El catalán en la era de Franco, por J.L. Nuñez

J. L. Nuñez

Razón Española nº 56 (pag. 395)

 

   Giuseppe Grilli, nacido en 1946, fue lector de italiano en la Universidad de Barcelona entre 1969 y 1972 y ahora es catedrático de lengua y literatura catalanas en la universidad de Nápoles y presidente de una Asociación italiana de estudios Catalanes, cuyas actividades apenas tienen eco. Su libro principal es Indagacions sobre la modernitat de la literatura catalana (Barcelona 1982), y ha publicado ensayos sobre escritores del Condado, como el poeta Maragall.

   Grilli ha hecho unas declaraciones al diario “La Vanguardia” de Barcelona (28-III-1992) en las que ha reconocido que no hay interés en Italia por la literatura catalana, y que lo poco que de ella se traduce la lengua del Lacio, se hace a través de versiones españolas. No es sorprendente puesto que las lenguas son básicamente instrumentos pragmáticos, y las gentes tratan de aprender aquéllas que más se hablan: en nuestro tiempo, el inglés y el español.

   Pero Grilli ha declarado también que “la literatura catalana vio su momento de oro durante el franquismo” y que la “la nueva hornada debería tomar el relevo de aquella generación”. Desde su objetividad de observador extranjero, Grilli reconoce pura y simplemente la realidad. La supuesta <> de la lengua vernácula es un trampantojo inventado por los que explotan políticamente algo tan natural como el idioma. Y la eufemísticamente llamada “normalización” (expulsión del español del español e imposición del catalán) no ha producido ninguna obra literaria notable.

   No es un secreto que lo que Grilli dice del catalán podría extenderse al español peninsular, puesto que desde 1977 todos los géneros han entrado en decadencia, la poesía, la novela, el teatro y el ensayo. En los escenarios triunfan las reposiciones. Como afirmó en un congreso valenciano un pintoresco y versátil prosista, “contra Franco escribíamos mejor”. En realidad, debió decir “escribían” porque él no estuvo en contra, sino a favor, y fue un activo miembro del Movimiento que, al final de la guerra civil, incluso se ofreció para denunciar a supuestos escritores rojos.

 

 


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