Biblioteca Nacional de Madrid, el Generalísimo concedió a Haham Gaon la alta distinción española de “Caballero de la Orden de Alfonso X el Sabio”. En sus palabras de contestación al discurso pronunciado en judeo-castellano, Franco declaró: “El Gobierno español está orgulloso de haber podido salvar vidas judías durante la II Guerra Mundial y quiere hacer todo lo posibles por aumentar los lazos culturales con los sefarditas españoles”.
El “I Simposio de Estudios Sefarditas” se celebró en Madrid del 1 al 6 de junio de 1964. El Gobierno español invitó a estudiantes judíos de todo el mundo a que leyeran documentos y publicaciones referentes a aspectos de la cultura sefardita. Sufragado por el Gobierno español, se publicó en 1970 un volumen de “Actas” de 781 páginas, un material indispensable para los estudiantes sefarditas y quizás el trabajo más importante aparecido en este siglo sobre estudios sefarditas.
Tras la contienda entre árabes e israelitas de 1967, Franco dio órdenes a todos sus Embajadores en los países árabes para que concedieran tantos pasaportes y visados españoles a cuantos judíos fuera posible. El Generalísimo Franco intervino personalmente en nombre de los judíos egipcios “apátridas” detenidos por Nasser e internados en condiciones inhumanas. Durante 1968, ciento diez de estas personas pudieron trasladarse a España, que habían quedado bloqueados por el gobierno de Nasser tras la Guerra de los 6 días.
En el año 1965, Franco fue el primer Jefe de un Gobierno español desde 1492 que recibía en audiencia a delegados de congregaciones judías en su propio país. Por sugerencia de Franco, en 14 de diciembre de 1966, diecinueve millones de españoles votaron a favor de una ley propuesta por Franco para la concesión de libertad de culto para todas las religiones no católicas. Inmediatamente se concedió el permiso para la celebración de actos religiosos judíos públicos. El 16 de diciembre de 1968 se inauguró en Madrid la primera sinagoga desde 1492. Para conmemorar el acontecimiento, el Ministerio de Justicia, por mandato del Jefe del Estado confirmó la derogación del Edicto de Expulsión de 1492. Se le envió de forma oficial del documento a D. Damuel Toledano, de la Congregación de Madrid, enviándole una copia a Haham Gaon, en Londres.
El 13 de junio de 1971, para satisfacer un deseo largamente acariciado por el Generalísimo Franco – su decreto 874 de 18 de marzo de 1964, incluido en “Actas” 61 3-5- la antigua Sinagoga del Tránsito de Toledo, fue “devuelta al judaísmo” de forma oficial. A falta de una comunidad judía, se le ha convertido en un espléndido Museo Judío, en espera de su futura nueva consagración como “Casa de la Oración Sefardita Judía”. Presidieron la inauguración del Museo Haham Gaon y el Ministro de Educación y Ciencia D. José Luis Villar Palasí.
Cuando Tánger y Tetuán fueron anexionadas a Marruecos, el Gobierno español invitó a todos los habitantes judíos de estas dos ciudades a que se instalaran en España. En estos momentos la comunidad judía malagueña cuenta con más de 2.500 miembros. Por orden de Francisco Franco, un artista judío recibió el encargo de esculpir una estatua de Salomón Ibn Gabirol, que fue erigida en un parque de Málaga, donde había nacido hacia el 1021, el gran filósofo y poeta. El 21 de abril de 1972, se organizó una gran ceremonia en Málaga para conmemorar el 950º aniversario del poeta. Fueron invitados a los actos, especialista en literatura judía de las universidades españolas y del extranjero. Gracias a los esfuerzos de Franco, en 1972, España era el único país en el que, al margen de Israel, todas las Universidades estatales tenían un Departamento de Estudios Judíos.
El ”Sabat Vayislah” 18 Kisley 5736 (22 de Noviembre de 1975), los coeditores de “The American Sephardi” acudieron a rezar un responso por el alma del Generalísimo Franco ante el arca de la histórica Sinagoga Hispano-Portuguesa, en la ciudad de Nueva York. Tras mencionarse su nombre, se añadió la frase “sehu azar hayenhudim bime hamilhama hagedola” (por su ayuda a los judíos durante la Guerra Mundial”).
Testimonios judíos de agradecimiento:
“El poder judío no fue capaz de cambiar la política de Roosevelt hacia los judíos durante la II Guerra Mundial. El único país de Europa que de verdad echó un amano a los judíos fue un país en el que no había ninguna influencia judía: España, que salvó más judíos que todas las democracias juntas”.
(Declaraciones a la revista “Época” en 1991)
El pueblo judío y el Estado de Israel recuerdan la actitud humanitaria adoptada por España durante la era hitleriana, cuando dieron ayuda y protección a muchas víctimas del nazismo”
(Durante un debate en el Parlamento israelí, Knesset, el 10 de febrero de 1959)
¿Qué importa el número de judíos salvados por España, cuando el precio de una sola vida es infinito? Sé que España salvó las vidas de docenas de millares de hermanos nuestros por diversos procedimientos, y hubiera salvo muchas más de haber tenido oportunidad de hacerlo”.
“El nombre de España es una de las poquísimas luces que brillan en la larga y oscura noche que vivió el pueblo judío durante los trágicos años del nazismo”.
“España fue, probablemente, el único país de Europa que no devolvió a los refugiados judíos”
(Declaraciones a la prensa a su llegada a Madrid en julio de 1990)
“Un total de por lo menos 40.000 vidas judías fueron salvadas de las cámaras de gas por las actuaciones directas de las embajadas y consulados españoles”
(Estudios sobre la catástrofe judeo-europea y la resistencia”, 1970)
“Tengo pruebas de que el Jefe del Estado español, Francisco Franco, salvó a más de setenta mil judíos durante la II Guerra Mundial. Ya va a ser hora de que alguien dé las gracias a Franco por ello”
(Declaraciones a la revista “Newsweek en febrero de 1970)
“La España de Franco fue un refugio importante de judíos que se arriesgaron a venir, escapando de la Francia de la libertad, la fraternidad y la igualdad. No quiero defender a Franco, pero en la II Guerra Mundial muchos judíos se salvaron en España e ignorarlo es ignorar la historia”
(Entrevista en “El Mundo”, el 17 de diciembre de 2005)
“Aquel régimen, tan criticable en otros aspectos, acogió a los judíos que llegaron, bien para asentarse en España, bien para continuar viaje con la ayuda del servicio diplomático”.
(Declaración como presidente de la delegación española en el Congreso Judío Mundial celebrado en Londres en 1998).
España fue uno de los pocos caminos hacia la libertad para los judíos. Los Diplomáticos de Franco.
Desde el comienzo de la persecución nazi hasta finales de 1941, las crueles leyes antisemitas fomentarían el éxodo masivo de los judíos de Europa. En el primer periodo la política oficial española fue permitir el tránsito de refugiados.
Aproximadamente 35.000 refugiados judíos huyeron de la Europa nazi a través de España, la mayoría de ellos entre 1939 y 1942, y de ellos unos 15.000 cruzaron la frontera franco-española de forma ilegal, sin la documentación o autorización necesaria. A la hora de conceder visados para pasar por España “no se estableció una discriminación formal entre refugiados judíos y no judíos”, además de que los diplomáticos españoles interpretaron las normas establecidas por el ministerio de Asuntos Exteriores de la manera más flexible posible, con el fin de favorecer a los judíos.
Eduardo Propper de Callejón
Tal fue el caso del secretario de Embajada Eduardo Propper de Callejón, quien en 1940, desde el Consulado de España en Burdeos, expidió visados a refugiados judíos eludiendo incluso los trámites exigidos por ese ministerio. Para pasar por España, estos refugiados no debían de permanecer en el país ni haber mantenido relación con la España republicana y, posteriormente, cuando los nazis optan por la “solución final” y las fronteras quedan selladas para los judíos “paradójicamente las estrechas relaciones diplomáticas que mantuvo España con Alemania durante toda la guerra posibilitaron que algunos embajadores y cónsules pudieran brindar protección a las víctimas”. La exposición que se exhibe en Sevilla rememora la labor de los ahora denominados “los Schindler españoles” a través de cartas, fotografías, videos y otros documentos, entre ellos listas de nombres de refugiados judíos a los que, el hecho de aparecer allí consignados, les significó eludir una muerte segura.
El Ángel de Budapest
Ángel Sanz Briz, encargado de Negocios de España en Budapest entre 1943 y 1944, a quien se le atribuye la salvación de 5.200 judíos, hecho que le valió el sobrenombre de “El Ángel de Budapest”. Sanz Briz, al igual que Propper de Callejón, y otros diplomáticos como Jorge Perlasca, José Ruiz Santaella, y su esposa Carmen Schrader, han sido distinguidos con el título de “Justo entre las Naciones”, que la Autoridad para la Memoria de los Mártires y los Héroes de Holocausto otorga a los no judíos que de forma desinteresada se arriesgaron para ayudar a los judíos perseguidos.
Bernardo Rolland de Miota, que actuó en Francia; Santiago Romero Radigales, en Grecia; Julio Palencia, en Bulgaria y José de Rojas, en Romanía, todos los cuales ayudaron a los judíos perseguidos en aquellos críticos años y en un asituación de guerra. Otros diplomáticos, como el embajador de España en Berlín Ginés Vidal, llamó la atención al Gobierno español sobre “las consecuencias que podía tener la política de abandono de sus súbditos”, en alusión a los judíos sefardíes. El funcionario de esta embajada Federico Oliván escribió una carta al ministerio “clamando por la urgente repatriación de judíos españoles”, de modo que en agosto de 1943 se aprobó la repatriación de judíos españoles.