1966: Franco inaugura una colosal obra en La Coruña. El Dique de Abrigo, por Carlos F. Barallobre

 

Carlos Fernández Barallobre

 

 

 

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1966 El Jefe del Estado Generalísimo Franco inaugura las obras del dique de abrigo del puerto de La Coruña.

 

Los relojes marcaban las seis y media de la tarde del lunes 22 de agosto de 1966, cuando el Jefe del Estado, Francisco Franco, descubría la placa que la Junta de Obras del Puerto dedicaba al conde de FENOSA, Pedro Barrié de la Maza, con motivo de las gran labor desarrollada al frente de dicha entidad y para cumplir así un acuerdo de la corporación municipal al denominar con el nombre de tal señalado personaje  al nuevo dique de abrigo del puerto de La Coruña.

El dique de abrigo era ya una realidad. Desde 1944 en que el ingeniero Eduardo García de Dios redactaba un proyecto para el desarrollo y mejora del puerto coruñés habían pasado veintidós años. Ya en 1945, Pedro Barrié de la Maza, había expuesto el proyecto al Ministro de Obras Públicas, José María Fernández Ladreda, quien lo acogió de forma entusiástica.

En 1946 se aprueba definitivamente el proyecto, Se van a destinar unos 260 millones de pesetas para acometer dicha obra de la que resultará un espigón de 1336 metros de largo por doce de ancho, que partirá desde la parte trasera del parque de Maestranza de Artillería, adentrándose en el mar en dirección este-sudeste.

En pleno directorio del General Miguel Primo de Rivera ya el ministro de Fomento Rafael Benjumea, Conde Guadalhorce, había autorizado a las autoridades portuarias coruñesas la redacción de un proyecto para tal construcción que al final quedó solamente en proyecto.

La licitación de la obra, después de concurso público, recayó en la empresa constructora TERMAC. Era su director el ingeniero de caminos Meilán Godoy, que sería el encargado de llevar a buen puerto tan relevante obra.

 

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1964 Obras de construcción del dique de abrigo.

Los trabajos se iniciaron en el año 1948 con el montaje de un tren de vía estrecha, que discurría a lo largo de tres mil metros por la costa desde Adormideras al tramo final de la Maestranza de Artillería. En él se va iba a transportar piedra extraída de la cantera que la empresa TERMAC tenía precisamente en Adormideras.

En 1952 da comienzo de verdad  la construcción del tramo de rellenado y creación de la escollera hasta la peña de Ánimas.  Con enormes dificultades debido a unas condiciones climatológicas muy adversas, un mar embravecido y duro hasta extremos insospechados, los trabajos se realizan con lentitud. El enorme oleaje se lleva por delante el tren de vía estrecha que hay que volver a reconstruir. Se verterán más de 55.000 toneladas de escollera. Todo un record.

Se emplearán todo tipo de modernas máquinas entre las que destacaban tres vanguardistas palas excavadoras y dos grandes grúas electrificadas. La piedra, una vez hecho el arranque del dique, se trasladará también desde la cantera del monte de San Pedro en grandes y pesados camiones de la empresa madrileña Montejano.

Las obras  en las que trabajaron más de 2.000 operarios, diez de los cuales fallecieron por accidentes laborales en la propia construcción del dique, se realizaron a un ritmo frenético. Se emplearon más de cuatro millones de toneladas de piedra de diferentes pesos y tamaños y como dato curioso que apuntaba en su libro “Temas Coruñeses”, Alfonso González Catoyra: “el volumen de piedra vertido en el dique Barrié de la Maza es superior al de las tres gigantescas pirámides Gizeh en Egipto”.

En el acto de inauguración, después de unas palabras del alcalde Salorio, donde destacó  la labor de Pedro Barrié de La Maza como presidente de la Junta de obras del puerto y sus denodados “esfuerzos en favor de La Coruña y de Galicia entera”. el propio  Pedro Barrié de la Maza se dirigió a los presentes para agradecer la presencia del Caudillo y de su esposa en el acto y dio las gracias al alcalde por los elogios desmedidos que hacia su persona había hecho. “Cuando fui nombrado presidente de la Junta de obras del puerto en 1944”, -dijo Barrié- “el puerto de La Coruña recaudaba cuatro millones de pesetas. Hoy, veintidós años  después, sobrepasa la cifra de los cien millones. Y este auge se lo debemos al Caudillo que ha sabido llevar con mano fuerte y segura a nuestro país para lograr que España pueda igualarse con cualquier Nación del mundo. Para conseguir esa España grande y libre que todos deseamos, nosotros pondremos nuestro grano de arena cumpliendo así lo que nuestro Caudillo quiere y desea”.

 

 

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1966: El Caudillo de España Francisco Franco, acompañado por el alcalde de La Coruña, Demetrio Salorio, inaugura el Dique de abrigo del puerto de La Coruña,

El Generalísimo Franco, que estaba acompañado por su esposa, el ministro de Marina Almirante Nieto Antúnez, el Capitán General de Galicia, general Carmona y Pérez de Vera, así como por el director general del ministerio de Vivienda, Enrique Salgado Torres; Gobernador Civil, Antonio Avendaño Porrua  y alcalde de La Coruña, Demetrio Salorio, entre otras autoridades y personalidades, procedió a descorrer la cortinilla que cubría la placa que llevaba la siguiente leyenda: “Al Excelentísimo Señor Don Pedro Barrié de la Maza, conde de FENOSA y presidente de la Junta de Obras del Puerto, promotor constante del desarrollo y engrandecimiento del puerto de La Coruña. Agosto de 1966”. El monumento constaba un pino, que simbolizaba la reciedumbre del país, una piedra de granito, que reflejaba el ingenio y la labor del hombre para vencer al mar con aquella gigantesca escollera y una cunca  de bronce  llena de agua, que representaba el  poder del hombre sobre el mar para dominarlo con esa obra extraordinaria  del dique de abrigo.

La construcción del dique de abrigo fue determinante para adjudicar a La Coruña la refinería de Petróleos, así como, gracias a esa monumental obra, el puerto de la ciudad herculina se situó, en aquella década de los sesenta, como el quinto en importancia de España.

Franco y su esposa, entre vítores y aplausos, abandonaron el muelle de Ánimas y se trasladaron con dirección al Real Club Náutico, desde cuya terraza presenciaron  la XXVI edición de la tradicional regata de traineras en honor al Caudillo y que fue ganada ese año por la embarcación “Guadalupe” de Fuenterrabía, tras una vibrante lucha con la embarcación “Montañesa” de Pedreña, a la  que sacaría apenas por medio largo. Tras ellos, en tercer lugar se  clasificó Castropol. Los muelles, la Dársena  y otros lugares de la bahía coruñesa concentraron a millares de espectadores, que siguieron de forma apasionada la regata, que ya se suponía, antes de su inicio, como una gran pugna entre la campeona de España, la tripulación de Pedreña y la campeona de los Juegos del Cantábrico, Fuenterrabía.   

 

 

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1966: El Dique de abrigo unos días después de su inauguración

Finalizada la prueba, las traineras saludaron al Caudillo, levantando sus remos al pasar frente al Real club  Náutico. Luego, los patrones subieron al salón de actos del club, en donde la Obra Sindical Educación y Descanso, organizadora de la regata, hizo entrega al Generalísimo Franco como recuerdo de la misma, de un artístico remo a escala, en oro. El Caudillo procedió a continuación, a entregar los trofeos por él donados, al patrón del balandro clase Cadete “Munchiño II” y al de la trainera guipuzcoana Lujambio.

P/D: Escribo este artículo, al amparo de la infecta, criminal, malvada, canallesca, mentirosa, llena de odio, de división entre unos españoles y otros; profanadora de cadáveres de héroes de nuestra historia, manchada con la sangre de las víctimas del terrorismo, a quienes desprecia, un auténtico fraude de ley, que ataca la unidad de España, la verdad, la libertad, la historia de nuestra Patria; que pretende por ley obligar a los españoles a pensar lo que quiere este gobierno corrupto, traidor y estulto y que incluso  ataca de forma ignominiosa al patrimonio cultural, histórico y artístico de España, siendo su único y malévolo fin deslegitimar un régimen, el del Generalísimo Francisco Franco, que llevo a España a convertirse en la novena potencia industrial del mundo y de él que emanó la actual Jefatura del Estado, -no lo olvide Majestad-,  llamada, de forma burda y grosera, ley de “memoria democrática”, de la cual me declaro beligerante y desafiante, recientemente aprobada, que en un párrafo textual de su sectario preámbulo dice: “El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a asentar nuestra convivencia sobre bases más firmes, protegiéndonos de repetir los errores del pasado. La consolidación de nuestro ordenamiento constitucional nos permite hoy afrontar la verdad y la justicia sobre nuestro pasado. El olvido no es opción para la democracia”.

ESTA ES MI MEMORIA Y A ESO ME ACOJO. EN DEFENSA DE LA VERDAD. SIN MIEDO A NADA NI A NADIE. LA MEMORIA NO PUEDE ESTAR SUJETA A NINGUN TIPO DE LEY. ES ALGO CONSUSTANCIAL CON LA PROPIA PERSONA. NO ME VOY A CALLAR Y ME REBELO ANTE ESTE ATROPELLO DE UNA LEY ANTICONSTITUCIONAL, ABERRANTE, SOVIETICA, QUE ATACA LA LIBERTAD PERSONAL, ÚNICAMENTE PROMULGADA PARA MANTENER LA FALSA VERSION DE LA IZQUIERDA -POR ELLO NECESITAN UNA LEY QUE AMENACE CON MULTAS Y ATOSIGUE CON EL TEMOR- PARA DISTORSIONAR, PUES NO PUEDEN REBATIR, EN ABSOLUTO, LA VERDADERA REALIDAD HISTORICA DE ESPAÑA.

 

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