El Plan Sur de Valencia: el gran legado de Franco para evitar riadas que la izquierda quiso desvirtuar, por Jaume Lita Albert

Jaume Lita Albert

El Debate

 

El desvío del cauce del Turia inaugurado en 1973 salvó a la ciudad de las lluvias torrenciales medio siglo después y en los últimos años dos proyectos han intentado convertirlo en una zona natural de paseos y ocio

 

as tragedias no se olvidan y hay cicatrices eternas. Valencia tiene un costurón en su vertiente sur, un socavón artificial al que quince puentes intentan simular el hilo que cierra una herida. El Plan Sur de Valencia es el legado que dejó Franco para que la tercera ciudad de España no tuviera que sufrir otra riada como la de 1957, una obra que se puso en valor ante la dana del 29 de octubre de 2024 y a la que la izquierda ha querido desvirtuar con varios proyectos en la última década. Es más, uno sigue «en proceso».

14 de octubre de 1957. El Turia registra una crecida descomunal hasta alcanzar los 5 metros de altura dentro de Valencia. La ciudad queda sumergida y sólo los puntos más altos se salvan de una crecida que provocó la muerte de más de 80 personas, entre la capital y los municipios de la provincia. Aquella riada fue de tal impacto que cambió por completo el futuro de Valencia.

Pasados 282 días de aquella tragedia, el Consejo de Ministros dio luz verde a la construcción de la ‘Solución Sur’ para Valencia y su área metropolitana. El problema al que se enfrentaba la ciudad era mayúsculo con la amenaza del Turia por dentro de la capital, lo que obligó a que Francisco Franco impulsara un proyecto que realmente se financiaron los valencianos.

Durante décadas en Valencia se abonó un sello extra en los envíos postales que con un coste de 25 céntimos buscaba sufragar el presupuesto inicial de la obra que se estimó en más de 3.000 millones de la antigua moneda española. No se conoce el coste final de un despliegue de ingeniería que hoy en día sigue siendo sorprendente.

Las soluciones que se barajaban era abrir un canal hacia el norte en busca del barranco del Carraixet, desviar únicamente el tramo final del viejo Turia y llevárselo hacia Pinedo o crear un nuevo cauce sur desde Quart de Poblet. La opción sur fue la llevada a cabo con casi 750 expropiaciones. El resultado fue limitar Valencia por su flanco sur, una cicatriz que hoy en día es tan visual como social.

La obra se comprende en tres tramos diferentes, oscilando en un ancho de entre 175 y 200 metros, cruzada por quince puentes y desviando por completo el cauce de un río que igual puede ir casi seco como embravecerse por momentos.

Antes de que el Consejo de Ministros de la época de Franco aprobara la obra salvadora, desde Valencia ya hubo presiones y discrepancias porque medio año después de la riada no llegaban las ayudas necesitadas.

Firmados en 1958, los trabajos no comenzarían hasta 1965 y finalizaron un 22 de diciembre de 1969, cuando Francisco Franco visitó la zona para inaugurarla.

El nuevo cauce ha salvado la ciudad de Valencia de una nueva riada en varias ocasiones, pero sobre esta obran han recaído en el último lustro dos proyecto para desvirtuarla. Uno de Joan Ribó y otro desde la Cuenca Hidrográfica del Júcar. Éste último se aprobó cinco días después de la tragedia del 29 de octubre de 2024 y ahora sigue su curso.

Plan de Ribó sin competencias

18 de octubre de 2018. Debate sobre el Estado de la ciudad de Valencia. El entonces alcalde Joan Ribó anuncia un plan para «renaturalizar» el nuevo cauce del Turia, del que llega a decir en el Hemiciclo que «buena parte está sin utilidad». Es por ello que propuso un «corredor verde para conectar el Parque Natural del Turia y el Parque de Cabecera con la Albufera de Valencia», con zonas de esparcimiento social e incluso lugares de ocio.

La parte más curiosa de esta idea es que el Ayuntamiento de Valencia no tiene competencia alguna para presentar ningún proyecto sobre el nuevo cauce del Turia. A todo ello el alcalde de Compromís lo que intentó es que fuera la Generalitat Valenciana la que asumiera la idea que realmente tendría que ejecutar la Cuenca Hidrográfica del Júcar.

Ahí aparece el segundo proyecto, que se puede decir que sigue vigente. La entidad presidida por Miguel Polo formalizó el 1 de noviembre de 2024, tres días después de la tragedia de Valencia, el contrato de redacción del proyecto para «dotar al cauce de todas las funciones ecológicas que le fueron propias antes de ser desviado de su curso original».

En el proyecto original no consta que la idea fuera que el nuevo cauce tuviera un caudal permanente de agua. Eso sí, Polo rechazó la idea de Ribó: “No va a ser un jardín como tal, sino que lo que buscamos es naturalizar este espacio. Por tanto, el proyecto no plantea hacer accesible el Nuevo Cauce del Turia, ni se contempla ni es nuestra competencia”.

El proyecto que sigue en marcha

Tras formaliza el contrato tres días después de la dana, la empresa adjudicataria tenía doce meses para entregar la documentación pertinente, pero los plazos se han desvirtuado tras la tragedia, aunque no se ha descartado hasta la fecha. Es decir, el futuro del nuevo cauce del Turia pasa por reconvertir el lecho en un lugar natural lleno de plantas, aves y un pequeño caudal ecológico.

Por mucho que se genere una estampa idílica, el nuevo cauce del Turia fue concebido tras una tragedia y más de medio siglo después de su entrada en funcionamiento ha cumplido a la perfección su cometido: evitar que Valencia ciudad vuelva a verse anegada por un Turia indomable aguas arriba.