SIETE COSAS QUE FRANCO HIZO BIEN. Ultano Kindelán. 4 Franco hizo bien evitando que España entrara en la Guerra Mundial

Capítulo 4. Primera parte

Lógicamente Alemania, y en menor grado Italia, que habían ayudado a Franco con
hombres, y sobre todo con material durante la guerra civil, confiaban en que España les
devolviera el favor combatiendo a su lado en la Segunda Guerra Mundial. Pero, al
terminar la guerra civil, España estaba arruinada, y ni Franco ni sus generales, tenían
voluntad de seguir guerreando. Habían cumplido su misión, la de “salvar a España de
la amenaza comunista”, pero el costo había sido inmenso.
Por otra parte, aunque Estados Unidos, Inglaterra y Francia reconocieron el régimen al
finalizar la guerra, enviando embajadores a Madrid, la percepción de Franco, al acabar
la Guerra Civil en la Europa democrática, en los Estados Unidos, y en las democracias
latinoamericanas, era la de un general golpista, amigo de Hitler, que había derrocado un
gobierno legítimamente elegido en las urnas. Esa percepción valoraba entonces en muy
poco, más bien nada, su victoria sobre un Frente Popular dominado por el comunismo
soviético, desde los últimos dos años de la guerra.
Ello mantenía a Franco en una posición extremadamente difícil. Por un lado Alemania
exigía su colaboración en una guerra mundial, colaboración que él veía como
inasumible por una nación postrada tras la guerra civil, con peligro real de hambrunas
generalizadas. Y por otro veía que podía esperar bien poco, mejor dicho nada, de los
que le consideraban amigo y próximo aliado de Hitler, y que entonces no valoraban su
victoria sobre el comunismo.
Luis Suárez en su mencionado libro “Los Años Decisivos” (Pág. 119), describe el
problema;
“La victoria real, conseguida sin negociaciones, planteaba sin embargo con el retorno
a las relaciones internacionales acostumbradas, el tema de la deuda exterior: los
proveedores del Frente Popular- dejando aparte a la Unión Soviética, con la que no se
quería entablar intercambios-no hubiesen admitido relaciones comerciales ni
reconocimiento del derecho de propiedad de bienes españoles en sus países sin
reclamar previamente sus deudas. El gobierno de Franco zanjó la cuestión
comprometiéndose a pagarlas. Ahora Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido, eran,
por ese orden, los principales acreedores de España.
Según los datos que maneja Suárez en su libro, la deuda con Alemania al terminar la
guerra se elevaba a 498 millones de marcos, unos 2.000 millones de pesetas de
entonces, equivalente a unos € 3.000 millones de hoy. Par un país con un PIB que era
cien veces inferior al actual, no cabe duda que el régimen de Franco estrenaba la paz en
condiciones durísimas. Dada la ruina, o inexistencia, de las estructuras productivas
internas, y la pobrísima cosecha de 1939, las prioridades del régimen en política exterior
se centraron en establecer acuerdos internacionales y obtener créditos para la
importación de alimentos y maquinaria con que alimentar la población y recomponer las
industrias.


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