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Este no es solamente el fruto de treinta años de paz, es el fruto de la continuidad, de la unidad entre los hombres y las tierras de España, esa continuidad que debemos defender como la cosa más cara para nuestro presente y nuestro futuro. Las naciones tienen varias etapas: la primera, procurar su crecimiento industrial y aumentar los recursos agrarios; pero cuando la nación crece, cuando la nación se multiplica, es necesario que la técnica y la industria invadan también la nación. (Grandes aplausos).
España llevaba una larga etapa de decadencia. Si nosotros dictaminásemos las causas de su decadencia, tendría que repetir lo que tantas veces os dije: Que habría encontrado el extranjero la palanca más poderosa para destruirnos, aquella solución de enfrentar a españoles contra españoles. Así hemos vivido un siglo, y esto de hoy lo hemos conquistado con la unidad entre los hombres y las tierras de España, la unidad política, si, política, firmemente política… (Los aplausos interrumpen a Su Excelencia. Una voz: «¡Viva el artífice de la unidad!»). Unidad de política, unidad de servicio a la nación, de servicio al progreso, hasta conseguir obras como la de hoy en que se inaugura un ferrocarril del que hace cuarenta años, en un período de excepción, se puso la primera piedra. Inauguración que viene unida también a la industrialización de la capital de Burgos, esta industrialización que ha hecho que hoy haya unas sesenta fábricas en funcionamiento y cuarenta más en vías de inauguración y puesta en servicio.
(Grandes aplausos)
Pero esto que vivimos hoy en Burgos lo vamos viviendo por todos los lugares de España, por todas sus provincias; lo vemos en sus campos secos hoy vivificados gracias a sus obras de regadío en donde la técnica se pone al servicio de nuestro tiempo y de nuestro futuro.
Insisto en que debemos mantener siempre la unidad política de los españoles. Para ello os hemos dado las Leyes Fundamentales y no tenéis más que continuarlas y guardarlas como cosa propia de nuestro corazón y firmemente ligada a nuestro futuro.
Españoles rotos, ¡Arriba España!
Francisco Franco Bahamonde
(4-VII-1968: Plaza de la Estación)