SIETE COSAS QUE FRANCO HIZO BIEN. Por Ultano Kindelán Everett. 3 Franco hizo bien conteniendo la represión

Capítulo 3. Segunda parte

En cuanto a la población reclusa, Salas Larrazábal señala,
“En esa fecha (1º de Abril de 1939), la población reclusa, que incluía a los prisioneros
de guerra, y a los detenidos o condenados políticos, se elevaba a 100.262, y crecería
rápidamente al incorporar a los miembros de las tropas de Miaja. Al finalizar el año se
situaba en 270.719 personas, a pesar de que, para entonces, eran muchos miles los que
habían sido ejecutados, puestos en libertad, o engrosado la filas del ejército nacional,
por pertenecer a reemplazos no desmovilizados”.
Salas Larrazábal, cuestiona, en su mencionada obra, a la cifra de 192.706 ejecutados por
la represión franquista, cifra que incluye Charles Foltz en su muy publicitada “The
Masquerade in Spain”, y que proviene del listado pormenorizado de “Inscripciones
Judiciales”, publicado por el Ministerio de Justicia de la España nacional en 1942, y
que cubre muertes totales por diversas causas desde 1939 a 1942. El autor analiza los
datos, y demuestra que la cifra manejada por Foltz es radicalmente errónea,
concluyendo,
“No es por tanto Charles Foltz, quien nos desvela el misterio del alcance de la
represión, a pesar de la enorme resonancia y acogida de su testimonio. Parte de un
hecho cierto, (el mencionado listado), pero que tiene únicamente una remota relación
con el número de víctimas de la represión, que están incluidas en la cifra que maneja,
pero que son solo una fracción de ese total, total que recoge a muchísimos más”
(muertos sí, pero no ejecutados por la represión).
También rebate Salas Larrazábal el análisis no menos publicitado de Elena de la
Sourchere, que contabiliza la totalidad de los inscritos en el mencionado listado por
muerte violenta, que fueron 107.988, pues “se le escapa el hecho, (a la autora), de que
muchas de esas muertes no tenían nada que ver con la guerra, y que no pocas de las
que si que tenían que ver con ella, correspondían a inscripciones diferidas”.
El autor luego utiliza los datos sobre muertes inscritos en los Registros Civiles de los
9.262 municipios con los que contaba entonces España, datos recogidos por el Instituto
Nacional de Estadística, que analiza y pondera extensamente en su artículo para
concluir;
“Las víctimas mínimas, y por tanto seguras, de la acción represiva de la posguerra son
22.641 ejecutadas”.
“A esa cifra mínima de muertes por la represión hay que añadir…Con estas
añadiciones llegamos a una cifra máxima de 29.131, un mínima de 23.500, y una
probable de 28.000 muertes por la represión franquista de la posguerra.”
“El trabajo (ejecuciones y sentencias), se realizó de forma rápida e inmisericorde, y
concluyó prácticamente en 1943. La población reclusa bajó a 74.095 personas y fue
disminuyendo progresivamente, hasta situarse, en los años cincuenta, en valores
inferiores incluso a los que son normales hoy en día” ( 1984).
“Además de esas víctimas mortales, hay que considerar a las 300.000 personas que
sufrieron prisión mas o menos prolongada, muchas de ellas condenadas a muerte, o a
graves penas, aunque ni aquellas fueron ejecutadas, ni estas totalmente cumplidas. Una
serie de indultos fueron reduciéndolas hasta su completa extinción.”


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