La última guerra de España: así se defendió Sidi Ifni frente a Marruecos en 1957, por José Luis Orella

El Marruecos de 1957 era un país pobre que no podía permitirse una guerra, pero sí apoyar fuerzas irregulares que se internasen en Ifni y hostigasen a los soldados españoles para obligarles a su abandono

Hace 68 años se inició la última guerra internacional en la que España formó parte. La guerra de Sidi Ifni fue una guerra no declarada de España y Francia con un Marruecos recién independizado, que tuvo lugar entre el 23 de noviembre de 1957 y el 30 de junio de 1958 en las provincias españolas de Ifni y el Sáhara. El territorio de Sidi Ifni abarcaba unos escasos 1.500 km². En 1934, el coronel Osvaldo Capaz estableció una pequeña guarnición española en Sidi Ifni, como lugar donde desde el siglo XVI los pescadores canarios tenían un campamento temporal y una ermita. Aquel testimonio sirvió de excusa para nuestra presencia en aquel lugar de la costa africana.

Sin embargo, entre el 2 y el 7 de abril de 1956, Francia y España concedieron la independencia a Marruecos. Mohamed V, recién obtenida la independencia, creó un ejército con el apoyo de Estados Unidos, y comenzó a materializar sus planes expansionistas a través de la incorporación de bandas de guerrilleros, en realidad de antiguos nómadas saqueadores de las poblaciones sedentarias, que veían su momento con el fin de la colonización.

Imagen del Manifiesto de Independencia de Marruecos, también conocido como Manifiesto del Istiqlal, escrito a mano

El Marruecos de 1957 era un país pobre que no podía permitirse una guerra, pero sí apoyar fuerzas irregulares que se internasen en Ifni y hostigasen a los soldados españoles para obligarles a su abandono. A comienzos de 1956, un fantasmal Ejército de Liberación de 2.000 hombres uniformados y con una ingente cantidad de armamento, al mando de Ben Hammu, inició la lucha contra España. Aunque se le catalogó de agente comunista, en realidad formaba parte de los servicios marroquíes y contaba con el beneplácito estadounidense, que deseaban que los países europeos abandonasen África y Asia en beneficio de la primera democracia de América, o mejor, de sus intereses.

Los marroquíes necesitaban una victoria contundente para asentar el poder de Mohammed V. Después de varias provocaciones, creyendo en un éxito fácil por la escasa guarnición, tropas irregulares abastecidas por el ejército real marroquí irrumpieron el 23 de noviembre de 1957 en el territorio español. La finalidad era anexionarlo por la fuerza e informar de los hechos consumados a la ONU.

Sin embargo, España consiguió prestar ayuda militar a su agonizante guarnición. La guarnición mantuvo la defensa sin sucumbir, a pesar de los asesinatos de los civiles secuestrados por los marroquíes. Pero el lanzamiento, por primera vez en la historia militar española, de paracaidistas, que fueron auxiliados en tierra por columnas de la Legión, restauró la soberanía española a costa de 198 muertos, 574 heridos (y 80 desaparecidos), que fueron el coste de la conocida como Guerra de Ifni.

Los Estados Unidos presionaron para evitar una guerra mayor en la que su protegida Marruecos saliese perjudicada. Foster Dulles viajó a España el 17 de diciembre para hablar con Franco durante tres horas. En ellas, Franco intentó relacionar a los guerrilleros del Ejército de Liberación con los países de la órbita comunista, como si Foster Dulles no supiese la verdad.

El norte de África era fundamental en la defensa de Occidente, y Francia debía ser ayudada en su voluntad de quedarse en Argelia. Para el estadounidense, la situación en el norte de África era delicada: la presencia francesa en Argelia era contestada por la guerrilla del FLN.

En cuanto a Egipto, bajo el liderazgo de Gamal Abdel Nasser, firmará un pacto comercial y militar con la URSS. El peligro de extensión de la influencia de la URSS a través de los movimientos de descolonización era algo muy real. Franco tuvo la seguridad de que, ante cualquier desavenencia con Marruecos, los Estados Unidos siempre presionarían a favor de nuestro vecino del sur. El 10 de abril de 1958, España abandonaba Tarfaya, en el norte del Sáhara, a Marruecos, a cambio de que controlase las actividades de sus subversivos. El 10 de enero de 1958, Ifni y Sáhara Occidental pasaban por decreto a ser oficialmente consideradas provincias españolas.

Los periodistas Ramiro Santamaría y Rufo Gamazo Rico cubrieron las noticias de una guerra de poca intensidad, pero que contó incluso con la presencia de Carmen Sevilla y del humorista Gila para elevar la moral de la tropa. España no fue derrotada militarmente: pudo mantener el control de la ciudad de Sidi-Ifni hasta 1969, cuando España cedió definitivamente la provincia a Marruecos, presionada por la ONU, que había exigido su descolonización. Franco accedió para ganar tiempo en la defensa del Sáhara Occidental.

El principal combate será en territorio del Sáhara: la batalla de Edchera. El 13 de enero, 500 efectivos marroquíes, de los que cayeron 200, emboscaron a dos unidades de la XIII Bandera de la Legión. El enfrentamiento causó 48 muertos y 64 heridos. El brigada Fadrique Castromonte y el legionario Juan Maderal Oleaga guardaron la retaguardia de sus compañeros dando su vida en combate cuerpo a cuerpo, siendo los últimos condecorados con la Cruz Laureada de San Fernando.

Años después, el hermano de Juan, José María, también caballero legionario, será asesinado en 1979 y el monumento a su hermano lanzado a la ría. Otro de los héroes de aquel conflicto será el teniente de paracaidistas Antonio Ortiz de Zárate, a quien se le otorgará la Medalla Militar por entregar su vida en la evacuación de la población civil amenazada por los irregulares marroquíes. En la actualidad, la III Bandera Paracaidista lleva su nombre y el Grupo de Operaciones Especiales de la Legión el del cabo Maderal Oleaga.