Pintura roja sobre José Antonio Primo de Rivera, por Andrés Bartolomé

 

Andrés Bartolomé

La Razón

 

La fachada de la iglesia de Santa Catalina en Tacoronte (Tenerife), amaneció hace unos días con una gran mancha roja en su fachada. Una pintada que ha teñido la placa que lleva el nombre de José Antonio Primo de Rivera, el fundador –junto con Onésimo Redondo– de Falange Española de las JONS (FE de las JONS).

La placa lleva colocada allí desde 1938 y, según sus detractores, la Ley de Memoria Histórica obliga a que desaparezca de la pared del templo, declarado Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Canarias.

Precisamente esta iglesia fue objeto de una importante reforma –costeada por el Cabildo de Tenerife y el Obispado Diócesis Nivariense– que concluyó el pasado mes de enero. Según ha declarado a Radio Televisión Canaria el alcalde del municipio, José Daniel Díaz, los técnicos de Patrimonio decidieron entonces mantener la placa. «Hay que decidir si efectivamente es retirable o no y si esa decisión compete a estos técnicos», ha señalado.

Al parecer, la pintura manchó la piedra natural del suelo del templo, lo que va a complicar su limpieza y restauración, tareas que de momento no han comenzado y cuyo coste puede ascender a unos 3.000 euros.

 

De las formaciones que nacen del partido original, Falange Auténtica –una escisión de FE/La Falange que convive con FE de las JONS, heredera de las siglas históricas–, ha denunciado los hechos «para que se investigue y se exijan responsabilidades penales a sus autores, y se restituyan la placa y la pared de la iglesia tal y como estaban antes del acto vandálico».

Asegura Falange Auténtica que José Antonio Primo de Rivera «fue un político que desempeñó su actividad durante la Segunda República, de cuyas Cortes llegó a ser diputado», que fue «fundador de un partido político legal, antes y ahora», y que su «pensamiento patriótico y social inspira actualmente a muchas personas y también a organizaciones políticas legales como la nuestra». «Por lo tanto», defienden desde la Ejecutiva Nacional del partido, «su memoria y los símbolos y ornamentos que la recuerdan tienen perfecto derecho a estar presentes entre nosotros, a salvo de interpretaciones falsas sobre su persona y de actos vandálicos de quienes han hecho de la revancha, la violencia y el odio las razones de su existencia».

Por todo ello, el partido muestra su «repulsa» por lo que «demuestra ser un acto de cobardía, violencia e intolerancia, en sintonía con lo que se viene jaleando por los partidos que integran el Gobierno de España».

El pasado noviembre, la que fuera primera tumba de Primo de Rivera, en Alicante, fue objeto de una pintada de color violeta en el monolito donde se reproduce una de las frases de su testamento: «Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas cualidades entrañables, la Patria, el Pan y la Justicia». Y golpeada hasta quedar reducida a trozos apareció la lápida del mismo cementerio en recuerdo de las víctimas de los bombardeos que sufrió la ciudad por la aviación sublevada durante la Guerra Civil.

En el contexto de lo sucedido en Tacoronte, el Gobierno de Canarias, a través de su Viceconsejería de Cultura y Patrimonio Cultural, ha identificado 78 vestigios franquistas en Santa Cruz de Tenerife, y ha propuesto la retirada de 122 condecoraciones.