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El empresario de la mejor Cataluña, por Salvador Sostres
Salvador Sostres
ABC
Juan Echevarría Puig ha muerto en Barcelona a la edad de 101 años. Admiró, estudió y fue leal a José Antonio Primo de Rivera, asumiendo su legado político, moral y ético. A partir de José Antonio, y siguiendo sus enseñanzas, fue un padre dedicado y muy querido por sus hijos, un empresario de éxito, reconocido por todos; y consejero y amigo de las personas más importantes e interesantes de la Cataluña de su tiempo.
Entró en Motor Ibérica en 1966 y terminó siendo su presidente en 1982. De su mano Nissan llegó a España y desarrolló su importantísima planta productiva en Barcelona. Se le atribuye en este campo, también, el hecho de que los japoneses le regalan el primer bonsai a Felipe González. Fue asesor y amigo del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a quien ayudó en las relaciones del Govern y de los empresarios catalanes con Japón. Pese a las conocidas discrepancias en ese terreno, obsequió al expresidente con las memorias de José Antonio.
Fue firme en sus convicciones, pero nunca fue sectario. Supo hacer negocios, pero siempre puso lo que fue, lo que hizo y lo que ganó al servicio de la comunidad. Éste era el último sentido de su admiración a José Antonio. No era una pancarta, no era una bandera, era una forma de entender la vida. Una forma de entender su lugar en el mundo y sumisión en él. Con Juan Rosell, expresidente de Fomento, y Manolo Milián Mestre impulsaron la creación del Partido Popular en Cataluña, entonces Alianza Popular, a las órdenes de Manuel Fraga. Fue uno de los fundadores de la CEOE en 1997; presidente de Aeronáutica Industrial entre 1973 y 1975 y de Nissan Motor Ibérica entre 1982 y el 2000. Los últimos 25 años de su vida fue presidente de la compañía de seguros Mutua Universal.
La educación fue otra de sus vocaciones. Entre 1950 y 1957 ejerció como profesor encargado de la cátedra de Sociología en las facultades de Derecho y Ciencias Económicas de la Universidad de Barcelona, donde en 1953 fundó y dirigió el Colegio Mayor San Jorge.
Entró en Motor Ibérica en 1966 y terminó siendo su presidente en 1982. De su mano Nissan llegó a España y desarrolló su importantísima planta productiva en Barcelona. Se le atribuye en este campo, también, el hecho de que los japoneses le regalan el primer bonsai a Felipe González. Fue asesor y amigo del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a quien ayudó en las relaciones del Govern y de los empresarios catalanes con Japón. Pese a las conocidas discrepancias en ese terreno, obsequió al expresidente con las memorias de José Antonio.
Fue firme en sus convicciones, pero nunca fue sectario. Supo hacer negocios, pero siempre puso lo que fue, lo que hizo y lo que ganó al servicio de la comunidad. Éste era el último sentido de su admiración a José Antonio. No era una pancarta, no era una bandera, era una forma de entender la vida. Una forma de entender su lugar en el mundo y sumisión en él. Con Juan Rosell, expresidente de Fomento, y Manolo Milián Mestre impulsaron la creación del Partido Popular en Cataluña, entonces Alianza Popular, a las órdenes de Manuel Fraga. Fue uno de los fundadores de la CEOE en 1997; presidente de Aeronáutica Industrial entre 1973 y 1975 y de Nissan Motor Ibérica entre 1982 y el 2000. Los últimos 25 años de su vida fue presidente de la compañía de seguros Mutua Universal.
La educación fue otra de sus vocaciones. Entre 1950 y 1957 ejerció como profesor encargado de la cátedra de Sociología en las facultades de Derecho y Ciencias Económicas de la Universidad de Barcelona, donde en 1953 fundó y dirigió el Colegio Mayor San Jorge.
Juan Echevarría fue un hombre afable e ilustrado. Fue lo mejor de una generación que hizo cuando pudo por entenderse con el distinto. Siempre su manera de pensar y de comprometerse con el trabajo y con la familia fueron inspiradoras para los demás, fueran del espectro ideológico que fueran. La Cataluña que deja Juan Echevarría es francamente peor de la que él muy personalmente contribuyó a crear desde los años 60. El entendimiento y la comprensión fueron su divisa y siempre prestó ayuda a quien fue a pedírsela.
Echevarría vivió para todos, y todos le respetaron, admiraron y quisieron. En un mundo enfrentado y hostil, desde México el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, hasta los herederos de José Antonio Primo de Rivera, desde Madrid, pasando por su larga lista de empresarios y amigos, mandaran sus más sentidas condolencias a la familia.
