Argumentario en defensa del Valle de los Caídos, por Pablo Linares

 

 

Pablo Linares Clemente

Presidente de la Asociación para la defensa del Valle de los Caídos

 Afán nº 25

 

Resulta claro que la leyenda negra contra el Valle de los Caídos enraizó en su día ya incluso con el conjunto monumental del Valle de los Caídos recién inaugurado allá por la primavera de 1959. Esta leyenda negra la conforman aspectos todos ellos falsos y bien conocidos, la supuesta mano de obra “esclava”, los presuntos cientos de accidentes laborales con resultado de muerte, la financiación de las obras y un largo etc. Todo ello divulgado y transmitido sin el más mínimo rigor histórico y únicamente sostenido en la tradición oral de un conjunto de mentiras año tras año sin credibilidad de ningún tipo y desde luego sin sustentarse en documentación alguna, y la documentación que cuenta como se desarrolló la construcción del Valle existe, desde luego que existe.

La Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos lleva, desde el momento de su constitución, publicando el fruto de sus investigaciones en archivos públicos y privados, así como en testimonios orales de los protagonistas de la construcción del Valle. La obtenida rebate categóricamente la tradicional leyenda sobre el Valle y los mitos que la conforman.

Resumimos aquí a modo de argumentario, la verdad de lo que en su día aconteció en la construcción del monumento respondiendo de modo figurado a aquellos tópicos sobre el tema.

“EN EL VALLE DE LOS CAÍDOS TRABAJARON 20.000 PRESOS POLITICOS”

¡FALSO!

-De los 19 años de construcción del Valle de los Caídos, tan solo durante 7 de ellos hubo presencia de mano de obra reclusa, de marzo de 1943 a enero de 1950. Durante esos lo años y 11 meses fueron poco más de 2000 los presos trabajadores en el Valle de los Caídos. El momento de más presencia de estos trabajadores de modo simultáneo corresponde al mes de abril de 1947 con 770 casos.

-Los trabajadores penados, que estaban allí de modo voluntario (había menos plazas para trabajar allí que peticiones de penados para hacerlo), cobraban el mismo salario que los obreros libres y con los mismos beneficios sociales además de los preceptivos seguros de enfermedad, etc.

-Redimían condena en una proporción que llegó a ser de 6 días redimidos por cada día trabajado en el Valle, de este modo conseguían convertir una condena a 30 años de reclusión mayor en una condena de 465 años como mucho. También obtenían beneficios de redención extraordinarios por buena conducta y/o trabajos voluntarios también remunerados.

-Convivían con sus familias en el Valle todos aquellos que lo solicitaron, presos y libres, pre-dominando los primeros. Los hijos de los presos tenían la obligatoriedad de ser escolariza-dos en la escuela que dirigía el maestro Gonzalo de Córdoba, otro preso redimiendo condena.

-En absoluto se puede mantener la mentira de que los presos trabajadores del Valle eran presos políticos. En la inmensa mayoría de los casos se trataba de verdaderos asesinos con crímenes terribles a sus espaldas sobre todo en la retaguardia roja que fueron juzgados los años inmediatamente posteriores a la guerra y condenados en muchos de los casos a la pena capital dada la gravedad de los delitos que se les imputaba. Todos ellos fueron conmutados por penas inferiores de prisión. En el Valle llegó a haber penados cumpliendo hasta 3 condenas simultaneas de 30 años de reclusión mayor cada una de ellas previamente conmutada de la pena de muerte. A muchos de ellos no Les dio tiempo a cumplir sus condenas puesto que antes de ello se acogieron a los beneficios que les otorgaba la Ley de indulto de 1958.

-Muchos de los presos que redimieron condena en el Valle y otros que obtuvieron el indulto pudieron solicitar vivienda en Madrid de las que el Consejo de Obras del Monumento Nacional a los Caídos puso a su disposición en 4 barrios de la capital. Las viviendas se entregaban en alquiler con derecho a compra, sin hipotecas bancarias de por medio. A fecha de hoy, hay descendientes de aquellos de aquellos presos viviendo en esas viviendas que el régimen se preocupó de entregar a presos y libres.

“EN LA CONSTRUCCIÓN DEL VALLE MURIÓ MUCHA GENTE”

FALSO

-Es relativamente sencillo cuantificar con un margen de error mínimo, cuantas fueron las muertes en el Valle de los Caídos durante los 19 años de su construcción. Para ello, una vez más no hay más que recurrir a las fuentes primarias y cruzar la información obtenida en este sentido entre las diferentes fuentes. De este modo y recurriendo al Archivo General de Palacio (Real), Archivo General de la Administración, Archivo Parroquial de San Lorenzo de El Escorial, Registro Civil de San Lorenzo de EL Escorial y Boletín Oficial del Estado podemos cuantificar en 44 las muertes en “Cuelgamuros” durante el periodo 1940-1962. De estos 44 fallecimientos tan sólo en 16 casos pueden achacarse a accidente laboral en la construcción del monumento y de estos 16 casos tan sólo 6 de ellos fueron presos trabajadores del Valle. Los otros 10 fueron obreros libres.

En esta relación no sólo están recogidos los resultantes de accidentes fatales en el propio Valle, también están contemplados aquellos casos de fallecimientos en cualquiera de las dos clínicas de Madrid a donde se derivaban los casos que por su gravedad no podía atender el medico titular de las obras, Doctor Ángel Lausín. También se contemplan en esta relación aquellos casos de enfermedades respiratorias graves contraídas sobre todo en el proceso de horadado del Risco de la Nava en la construcción de la futura Basílica. Son los tristemente famosos casos de silicosis, enfermedad aún hoy sin tratamiento efectivo. Hay que tener en cuenta que en el Valle hubo mineros profesionales que llegaron hasta allí a trabajar desde las cuencas mineras asturiana y murciana.

No es descabellado pensar que alguno de ellos pudo traer la enfermedad desde otras “minas” o contraerla en otras después de su paso por Cuelgamuros. En cualquier caso, y para no restar un ápice de objetividad a nuestro estudio, las muertes por silicosis y tuberculosis están recogidas. Fueron 6 casos.

-Creo obligado puntualizar de nuevo que los presos estuvieron allí presentes desde marzo el 43 hasta enero del 50. Las obras de la Cruz no comenzaron hasta bien entrado el año 51, por lo tanto, no hubo un solo preso trabajando en su construcción. Esto lo puntualizamos por-que hay “historiadores” que defienden que durante la construcción de la cruz “murieron muchos presos”. Una vez más, FALSO. Durante la construcción de la Cruz, afortunadamente no hubo que lamentar accidente alguno con resultado de muerte, pero de haberse producido, cosas que ya decimos que no ocurrió, nunca pudo haber sido un trabajador preso.

-Los otros 28 fallecimientos acaecidos en el Valle entre 1940 y 1962 y que sucedieron como con-secuencia de accidente laboral en las obras del monumento, corresponden a familiares de penados y libres, que como ya se ha dicho, convivían allí con los trabajadores dentro del re-cinto del Valle en los tres poblados que se dispusieron a tal efecto y en los que, por cierto, se recibían las visitas veraniegas de otros miembros de las familias a modo de “veraneo”.

De entre estos 28 fallecimientos destacamos como ejemplo los casos de los niños Francisca Pérez Fernández, de 10 meses fallecida por bronconeumonía el 13 de abril de 1944, Concepción Expósito Andrés, de dos meses, fallecida el 4 de agosto de 1956 por enterocolitis aguda o María Isabel Baquedano de tan solo un mes fallecida por bronquitis elide diciembre de 1956. En el otro extremo tenemos el caso de Mariana Paz González, de 85 años fallecida el 25 de junio de 1950 por asistolia o el de Luis García Palomo, fallecido a los 78 años, el 28 de diciembre de 1947 por “asistolia por senilidad”.

La verdad solo tiene un camino.

 

 

 


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