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Alejandro Goicoechea Omar nació en Elorrio, Vizcaya, en 1895. Cursó Bachillerato en el Colegio de los Padres Jesuitas de Orduña. Ingresó en la Escuela de Ingenieros del Ejército, en Guadalajara. Al terminar los estudios, como Teniente, fue destinado al Regimiento de Ferrocarriles de Madrid. Tras servir en Marruecos como Capitán, en 1921 se retiró del Ejército con 25 años de edad, ingresando en la Compañía de los Ferrocarriles de La Robla a Valmaseda, León, donde trabajó 20 años. Fue Jefe de materiales de tracción hasta 1936.
Desde que empezó a trabajar, su obsesión fue el aligeramiento del peso de los trenes. Esta idea la mantuvo a lo largo de toda su vida, y repetía que el transporte ferroviario con trenes pesados no tenía solución. En 1926 se hizo un primer vagón, completamente soldado, sin remaches ni tornillos, que al año siguiente fue presentado en Bilbao, patentado en el Registro de la Propiedad Industrial y fabricado en serie.
A principios de la década de 1930, se interesó por los trenes de viajeros para reducir el alto número de heridos en los accidentes a causa de las astillas de los vagones. Aplicando su procedimiento podría conseguirse un vehículo rápido, seguro y barato. Centró su atención en conseguir vehículos más ligeros, de forma que se redujera la carga puntual por rueda. Para ello, ideó un tren caracterizado por su estructura articulada triangular, con ejes dirigidos y ruedas independientes en cada eje, un tren oruga o articulado, que luego se comercializó con el nombre de Talgo, Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol.
Alejandro Goicoechea Omar con Francisco Franco en el Talgo
En 1931 se embarcó en el proyecto de un tren de rodadura elevada, muy ligero, por completo articulado e indescarrilable, esto último debido a que su bajo centro de gravedad capacitaba grandes velocidades sin apenas riesgo.
La Cruzada de Liberación Nacional lo paralizó todo. En febrero de 1937 Goicochea fue incorporado al ejército vasco como capitán de ingenieros y encargado de las fortificaciones de Bilbao. En marzo de ese año se pasó a Zona Nacional, con los planos del cinturón de hierro de Bilbao y las posiciones fortificadas que lo rodeaban, proporcionando valiosa información, que fue decisiva en la posterior liberación de la ciudad. Presentó sus teorías en el Congreso de Ciencias de Santander de 1938. Después de la contienda, y con el apoyo del Mando Militar, recuperó sus viejas ideas sobre el tren. En 1941, un prototipo de convoy, con estructura de aluminio y compuesto por locomotora y sólo un chasis, fue puesto en práctica en la línea Madrid-Leganés. En 1942 el Talgo I realizó su primer viaje entre Madrid y Guadalajara, alcanzando los 115 km/h. Ese mismo año, con la ayuda del empresario bilbaíno José Luis Oriol y Urigüen, creo la empresa Patentes Talgo, S.A. Es decir, Alejandro Goicoechea Omar inventó el tren y José Luis de Oriol y Urigüen lo financió.
Un segundo modelo, el Talgo II, fue producido en Nueva York en 1949, bajo la dirección de ingenieros españoles. El 2 de marzo de 1950, el Talgo II, en el viaje inaugural de presentación batió un récord de velocidad en España, llevando la aguja de su locomotora diesel llamada “Virgen del Pilar” hasta los 145km/h en ciertos tramos del recorrido Las Rozas (Madrid)-Valladolid. Franco estuvo en el viaje. Se estableció el servicio comercial el 14 de julio de 1950, de forma trisemanal Madrid-Hendaya vía Ávila y Miranda de Ebro.
Desde la década de los 1960 estos trenes iniciaron su exitosa carrera por las vías españolas e internacionales, recibiendo continuos perfeccionamientos: marcha en dos sentidos, velocidades superiores a los 200 km/h y sistema de adaptación al ancho de vía europeo. Pasó a la Reserva como Teniente Coronel. Tuvo un hijo: Alejandro. Al final, estudiaba soluciones para el enlace fijo del estrecho de Gibraltar, para lo que propugnaba una solución mixta de túnel y puente. Falleció en el Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid, el día 30 de enero de 1984, a los 89 años de edad.