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Entrevista realizada el 23 de marzo de 1955, para ser emitida en abril en la televisión norteamericana:
– ¿Cuál es el fin que se propone V. E. en lo que respecta a la economía española?
«Por el atraso económico en que España se encontraba y su rápido progreso demográfico, constituye un imperativo para ella impulsar por todos los medios el progreso económico de la Nación, intensificando y mejorando la agricultura a través de las modernas técnicas y multiplicando los planes de grandes y pequeños regadíos, que le permitan la colonización interior de sus valles con una mejor redistribución de la población campesina.
España lleva a cabo, con fines de asegurar el trabajo y la restauración de sus montes, la repoblación forestal más intensa que se conoce, y por la industrialización del país crea nuevas fuentes de producción y de trabajo, que nos permiten mejorar en forma importante el nivel de vida de nuestro pueblo.»
– Por propia experiencia me he dado cuenta de los fallos que sufren ustedes en el suministro de la energía eléctrica. ¿Puede V. E. decirme lo que se hace en este camino?
«Lo que ocurre en el suministro de la energía eléctrica es consecuencia de varios años de sequías prolongadas, de meteorología adversa, que no permitió funcionasen debidamente las previsiones que en este camino se habían tomado, llegándose en estos años a agotar totalmente el agua de los pantanos y sin que las lluvias estaciónales pudieran superar en general la mitad de su capacidad.
El esfuerzo hecho por el Estado español con sus propios medios le ha permitido triplicar en los últimos doce años la capacidad de nuestra energía disponible. Gastamos todos los años unos treinta millones de dólares en el material y maquinaria eléctrica de las centrales que tenemos que importar del extranjero. Al mismo tiempo, el programa industrial de la Nación hace que el coeficiente de consumo de electricidad haya aumentado en estos últimos años en un 15 por 100.»
– ¿Podría decirme algo sobre el futuro político de España en relación con la estructura del Régimen español y su constitución en Reino?
«El futura de España está asegurado por la permanencia de nuestra doctrina y por la constitución de un Estado corporativo, refrendado por la voluntad de la Nación en solemne plebiscito, en que aprobó su constitución en Reino y los órganos llamados a intervenir en la Jefatura de la Nación.
En el futuro, si en España existe un príncipe en condiciones y el Consejo del Reino así lo estima, podrá haber un Rey al frente de nuestros destinos. Si esto no fuera posible, existirá un Regente, pero la vida del Estado y su doctrina no se verá por esto alterada. Nuestro Régimen lleva diecinueve años de vida, y en ellos viene demostrando su fortaleza y su eficacia. Las leyes que la Nación se da tienen un período de información pública y son discutidas y aprobadas por nuestras Cortes. El progreso de la Nación es el mejor medio para valorar el Régimen.»
– ¿Querría explicarme V. E. el criterio español según el cual se muestran conectadas la Iglesia y el Estado?
«Con mucho gusto. Somos un país católico, pues el 999 por 1.000 de los españoles son católicos, y ha sido tradicional en nuestra Patria el concordar con la Iglesia católica nuestras respectivas obligaciones y deberes como pueblo católico que desea que la moral católica presida nuestras costumbres y nuestras leyes. No tenemos por qué pedir a nadie disculpas por nuestras creencias. Somos un pueblo religioso que damos una importancia capital a los valores espirituales y morales.
No creo que esto pueda extrañar a los norteamericanos, pues pueblo tan afín con ellos como lo es Inglaterra, mantiene una relación bien íntima entre la Iglesia y el Estado, según el público norteamericano lo pudo apreciar en las manifestaciones religiosas que tuvieron lugar con motivo de la coronación de la Reina Isabel.»
– Por sus condiciones personales y experiencia militar y por su posición clara como Jefe de Estado, ¿puede explicar su pensamiento sobre si cree factible la coexistencia del mundo libre con el comunismo?
«España tiene una gran experiencia de la coexistencia. En España, en 1936, el comunismo aparecía relativamente débil por su organización y por su número, y, sin embargo, bastó la subida al Poder del Frente Popular para que el comunismo se adueñara de todos los resortes.
No puede perderse de vista que el comunismo se filtra en todas las organizaciones de la Nación y las parasita. Tiene y emplea para ello todos sus medios poderosos de captación, de compra de voluntades y gasta sumas ingentes para alcanzar sus objetivos. Prepara jóvenes, que en un número dilatado de años prueban su fidelidad, y a los que filtra más tarde en los puntos clave. Donde hay un secreto que conocer o un resorte que manejar, allí está presente el comunismo. Ni el propio mundo capitalista de las finanzas le es ajeno, y en él tiene bien colocados sus agentes.
Nosotros, que por nuestra sangre y por nuestra fe nos hemos salvado, no caeremos en la trampa de la coexistencia. Esta reproduce el caso del hombre de buena fe que tiene tratos con el criminal: no puede andar con él y descuidarse, pues a la primera ocasión encontrará la muerte.»
– Aplicando estos principios al Extremo Oriente, ¿cree Su Excelencia que Chu En Lai sería fiel a la palabra de «alto el fuego» o a cualquier otro compromiso semejante?
«Los comunistas son antes comunistas que patriotas y para ellos no cuenta ni la nobleza ni la caballerosidad. Las fosas de Katyn lo proclaman eternamente. No conozco a Chu En Lai; pero si es un verdadero comunista, sacrificará, como todos, su país al comunismo. En los pueblos orientales tiene esto un complejo mayor, pues saben sonreír a tiempo. Desde hace treinta años el comunismo viene explotando el honor y las virtudes de los pueblos civilizados.»
– ¿Cree Su Excelencia que el mundo libre debiera contemporizar con los comunistas y retenerles tan sólo detrás de sus actuales fronteras o si, al contrario, no sería obligación moral el laborar por ver libres los pueblos hoy esclavizados y suministrarles una oportunidad de liberarse?
«No creo que haya duda. El mundo occidental no puede conformarse sin indignidad con el hecho consumado antes de que el comunismo vuelva a sus fronteras naturales y recuperen su libertad los pueblos que la guerra esclavizó.»
– ¿Cree V. E. que Rusia se halla en situación política, económica o militar de luchar actualmente en una tercera guerra mundial en Europa?
«La guerra es hoy un asunto tan difícil, que nadie se encuentra en una situación política, económica o militar para luchar con seguridad en conflicto mundial de tal naturaleza. Nadie desea la guerra, y menos quien, como Rusia, viene consiguiéndolo todo con la “guerra fría” y minando a las otras naciones. La guerra sólo puede ser para ella el remate de una obra política de destrucción interna del enemigo.»
– ¿Cree V. E. que Rusia estaría en condiciones de prestar una considerable ayuda a la China roja, en el caso de que Chan Kai Chek intentara liberar al continente chino?
«Rusia no se juega nada por nadie, y las ayudas que pueda prestar a la China comunista serán en la medida y cantidad que a ella le sea más útil. No hay que olvidar que China tiene una población superior a Rusia, y que Rusia no puede querer de corazón ni el orden, ni el progreso, ni la grandeza de China. Si con sangre extraña pudiera debilitar a los Estados Unidos, lo haría, pero con el mínimo sacrificio.»
– Los rusos han declarado que van a unificar a los países satélites, agrupándolos en una unión militar. ¿Cree V. E. que Rusia se atrevería a armar importantes ejércitos de las naciones satélites de Europa?
«El arma más importante frente a Rusia, y que el Occidente no ha apreciado en su verdadero valor, es precisamente el espíritu de independencia de los países europeos esclavizados. Las generaciones que conocieron la libertad no pueden conformarse. Podrán algunos sectores de aquellos países querer ser comunistas, pero comunistas nacionales, no sometidos a la esclavitud rusa.
No solamente no es posible levantar en ellos ejércitos comunistas al servicio de Rusia, sino que, por el contrario, si llegase una situación de guerra, serán muchas las divisiones rusas que tendrán que diseminarse para sujetarlos.»
– ¿Le importaría a V. E. decir algo sobre lo que espera de las distintas naciones del cinturón defensivo de Europa anticomunista, Países Escandinavos, Benelux, Italia, Francia, Grecia y Turquía?
«Cuanto más cerca están de Rusia geográficamente estos países, tanto más le temen. Y aunque todos ellos amen su libertad, sólo resistirán los que puedan ser ayudados eficazmente. Los que puedan quedar a merced de Rusia harán lo mismo que hicieron en la guerra anterior: ponerse a bien con el más fuerte. Una cosa es querer y otra poder. El espíritu de sacrificio no brilla, desgraciadamente, en el ambiente de materialismo que domina hoy los pueblos.»
-¿Podría V. E. hablar sobre lo que piensa de la nueva Alemania como último miembro de la Asociación anticomunista occidental?
«Alemania es el país más importante de Europa Occidental. Constituye el corazón de Europa y debieran aprovecharse las excepcionales condiciones que ofrece el pensamiento de esta generación alemana para reconciliarla y asociarla con el Occidente. Adenauer hace todo lo humanamente posible para lograrlo. Es de desear que su buena voluntad no se estrelle contra el egoísmo suicida de una política de vencedores y vencidos que aún mantienen algunos de los occidentales.»
– En el caso de que la Rusia soviética desencadenase una agresión, ¿cree V. E. que España contribuiría al Ejército europeo de defensa con divisiones, desde luego respaldadas por el material de los Estados Unidos?
«Aunque España no tiene ninguna obligación formal a este respecto, pues no forma parte de las Naciones Unidas ni ha sido invitada a formar parte de la N.A.T.O., y aun cuando las naciones occidentales en ésta comprendidas tienen demografía suficiente para, si quieren, poder defender sus fronteras, se halla asociada, sin embargo, de corazón al objetivo común de resistencia frente al comunismo, y por sus acuerdos con Portugal y los Estados Unidos se encuentra asociada a aquellos fines. Pocos países como España tendrán un celo mayor por esta defensa.»
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