¡Es imprescindible!, por Paula González-Robatto

 

Paula González-Robatto F.

Licenciada en Historia

Oficial R.V del Ejercito Aire

Boletín Informativo FNFF Nº 149

 

Los fines fundacionales todos sabemos que son difundir y promover el estudio de su obra y su legado en los años de su mandato como jefe del Estado, además de mantener su archivo personal y su Biblioteca, pero el esfuerzo principal de esta Fundación no podrá ser otro que la defensa de la verdad histórica y en este contexto entra su lucha sin cuartel contra la Ley de Memoria Histórica.

Ya el mismo termino es intencionadamente confuso, aun mas, incorrecto, pues memorias hay muchas, dependen de cada individuo y de cada momento, pero la Historia solo hay una.

La mal llamada Ley de Memoria Histórica tiene una trastienda política no ajena al revanchismo y con la intención de reescribir la Historia pasando por sus páginas una goma de borrar según conveniencias ideológicas pretendiendo limitar la libertad de expresión demonizando otras opiniones y pasar por alto lo que de verdad les molesta que es el recuerdo de sus tropelías, como fue la Revolución de Asturias, un prólogo y un antecedente con responsabilidad en el estallido de la guerra en el 36 (Salvador de Madariaga: “con la rebelión del 34 la izquierda española perdió hasta la sombra de autoridad moral para condenar la del 36”) Lo increíble es que este mismo gobierno que se afanado hasta el delirio en esta ley se  negara a apoyar  la Resolución del 18 de Septiembre de 2019 del Parlamento Europeo de condena a todos los regímenes totalitarios.

Esta Ley demuestra la incapacidad del Gobierno de solucionar los problemas actuales perentorios y reales y en cambio se “entretiene” en dinamitar el ejemplar proceso de concordia y reconciliación que supuso la Transición, reeditando el enfrentamiento entre compatriotas y promoviendo la discordia. Carece de rigor histórico, los hechos solo deben quedar sometidos al juicio erudito de la Historia y no en manos de estos gobernantes de tan escasas luces intelectuales y sin formación histórica. Solo los regímenes totalitarios han sido capaces de hacerlo, y aquí observamos sus tics totalitarios al prohibir o permitir las misas de difuntos según sea la persona por cuya alma se ofrezca. Legislar sobre la historia o contra la historia es, simplemente un acto de totalitarismo, es antidemocrático y liberticida. Este proyecto de Ley está plagado de una serie de despropósitos intelectuales e históricos, auténticas barbaridades jurídicas, como que se considere victimas a familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad, sorprendentemente alguien que no haya nacido todavía podría en su día registrarse como víctima de represión.

La mayor parte de la “memoria histórica” de la España del siglo XXI ni es memoria ni es histórica sino un discurso político elaborado por la izquierda en torno a unos hechos que se interpretaran según un esquema partidista. Hasta en la Wikipedia se sacan datos flagrantemente falsos que la izquierda se los cree.

Aquí entra la imperiosa necesidad de la Fundación Nacional Francisco Franco ya que muchos jóvenes han crecido recibiendo información falsa sobre la Historia de España, se les ha hecho creer verdaderas mentiras y falacias y lo más triste es comprobar hasta qué punto ha calado la deformación de la historia entre ellos. La Fundación representa la verdad, la esperanza y la transmisión de unos valores que emanan de la obra de Francisco Franco. Navega en un mar de turbulencias luchando con un antifranquismo retrospectivo, obsesionado por todo lo que “huela” a Franco rozando la ilegalidad en determinados artículos del Código Penal y de la Constitución.

A todo ello tiene que hacer frente la FNFF en un desigual debate, donde la propaganda y la incultura se ha instalado en las televisiones y otros medios de comunicación, donde incluso el Poder Judicial también ha colaborado rechazando los recursos interpuestos por esta Fundación, su familia, la Comunidad Benedictina y la Asociación del Valle de los Caídos y la Iglesia ha mirado para otro lado.

El gobierno ha devaluado los símbolos que unen a los españoles como han malbaratado tantos otros valores importantes, pero aquí … ¡no pasa nada! España está dormida ante la catástrofe y el futuro desolador e instalada en la comodidad del silencio.

La izquierda no vacila en convertir la Historia en arma política cuando ve amenazada su continuidad en el poder. ¿Volverán las hogueras de libros que no se ajusten a su “memoria”’?

Cada vez admiro más a la FNFF por lo que representa, por lo que hace, por lo que ha dado y aún dará pese a los pocos merecimientos que ha recibido en la defensa de unos principios universales inspirados en la obra de Francisco Franco, a sus dirigentes, y a los que trabajan día a día en ella en la tarea de seguir adelante.

Brindo, lo hago mirando siempre hacia el sol con mi agradecimiento profundo al valedor de lo que viví y lo recuerdo.

 

 


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