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Ese reconocimiento (el del Gobierno del Generalísimo por Portugal) estaba hecho desde el Movimiento del l8 de julio. Portugal fué el primer país en reconocer de hecho a la España Nacional. Su apoyo moral nos dió los mayores incentivos y hasta la certeza absoluta del triunfo. El Portugal de Carmona y de Salazar, fuerte, prestigioso, dignificado, ejemplo de orden en una Europa despedazada por odios políticos y anarquizada por el fermento de la revolución comunista, comprendió y sintió el Movimiento del 18 de julio de 1936. Lo segundo a través de las más inequívocas y desinteresadas pruebas de solidaridad.
No olvido tampoco a la prensa portuguesa -la buena y sana prensa- y sobre todo al gran diario “O’Seculo”, cuya actitud desde el primer momento fue siempre inalterable. Jamás tuvo tergiversaciones, desvío ni reticencia alguna. Diario de gran información, supo informar haciéndonos justicia.
Recuerdo que al principio de la guerra “O’Seculo” llegaba a la frontera y a la España liberada, y era ávidamente leído por todos los españoles -como si fuera nuestro, por las detalladas, precisas y fidedignas noticias que publicaba-, las más completas de todos los diarios, incluyendo los nuestros. Su expansión en Galicia y en toda la España liberada demuestra exuberantemente la simpatía, el aprecio y la devoción que justamente conquistó.
Hoy, como ayer las relaciones entre España y Portugal, las mejores, las más estrechas. Somos dos pueblos vecinos, que era menester se conocieran mejor, más íntimamente. Los separó casi siempre -sobre todo durante el siglo del liberalismo- una mala inteligencia y a veces la desconfianza.
Portugal, por fin, supo imponerse. Restablecido el oro den y recuperado el crédito externo, Portugal fue señalado como un ejemplo. En cuanto a España, a la caída de la dictadura del General Primo de Rivera, se debatía en una gran crisis política, dejándose contaminar por el Comunismo producto de la Masonería internacional y del demoliberalismo -hasta el punto de ver dentro de sí desencadenarse la más grande guerra civil de que hay memoria-. Portugal, bajo la égida de Carmona y Salazar, era en la Península Ibérica, esto es, en el Occidente de Europa, una provechosa lección de resurgimiento financiero, económico, moral, político y social. Nosotros, españoles y patriotas, teníamos en Portugal- a nuestras mis. mas puertas-un ejemplo a seguir.
Al Ejército español pertenecía el regir y salvar a España, como el Ejército portugués en 28 de mayo de 1926 salvó y redimió a Portugal.
Con jefes como Carmona y Sala zar, teniendo a su vez unido al Ejército, Portugal será siempre un país de orden, de progreso renovador y vivificador. Para España yo aspiro a una unidad de disciplina y de orden, como la .que tiene lugar en Portugal. Es esta la gran tarea de España durante la guerra, sobre todo en la paz, porque la guerra de hoy debe ser y será la paz fecunda del mañana. y así, ambos países en orden, respetadas sus respectivas soberanías, seremos, en el Occidente de Europa, todavía en gran parte agitada por falsas ideas de democracia y liberalismo y convulsionada por tenebrosas maniobras masónicas, una afirmación elocuente de civilización cristiana. Porque a Portugal y a España más que a ningún otro país, incumbe la defensa de los principios de latinidad basados en la Religión Católica y a su Historia multisecular, que lo exige y dispone.
Y si Portugal fue el primer país en el, continente europeo que reivindicó para sí el derecho de civilización cristiana, bajo un régimen de orden y de progreso constructivo -bajo la égida del Estado nuevo corporativo
– España se honra de seguir su ejemplo, venciendo en una gran guerra, dura y sangrienta, al enemigo común: bolchevismo asiático y todos sus aliados: democracia, liberalismo y Masonería