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El profesor Haim Arni, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que ha dedicado muchos años al tema, ha llegado a la conclusión de que de una u otra manera, fueron 40.000 los judíos salvados de la cámara de gas.
Y este reconocimiento judío se hizo bien explícito por sus más altas instancias:
Golda Meir, primera ministra de Israel declaró siendo ministra de Asuntos Exteriores:
El pueblo judío y el Estado de Israel recuerdan la actitud humanitaria adoptada por España durante la era hitleriana, cuando dieron ayuda y protección a muchas víctimas del nazismo. (durante un debate en el Parlamento Israelí- Knesset, el 10 de febrero de 1959)
Slomo Ben Ami, ministro de Asuntos Exteriores de Israel y embajador de Israel en España:
El poder judío no fue capaz de cambiar la política de Roosevelt hacia los judíos durante la II Guerra Mundial. El único país de Europa que de verdad echó una mano a los judíos fue un país en que no había ninguna influencia judía: España que salvó más judíos que todas las democracias junta. Es todo muy complejo. (declaraciones a la revista Época en 1991)
Israel Singer, actual Presidente del Congreso Mundial Judío:
La España de Franco fue un refugio importante de judíos que se arriesgaron a venir, escapando de la Francia de la libertad, la fraternidad y la igualdad. No quiero defender a Franco, pero en la II Guerra Mundial muchos judíos se salvaron en España e ignorarlo es ignorar la Historia. (entrevista en El Mundo 17 de diciembre de 2005)
Una aclaración también importante. Terminada la guerra, investigaba el destino sobre el oro expoliado por los nazis, una comisión internacional con participación española y cuyo presidente fue Enrique Múgica. Son sus afirmaciones del más alto interés. No hubo aprovechamiento alguno por parte de España, dice Múgica, que agregó, que estaba satisfecho por los comentarios de las diversas delegaciones sobre el comportamiento de España. “Aquél régimen tan criticable en otros aspectos, -sigue diciendo Múgica-, acogió a los judíos que llegaron, bien para asentarse, bien para continuar viaje (El Mundo).
Estos testimonios anteriores, el ofrecido como muestra en la comunicación de Lequerica y las declaraciones de las personalidades judías destruyen el concepto de fábula, que M. Reverte atribuye a la acción del gobierno de Franco en pro de los judíos.
Pero hay también otra patraña de Reverte: que la España de Franco, tuvo la tentación de antisemitismo. No lo hubo, ni siquiera ante las presiones alemanas en aquellos años trágicos de la Guerra Mundial. Una muestra bien significativa fue la creación en 1940, fecha bien significativa, el gobierno español creó el Instituto de Estudios Judíos (Sefardíes) Benito Arias Montano y lo incluyó en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas como un centro de cultura e investigación extraordinario, con sedes en Madrid y Barcelona. Su revista Sefarad, que aún se mantiene, es una de las mejores que se editan en todo el mundo, en el tratamiento de los temas judíos.
Pero la ayuda no cesó al terminar la Guerra Mundial ya que la España de Franco, continuó con sus acciones de ayuda en pro de los judíos, algunos de los cuales pasaron a ser víctimas y refugiados en los continuos conflictos árabe-israelí, pues a pesar de la tradicional amistad del Régimen de Franco con los países árabes e incluso de que Israel, una vez constituido como Estado, no estableció relaciones diplomáticas con España, la acción de ayuda en 1956 continuó para los judíos residentes en Marruecos que tenían prohibida la salida del país desde la declaración de independencia, y fueron ayudados por España a emigrar clandestinamente a Israel. Otro ejemplo de ello fue la concesión en 1968 de visados españoles a 110 judíos egipcios que habían quedado bloqueados por el gobierno de Nasser tras la Guerra de los Seis Días, internados en condiciones muy precarias, que lograron así su liberación.
Y todo esto no son más que muestras de la acción y el eco que tuvo la decisión española, un desafío en el que triunfó, hasta donde fue posible, sobre la persecución cruelísima y el desamparo, la decisión de ayuda para los perseguidos sin otra condición que esa, tan dramática. Y Franco se mostró satisfecho de ello y lo dijo en público en la ocasión, también bien significativa y solemne de la inauguración de la Exposición Sefardita en 1960 en la Biblioteca Nacional de Madrid y ante una audiencia mayoritariamente sefardí: “Me siento orgulloso de haber podido salvar vidas judías durante la II Guerra Mundial”