Miguel Delibes, marinero voluntario en el crucero Canarias

 

 

Hace dos años, en marzo de 2010, falleció el escritor castellano Miguel Delibes Setién, a los 89 años de edad. Se puede decir que fue uno de los grandes beneficiarios de la guerra y del régimen nacido de la victoria: a los 28 años, en 1948, cuando gana el Premio Nadal por su novela La sombra del ciprés es alargada, es catedrático en la Escuela de Comercio de Valladolid, redactor en El Norte de Castilla y escritor famoso.

 

En los años siguientes, aumentaron su prestigio y su patrimonio. Por un lado, el Ministerio de Educación del régimen incluyó varias de sus obras entre los libros de lectura obligatoria para los alumnos de enseñanzas medias; y por otro lado en 1955 recibió el Premio Nacional de Literatura, en 1959 el premio de Fundación Juan March y en 1962 el Premio de la Crítica. Su renombre llegó al punto de que los accionistas del diario El País le propusieron dirigir el periódico antes de que saliese a la venta.

¿Habría tenido tanto en la vida de no haber estallado la guerra y encontrarse en el bando vencedor? ¿Habría podido disfrutar de esos puestos en la enseñanza y el periodismo sin la amputación demográfica que produjo la guerra en todas las actividades sociales?

 

Sobre ese periodo naval, cuenta Jorge Urdiales:

 

“Cuando llega 1938, cerca ya de cumplir la mayoría de edad, Miguel se alista como voluntario en la Marina junto con otros amigos. Parece que la idea de alistarse ha surgido de Luis María Fernández, amigo de Delibes que luego morirá en el hundimiento del crucero Baleares. Embarca Miguel de nuevo ingreso en el buque escuela Galatea el 8 de febrero de 1938, en periodo de instrucción. El Galatea, buque brik-barca de velas cruzadas, se botó en 1896 en los astilleros de Glasgow y ya es un viejo conocido de la Marina española. Allí recibe las enseñanzas fundamentales que son necesarias para todo marinero hasta que desembarca del Galatea para embarcar en el crucero Canarias el 27 de abril de 1938. Así nos lo dice el libro matriz del buque escuela Galatea: “Desembarca y embarca en el Canarias a disposición del jefe del Bloqueo”.

 

El Canarias es uno de los cuatro cruceros (Cervera, Baleares, Canarias y Navarra) con los que cuenta entonces el bando nacional.

 

Cuando Delibes ingresa en el crucero Canarias le inscriben en la ficha de vicisitudes como estudiante de profesión y también como marinero voluntario. El número que tiene Delibes en el crucero es el 377 y sus compañeros de coy, que es donde duermen los marineros, son Vicente Presa y Pepe Franch. Todos los marineros nuevos pasan reconocimiento médico y vacunación. Al marinero voluntario Delibes enseguida le asignan como destino el puesto C, el antiaéreo, concretamente en la dirección de tiro. A través del tubo acústico, Delibes dará las órdenes de disparo.

 

Llega el día a día, las comidas en el sollado, las guardias, los paseos en tierra… No lleva Delibes un mes en el crucero, cuando el Canarias apresa al barco griego Ellinico-Vouono. Es el 19 de mayo. Una semana después sucederá lo mismo con el soviético Skvortsov Stepanov.

 

Desde enero de 1939 y durante los meses siguientes el crucero en el que presta servicio Miguel Delibes realiza incursiones junto con otros cruceros nacionales en las costas de Cataluña para interceptar el traslado de tropas entre Valencia y Barcelona.

 

El 1º de abril de 1939, Francisco Franco firma su último parte de guerra. Desde entonces, el crucero Canarias va licenciando a sus efectivos escalonadamente. El 12 de mayo se consigna el siguiente escrito en la ficha de vicisitudes del futuro escritor: “Empieza a disfrutar de licencia por haber sido seleccionado para su ingreso en la Escuela Naval Militar”. ¡Cómo habría cambiado la historia si Delibes hubiera continuado su carrera militar!

 

En la conmemoración del primer 18 de julio después de la guerra, la Sección Administrativa de la Escuadra concede a Miguel Delibes la medalla de Campaña y la Cruz Roja por los servicios prestados durante la campaña de 1936 a 1939.

 

El último escrito que se registra en la ficha de vicisitudes del marinero voluntario Miguel Delibes dice así: “En 31-10-1939 desembarca de este buque por ser licenciado en virtud a Orden Ministerial comunicada en fecha 24 del actual”.

 

 La solapa biográfica de una primera edición de La sombra del ciprés es alargada de la colección Áncora y Delfín, de la editorial Destino (fundada en 1944 por catalanes refugiados en Burgos durante la guerra) contiene la siguiente frase:

 

«Durante la guerra civil se enroló como marinero voluntario en la Armada, sirviendo en el crucero Canarias.»

 

Pocos años después, la prueba de su compromiso con el Alzamiento desapareció de las solapas de sus libros. En ésta que reproducimos de Diario de un cazador (1955), la biografía de Delibes salta de su nacimiento en 1920 a sus estudios universitarios.

 

No sabemos si la censura se debió a la editorial o al autor, pero en último caso la responsabilidad es de Delibes, ya que un escritor popular y premiado podía imponer la biografía que quisiese a su editor.
 
 

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