La nueva economía española: El desarrollo industrial (II)

 

“40 años de vida en España”

 

LA ENERGÍA ELÉCTRICA

La energía eléctrica ha introducido cambios tan profundos en la vida moderna que no es posible concebir ésta sin la apoyatura de este tipo de energía que es, sin duda alguna, la que ha alcanzado un desarrollo más espectacular en España. Carente nuestro país de unas fuentes energéticas acordes a nuestras necesidades industriales, el gobierno se encaró con el problema y encontró la solución en la utilización de los recursos que proporcionaban los saltos de agua e incluso la utilización a bocamina de carbones de escasa potencia calorífica y cuyo transporte resultaba antieconómico, pero que podía transformarse, por medio de las centrales térmicas, en energía eléctrica. Ya hemos indicado en el apartado de Obras Públicas las características de nuestra red fluvial y las dificultades que conlleva su aprovechamiento; pese a ello, el aprovechamiento hidroeléctrico de nuestros ríos fue una obsesión de los responsables de la política económica que consiguieron producir este tipo de energía en tales proporciones que, incluso, se exportó a nuestros vecinos de Portugal y Francia.

En 1958, se habían instalado en nuestra patria 203 centrales con potencia superior a 2 MVA. De ellas, por lo espectacular de su potencia instalada, señalamos las siguientes:

Central

Río

Potencia en MVA

Peares

Miño

187.2

San Esteban

Sil

331.8

Salime

Navia

140

Esla

Esla

148

Saucelles

Duero

300

Barazar

Zadorra

105

Cofrentes

Júcar

138

 

En la época que historiamos, se encontraba en construcción el salto de Aldeadávila, perteneciente a la empresa Iberduero, que constituye la unidad hidroeléctrica más importante de España y la de mayor potencia de la Europa Occidental. Este salto aprovecha un tramo del Duero internacional de 139,50 metros de altura y está equipado con seis grupos generadores de 119,700 Kw. cada uno, totalizando una potencia instalada de 718.200 Kw.

A la producción eléctrica de los saltos de agua, hay que añadir la de origen térmico, que viene a ser 1/5 de la hidráulica pero que complementa perfectamente a la primera. Esta producción, comparada con la que España tenía al finalizar la contienda civil (1936-1939) ha experimentado, en conjunto, un aumento siete veces superior a la que tenía; de este aumento, la mayor parte ha correspondido a la potencia hidráulica, ya que su crecimiento debe considerarse del orden de un 70% correspondiendo a la térmica el 30%. Otra ventaja de este tipo de energía es la facilidad de transporte una vez obtenida en forma de corriente alterna, ya que por medio de transformadores estáticos se eleva la tensión de salida de las máquinas, hasta alcanzar valores muy elevados, lo que permite que los conductores no tengan secciones excesivas, disminuyendo con ello los costes y el peso. La explotación racional del sistema eléctrico se logra con la creación, en 1944, por parte de las principales sociedades eléctricas de la Unidad Eléctrica, S.A., UNESA. Esta sociedad agrupa a 28 sociedades eléctricas cuya producción es del orden del 78% del total nacional. La finalidad de UNESA consiste en la distribución de la energía eléctrica, para lograr el aprovechamiento completo de la potencia instalada y conseguir el funcionamiento óptimo del sistema. También prevé los consumos y se adelanta sobre la demanda con lo que consigue satisfacer las necesidades industriales y de uso doméstico, cada día más crecientes en una sociedad en franco período de expansión y de aumento de nivel de vida.

Las cifras de potencia instalada durante los años 1950-60 y la evolución de la producción de energía eléctrica son las siguientes:

EVOLUCIÓN DE LA POTENCIA INSTALADA EN MILLONES DE KW

1950

1951

1952

1953

1954

1955

1956

1957

1958

1959

1960

1,711

1,773

1,975

2,306

2,328

2,753

3,410

3,637

4,015

4,313

4,600

 

EVOLUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN DE ENERGÍA HIDROELÉCTRICA EN MILLONES DE KW-H.

1950

1951

1952

1953

1954

1955

1956

1957

1958

1959

1960

5,079

7,055

7,919

7,556

7,780

9,351

11,226

9,687

11,397

14,700

15,624

 

Las proporciones en el consumo de energía en los distintos sectores se pueden analizar en el siguiente cuadro que corresponde a una estadística del año 1958 y que la distribuía así:

USO

Consumo en millones de Kw/h.

Electroquímica y electrometalúrgica

1.967,8

Siderurgia

1.009,7

Otras industrias

5.979,0

Tracción

892,6

Alumbrado público

223,5

Usos domésticos

2.419,4

Agricultura

305,9

Total

12.797,9

 

Queda, por último, señalar que en este período, concretamente en 1957, Iberduero y Electra del Viesgo, fundaron una sociedad denominada NUCLEOR, con objeto de lograr la obtención de la energía eléctrica por medio de centrales nucleares. Esta sociedad inició la construcción de la central de Santa María del Garoña, aprovechando el caudal del río Ebro, central que dispondría de dos reactores nucleares de 300.000 kw. que alimentarán a cuatro turbinas, con una producción evaluada en 2.000 millones de kw./h. Otra entidad, CENUSA, constituida por Unión Eléctrica Madrileña, la Compañía Sevillana de Electricidad e Hidroeléctrica Española inició así mismos estudios para construir sobre los ríos Tajo y Guadalquivir, otras tres centrales nucleares de 250.000 kw. cada una. Las realizaciones de este tipo de energía, corresponden a los años venideros, pero es, precisamente cuando la verdad se abre paso para España, cuando se inicia el estudio y la acometida de este tipo de trabajos que ya tenían, especialmente en la Unión Soviética, Alemania y EE.UU. un amplio desarrollo.

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INDUSTRIA SIDEROMETALURGICA

Hay que partir de un hecho, quizá poco conocido, para ver como ha evolucionado la producción de acero en España. El hecho es que, en el año 1929 — año en el que se produce la gran crisis económica en el mundo — España, bajo el gobierno del general Primo de Rivera, produce la cantidad «récord» de un millón de toneladas de acero. Era una meta difícil de superar e incluso de mantener y así, con la llegada de la Segunda República, la producción fue descendiendo y en el año 1934 — año en el que se podía considerar estabilizado el nuevo régimen republicano y de buenas perspectivas económicas — la producción de acero no pasó de 640.000 toneladas. La guerra civil y las consecuencias posteriores, hacen que esa producción, de una media, «en los años difíciles» (40-50), de 646.000 toneladas, lo que dadas las circunstancias por las que atravesó el país y las dificultades de todo orden del gobierno, no estaba nada mal. Pero en 1954 se supera ligeramente la producción de aquel récord establecido en 1929 que ya será rebasado continuamente. La media del decenio 50-60 se sitúa en 1.171.000 toneladas, con un incremento medio de producción de un 81,32%. La puesta en marcha en Avilés del primer alto horno de la Empresa Nacional Siderúrgica en septiembre de 1957 y las ampliaciones y modernizaciones llevadas a cabo en otras empresas del sector, permitieron alcanzar estos índices de producción. El Plan Siderúrgico Nacional, cumplía las previsiones que se había trazado al promulgarse. A finales de 1958 entraba en servicio el segundo alto horno de Avilés, donde ya había comenzado a funcionar la acerería instalada en dicha ciudad. La producción de 1959 obtenida por la Empresa Nacional Siderúrgica se situó entre las 340 y 400 mil toneladas de acero, lo que unido a la producción de la industria privada del ramo, que también había incrementado su actividad de modo notable, dio como resultado una producción global de 1.822.000 toneladas. La cola de los dos millones, estaba al alcance de la industria española; dos años después, también sería rebasada ampliamente. E.N.S.I.D.E.S.A. finalizó la década instalando un tren «Blooming», otro estructural y seguidamente los de chapa gruesa y blanda en Avilés, instalaciones que empezaron a funcionar, a pleno rendimiento, cuando los años 60 iban a nacer.

El siguiente cuadro nos proporciona unos datos bien elocuentes del trabajo realizado en España en el sector:

 

 

 

SIDERURGIA

(Miles de toneladas)

AÑOS

Lingote de hierro

Acero

Forrealeaciones (x)

1950

664

815

5,7

1951

650

818

19,0

1952

763

903

22,9

1953

799

896

22,3

1954

877

1.099

26,3

1955

963

1.213

30,8

1956

913

1.243

30,8

1957

962

1.344

36,5

1958

1.295

1.560

39,1

1959

1.668

1.822

50,3

1960

1.885

1.904

40,1

(x) Incluye exclusivamente ferromanganeso y ferrosilicio. Fuente: I.N.E.

La actividad siderúrgica en España comprende un gran número de empresas, cuyas instalaciones responden a tipos muy diversos; las que tienen fábricas integrales con producción de coque, arrabio, acero y laminado son ocho, pero si exceptuamos las dos de Altos Hornos de Vizcaya y las que pertenecen al I.N.I. a través de la Empresa Nacional Siderúrgica, todas tienen muy escasa capacidad. Además de estas ocho fábricas, hay en España otras 137 de diversa amplitud, pero todas muy reducidas. Dada la antigüedad de los equipos de que disponen la mayor parte de nuestras instalaciones, debemos hacer constar que en la actualidad (finales de la década 50-60), todas ellas tienen en curso programas de modernización que permitan aceptar el reto de una mayor tecnificación y competencia con las industrias internacionales del ramo.

El resto de la metalurgia se ha desarrollado en España con-forme a la producción que señalamos en el siguiente cuadro:

METARLUGIA

AÑOS

Cobre

Aluminio

Cinc

Plomo

Estaño

1950

14.141

2.339

21.259

34.874

910

1951

14.404

3.840

21.272

41.242

898

1952

17.962

4.121

21.1967

41.784

765

1953

16.506

4.133

22.932

48.787

895

1954

18.431

4.684

23.122

56.083

818

1955

21.369

10.435

23.729

61.243

888

1956

25.653

13.549

22.835

58.811

615

1957

27.566

14.925

21.623

61.187

798

1958

42.675

16.120

24.255

69.814

468

1959

38.038

22.642

23.922

68.605

352

1960

37.813

28.740

44.965

71.621

471

Fuente: I.N.E.

 

 


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