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La revista TIEMPO, en su
número 1792, ha publicado un artículo firmado por Javier Otero, sobre la
documentación que conforma el archivo de esta Fundación bajo el tendencioso
título de “Los Secretos de Estado en poder de la familia Franco”. La Fundación
Nacional Francisco Franco (FNFF) lamenta
que el citado periodista, al elaborar su artículo, no haya considerado
importante contrastar la información publicada con esta Fundación y por ello, a
lo largo del mismo, abundan los errores y distorsiones que hacen precisa esta
réplica acogida a lo dispuesto en la legislación vigente.
La FNFF, a día de hoy, no
ha recibido comunicación alguna, por cualquiera de los medios disponibles, ni
de la Secretaría de Estado de Cultura, ni del Secretario de Estado, don
Fernando Benzo, ni de la Dirección General competente, sobre la limitación o
denegación de acceso a determinados documentos de su archivo al objeto de
investigación, que es para lo que esta Fundación los facilita. Al mismo tiempo
queremos subrayar que la documentación referida no se encuentra en “manos de la
familia Franco”, ni sus deudos se “los llevaron” a la muerte del Generalísimo,
sino que ésta está custodiada en el archivo de esta Fundación, y formaban parte
de la documentación privada de Francisco Franco.
Consideramos equivocadas
las conclusiones que el periodista obtiene y la idea que se transmite sobre la
situación actual de la documentación perteneciente al archivo de la FNFF y del
acceso a la misma. A continuación enumeramos los datos más relevantes: En 2001
la FNFF firmó un Convenio con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte por
el que se integraba en el Sistema Español de Archivos (Ley 16/1985); que por el
mismo se ha comprometido a facilitar el acceso a sus fondos documentales; que a
través de una subvención otorgada por el citado Ministerio la FNFF procedió a
digitalizar/microfilmar más de 25.000 documentos con miles de páginas para facilitar
la consulta de los mismos y preservar los documentos originales; que a resultas
de lo anterior la FNFF entregó al referido Ministerio las copias
correspondientes de la documentación microfilmada, que fue depositada a su vez en
el Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH); que tal y como se establece
en el Convenio, la FNFF ha facilitado la consulta de la documentación de su
archivo con las normas habituales que establecen límites de uso y reproducción;
que la FNFF ha sido siempre muy meticulosa en este aspecto, conservando la
documentación referida a las consultas que se hacen en función del tema de
investigación; que la consulta, al igual que según el artículo hace el CDMH, se
realiza en función de un índice que realizó esta Fundación y que entendemos es
el mismo al que hace referencia con queja el autor del artículo; que la FNFF
siempre ha seguido estrictamente las recomendaciones técnicas que se le han
hecho llegar por parte de la Administración Pública, ajustándose a las mismas.
No es la primera vez que
la FNFF tiene que aclarar -algo obvio cuando se hace referencia a los
contenidos- que la documentación histórica, por el hecho de que tenga un sello
de “SECRETO” o “RESERVADO” no está clasificada directamente como “Secretos de
Estado” o “material clasificado”, algo que también debe sospechar el
articulista.
Causa asombro que TIEMPO
no defienda el derecho a la consulta de textos esenciales para la historia de
España, y que no se posicione en contra de la petición de Izquierda Unida, por
simple razón de “odio ideológico”, de que se cierre el archivo de la FNFF y se
niegue el acceso a la información que posee -contraviniendo la Ley de
Transparencia-. No deja de ser
significativo que para ello se caiga en la más absurda demagogia, tal y como en
ocasiones le sucede a Javier Otero, cuando recurre a presentar como “Secretos
de Estado” documentos referidos a la existencia de cañones alemanes en la
frontera franco-española durante la II Guerra Mundial (lo que por cierto viene
a subrayar la evidente amenaza alemana) o a que se detuviera a “pistoleros
rojos” en Portugal (¿quiere TIEMPO que se censure la información sobre la llamada
oposición antifranquista?) y similares.
TIEMPO ha reproducido
fotográficamente parte de algunos documentos que declara secretos, documentos
que entendemos deben proceder del CDMH. Parece lógico asumir que para acceder a
los mismos tuvo que firmar los convenios necesarios que le habrá exigido el
CDMH, como hace con todo investigador que solicita acceso a los mismos. Todo
ello significa que podría ser acusada de divulgar Secretos Oficiales si fuera
cierta su tesis de que se trata de material clasificado. Dado que TIEMPO los ha
publicado, de forma indirecta está concediendo que no los considera amparados
por la Ley de Secretos Oficiales.
Al hilo de la petición
de IU de cerrar el archivo de la FNFF, tenemos
que reiterar, una vez más, la incoherencia de IU y de todos aquellos que apoyan
la reforma de la Ley de Secretos Oficiales de 1968 para implementar la
desclasificación automática de cualquier documento reservado una vez
transcurridos 10 o 25 años desde su clasificación, y que de forma simultánea
piden el cierre del archivo de la FNFF. La FNFF, como haría cualquier persona o
entidad con interés en fomentar el conocimiento real de la España de Franco,
apoya el acceso ilimitado a la documentación histórica disponible, como única
vía de reconciliación y futuro en paz. Esperamos y deseamos que TIEMPO se sume
a esta iniciativa.