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FUERZA NUEVA – ANDALUCÍA
Bajo el título “Tres generaciones. Tres libros” y prosiguiendo con el calendario de actividades previsto para el primer trimestre del año, Fuerza Nueva de Andalucía ha organizado diversos actos en la región para presentar los libros que, recientemente, han publicado los miembros de la familia Piñar: “La Iglesia y la guerra española de 1936 a 1939”, de nuestro fundador y Jefe Nacional, Blas Piñar López; “El Alcázar no se rinde” del General de Brigada Blas Piñar Gutiérrez y “La tesis prohibida” de Blas Piñar Pinedo.
La primera de las citadas presentaciones tuvo lugar en Sevilla el pasado 17 de febrero en el Centro Cultural de los Ejércitos “Hispalis”, cuyo Coronel-Director, Don José Luis Díaz Osuna, ejerció de anfitrión y presentador, tanto del acto, como del propio General Piñar. Por su parte, Juan León Cordón, presidente de Fuerza Nueva de Andalucía y coordinador de esta jornadas, hizo la presentación de Blas Piñar Pinedo. Tras las intervenciones de los autores, y luego de un animado coloquio, éstos firmaron ejemplares de sus obras, finalizando el acto con un “vino español” en las dependencias del Casino Militar.
El “ Salón de los Espejos” del Círculo Lucentino de la ciudad cordobesa de Lucena, acogió la segunda de las presentaciones, el día 18 de febrero. El acto se inició con las palabras de saludo y bienvendia del Presidente del Círculo, D. Manuel Agudo, seguidas de la intervención de Juan León quien, tras justificar la ausencia de D. Blas Piñar, dio lectura a unas palabras suyas, enviadas para la ocasión* y prosiguió con las presentaciones de Blas Piñar Pinedo y del General Piñar Gutiérrez. A su turno, tanto Blas Piñar Pinedo, como el General Piñar, glosaron el contenido de sus respectivas obras y respondieron a las preguntas que les fueron formuladas por el público asistente, procediendo, posteriormente, a firmar ejemplares de sus libros.
Por último en el Restaurante “El Picadero” se celebró un almuerzo de hermandad, en el que no faltó el vino de la tierra, obsequio de la bodega “Los Gabrieles” de la cercana localidad de Moriles, con el que se brindó por España y se tributó una emotiva y prolongada ovación a D. Blas Piñar, “ausente sólo de forma física en este día, pero siempre entre nostros, a través de su obra, de su palabra y de su aleccionador ejemplo”, como señaló Juan León en su intervención para cerrar el acto.
PALABRAS DE D. BLAS PIÑAR, CON MOTIVO DE LA PRESENTACIÓN DE SU LIBRO “LA IGLESIA Y LA GUERRA ESPAÑOLA DE 1936 A 1939”, LEÍDAS POR JUAN LEÓN EL DÍA 18 DE FEBRERO DE 2012 EN EL “CÍRCULO LUCENTINO” DE LUCENA (CÓRDOBA).-
Queridos amigos:
No me es posible estar con vosotros; pero ello no me impide decir algo por escrito, en un acto como éste, en el que se van a presentar unos libros, que, cuando España está en juego, tienen especial significación. El nombre y el primer apellido de sus autores coinciden. Formamos parte de tres generaciones distintas, pero fieles servidores de aquello que es innegociable, porque el bien no pacta con el mal. Puede, en determinados supuestos, tolerarlo –por caridad, no por indiferencia- pero jamás homologarlo .
La Tesis prohibida, El Alcázar no se rinde y La Iglesia y la guerra española de 1.936 al 1.939, son los libros a que me estoy refiriendo. Sus títulos ponen de manifiesto, en síntesis, su contenido, y suponen un intento legítimo y obligado de restablecer la verdad, mutilada o manipulada a partir de la Transición.
Quisiera subrayar la frase “las dos Españas”, que se ha generalizado, pretendiendo que las mismas están llamadas a entenderse y a convivir en paz; y que éste ha de ser el más noble de los objetivos. Yo no dudo de la buena intención de algunos de los que así piensan y han querido intentarlo. Lo cierto es que esos intentos, repetidos, no sólo no han tenido éxito sino que han llevado a frustraciones gravísimas y a enfrentamientos armados, como la revolución de Octubre de 1.934 y la guerra de liberación nacional.
Para mí, estas convulsiones son lógicas porque la salud y la enfermedad no son compatibles, como no pueden serlo el amor y el odio, el frío y el calor, la verdad y la mentira, la libertad y la esclavitud, el estado de gracia y el de pecado mortal. Por eso opino que la reconciliación de esas “dos Españas” no es posible, porque esas dos Españas a las que se quiere reconciliar, no existen. Lo que existe es una España, y una antiEspaña. ¿Es que los gudaris separatistas, lucharon por España, cuando se unieron al Frente Popular, para conseguir la independencia de Euskadi? ¿Es que el Frente Popular hizo la guerra para que España mantuviera no solo su unidad, sino su identidad? No es cierto que con la Transición se ha aspirado y conseguido en gran parte que a España, ya no la reconoce, en frase de Alfonso Guerra, ni la madre que la parió.?
De no contemplar la guerra española como una Cruzada por Dios y por España, con sus héroes y mártires. De no considerar la Victoria, como una Victoria ganada para todos los españole. De no ver en el Valle de los Caídos, con su cruz de granito, alzada en Cuelgamuros, un monumento a la auténtica reconciliación, en el que esperan los que un día se enfrentaron, el juicio universal. De confundir el perdón con el olvido, y la prudencia–virtud, con la prudencia cobardía, deviene la situación actual de crisis profunda, que ha dado origen, como una de sus consecuencias, a la crisis económica, que tanto nos preocupa y de no fácil solución.
Hay otro olvido que, de no destacarlo, plantea mal su solución. Se margina que la crisis profunda, podíamos decir que el pecado original y originante de lo que sucede, está en la lucha que en cada hombre, y en la sociedad, por consiguiente, en la que el hombre vive, ha estado, está y estará, entre el misterio de la gracia y el misterio de la iniquidad. La durísima Cristofobia que presenciamos, no solo se manifiesta en la persecución a los cristianos y a lo cristiano, sino en la “crisis en la venas de la Iglesia”, como subtitula el P. Alfredo Sáenz, jesuita fiel a San Ignacio, un libro que acaba de publicar en Buenos Aires.
Esta crisis de la Iglesia, que trata de herirla hasta su corazón, explica muchas cosas, que parecían inimaginables; pero la verdad es que las termitas son más peligrosas que el pájaro carpintero.
En las naciones, como España, que han ido sido configuradas por el cristianismo –fe y cultura- la crisis de la Iglesia tenía que afectarla de una manera especial. Si el cambio de la pastoral política, al que me refiero –sin entrar en otros temas- llevó al llamado “aggiornamento”, en España condujo a la Transición. Parte de nuestra jerarquía ha manifestado públicamente, que sin su apoyo a la Transición, esta no hubiera sido posible.
En mi libro pruebo documentalmente que así fue, como pruebo documentalmente el avanzado proceso de descristianización de España.
Si su lectura contribuye a aclarar las ideas, y a rectificar conductas, quedaré satisfecho.
BLAS PIÑAR