Pensamiento de Franco: Conciliación y arbitraje en los conflictos laborales

Si la justicia es un símbolo de la civilización y todas las diferencias se someten hoy, en los pueblos civilizados, a la resolución de los jueces, ¿cómo en problemas que tanto afectan a la paz y a la libertad y al bienestar general pueden dejarse abandonados a la lucha primitiva entre las partes? Cuando el Estado tiene un significado eminentemente social, como le pasa al nuestro, ha creado los órganos de conciliación y arbitraje, y posee una magistratura, independiente en sus distintos grados para resolver los conflictos, no puede perdurar aquel sistema de la acción directa y de la justicia por la mano.

Así lo vienen reconociendo los hombres responsables de los distintos países al ver gravemente amenazado el bien general por las huelgas revolucionarias y aniquiladoras, regidas en gran parte de los casos por el partido comunista al servicio de Moscú, con ánimo de destruir el progreso económico del Occidente. Si los sistemas de conciliación y justicia no se considera-sen suficientes, cabe siempre su mejora y perfeccionamiento. Para ello se encuentran abiertos los cauces con los Jurados de Empresa y la Organización Sindical para colaborar con los poderes públicos en su solución.

Francisco Franco Bahamonde

(9-III-1963: Madrid.—IX Consejo Nacional.)


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