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Aquilino Duque
En el apéndice de mi libro El mito de Doñana hay un documento que da fe del temprano interés personal que el Generalísimo tuvo por el Coto de Doñana. Ese libro me fue encomendado por don Carlos Robles Piquer, Ministro de Educación en el gabinete de Arias Navarro, último del Régimen del 18 de julio y primero de la Monarquía parlamentaria. La persona más indicada para esa tarea era Miguel Delibes y fue él quien delegó en mí la tarea de defender un espacio natural expuesto a unas amenazas no muy distintas a las que el nuevo estado de cosas representaba para toda la nación española y que el tiempo ha demostrado ser muy ciertas. Franco, pues, ocupa el primer lugar entre los valedores de Doñana, seguido de Robles Piquer, junto a cuyos nombres es de justicia poner el de Alfonso Guerra mientras fue Vicepresidente del Gobierno. No puede decirse lo mismo de todos los Presidentes del Gobierno que han desfilado por el Coto, desde González hasta Rajoy.
Hace poco tuve que salir al paso de una información tendenciosa sobre la creación del Parque Natural de Doñana, que consistía en decir más o menos que el Parque se hizo a pesar de Franco. Eso es como decir que don Juan Carlos es rey a pesar de Franco. No falta documentación, gráfica incluso, que demuestre el interés que el Caudillo se tomó por el Coto gracias al escrito redactado por don Francisco Bernis que le elevaron los González.