Ya lo dijo: José Calvo Sotelo, en su último discurso

 
 
 
   “Frente a ese Estado estéril, yo levanto el concepto del Estado integrador, que administre la justicia económica y que pueda decir con plena autoridad: no más huelgas, no más lock outs, no más intereses usurarios, no más fórmulas financieras de capitalismo abusivo, no más salarios de hambre,no más salarios políticos no ganados con un rendimiento afortunado, no más libertad anárquica, no más destrucción criminal contra la producción, que la producción nacional está por encima de todas las clases, de todos los partidos y de todos los intereses. (Aplausos). A este estado le llaman muchos Estado Fascista, pues si ese es el Estado Fascista, yo, que participo de la idea de ese estado,yo, que creo en él, me declaro fascista. (Rumores y exclamaciones. Un diputado: ¡Vaya una novedad!).
 
   […] todas las fórmulas de convivencia social y políticas pueden reducirse a dos: orden consentido y orden impuesto. El régimen de orden consentido se funda en la libertad; el régimen de orden impuesto se funda en la autoridad. España está viviendo un régimen de desorden, de desorden no consentido ni arriba ni abajo, sino impuesto desde abajo a arriba. Por consiguiente, elrégimen español, […] es un régimen que no se funda ni en la libertad ni en la autoridad. No se funda en la autoridad, aún cuando se diga que su sostén principal es la democracia […]
 
   España padece el fetichismo de la turbamulta, que no es el pueblo, sino que es la contra figura caricaturesca del pueblo. Son muchos los que con énfasis salen por ahí gritando:«¡Somos los más!» Grito de tribu —pienso yo—; porque el de la civilización sólo daría derecho al énfasis cuando se pudiera gritar: «¡Somos los mejores!», y los mejores casi siempre son los menos.La turbamulta impera en la vida española […]
 
   ¿Qué es la turbamulta? La minoría vestida de mayoría. La ley de la democracia es la ley del número absoluto, de la mayoría absoluta, sea equivalente a la ley de la razón o de la justicia,porque, como decía Anatole France, «una tontería, no por repetida por miles de voces deja de ser tontería». Pero la ley de la turbamulta es la ley de la minoría disfrazada con el ademán soez y vociferante, y eso es lo que está imperando ahora en España; toda la vida española en estas últimas semanas es un pugilato constante entre la horda y el individuo, entre la cantidad y la calidad, entre la apetencia material y los resortes espirituales, entre la avalancha brutal del número y el impulso selecto de la personificación jerárquica, sea cual fuere la virtud, la herencia, la propiedad, el trabajo,el mando; lo que fuere; la horda contra el individuo.
 
[…]
 
   Vaya por delante un concepto en mi arraigado: el de la convicción de que España necesita unEjército fuerte, […] porque de un buen Ejército, de tener buena aviación y buenos barcos de guerradepende, aunque muchos materialistas cegados no lo entiendan así, incluso cosa tan vital y prosaicacomo la exportación de nuestros aceites y de nuestras naranjas.
 
   Cuando se habla por ahí del peligro de militares monarquizantes, yo sonrío un poco,porque no creo —y no me negaréis una cierta autoridad moral para formular este aserto— queexista actualmente en el Ejército español, cualesquiera que sean las ideas políticas individuales, quela Constitución respeta, un solo militar dispuesto a sublevarse en favor de la Monarquía y en contrade la República. Si lo hubiera, sería un loco, lo digo con toda claridad (Rumores), aunque consideroque también sería loco el militar que al frente de su destino no estuviera dispuesto a sublevarse enfavor de España y en contra de la anarquía…
(Grandes protestas y contraprotestas).”
 
José Calvo Sotelo.  
Diario de Sesiones de las Cortes del 16 de junio de 1936
 
 
 
 
 
 
 

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