Las historias de la Historia

 
 Honorio Feito
 
 
 
   Uno de estos talentos descorcha escándalos, que tanto abundan en esta piel de toro, según los tiempos, llamó la atención hace unos años por el artículo del Diccionario Biográfico de Historia de España, de la Real Academia de la Historia, correspondiente a D. Francisco Franco Bahamonde, Generalísimo de los Ejércitos, anterior Jefe del Estado. Y, como suele ocurrir en estos casos, críticos disconformes con el contenido es este artículo, levantaron una auténtica polémica sobre la obra en general. Ante la crítica generalizada de la izquierda salió la voz autorizada y firme de don Gonzalo Anes y Álvarez de Castrillón, recientemente fallecido, Director de la Real Academia de la Historia y, por tanto, responsable de este trabajo, defendiendo no solamente el artículo dedicado al Generalísimo, sino en general toda la obra, la enciclopedia biográfica (más de 40.000 biografías de españoles a lo largo de la Historia), que era una asignatura pendiente en nuestra bibliografía y, gracias a la cual, como muy acertadamente apunta el profesor Velarde Fuertes (extraordinario su artículo sobre Anes, en La Nueva España del viernes día 12 de abril), es un legado para consulta para las futuras generaciones durante siglos. 
 
   Hace años, consultando el Espasa, di casualmente con la entrada de un personaje que, una vez leída, podía inducir a confusión. Me puse en contacto con la responsable, en aquel momento, de la prestigiosa enciclopedia y me invitó a presentar un artículo capaz de aclarar las más que probables confusiones que contenía el publicado, que, dicho sea de paso, había sido redactado en la primera edición, allá por 1905 si no me falla la memoria. Pero un malentendido, nos privó a ambos de llevar adelante la rectificación. 
 
   El caso es que ahora, que parece que se ha puesto tan de moda re descubrir la Historia, o sea, eso de buscar paralelismos entre comportamientos y personajes de distintas épocas, y se nos presentan libros que, entiendo yo, son de divulgación pero con contenidos reales, como en el cine, con argumentos basados en historias verdaderas… ahora que se cuenta la Historia, con mayúscula, como se cuentan los cuentos o relatos, las historietas para entendernos, tal vez para hacerla más creíble, o más asequible, me descubre aquel gran investigador, fotógrafo y reportero asturiano, Don Constantino Suárez, que firmaba con el pseudónimo de Españolito, otro artículo de dudosa redacción, referido a ese defensor de las libertades que fue don Álvaro Flórez Estrada y de la Pola. 
 
   Porque, dice Españolito, refiriéndose al fin del Trienio Liberal, cuando Flórez Estrada, que ha dejado el ministerio ante el traslado del gobierno y la familia real a Cádiz, para irse él a Granada a animar al general Ballesteros: “Es curioso y digno lo que, llegado este momento de la vida de Flórez Estrada, anota la Enciclopedia Espasa. Dice que, durante el turbulento reinado de Fernando VII, hubo de refugiarse por dos veces en Inglaterra, por su intransigencia ante las medidas que tomaba el monarca. De donde se colige que la intransigencia –reflexiona Españolito- estaba con los que se desvelaban por conseguir el progreso y el bienestar del pueblo español y no por parte del rey que lo sojuzgaba despóticamente”. 
   
   Decía Luis María Ansón que la Historia es un espejo cóncavo-convexo que, según desde qué lado se mire, nos presenta una escena u otra. Nadie puede negar la verdad de esta conclusión, pero me temo que por mucho que se miré, a veces, hay quien no ve más allá del cristal de la propia lupa. 
 
 
 
 

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