1938: El Pazo de Meirás. El regalo de los coruñeses a Francisco Franco, por Carlos F. Barallobre

Carlos Fernández Barallobre

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1938: El Caudillo de España en el Pazo de Meirás

En la madrugada del día cinco de diciembre de 1938, tras finalizar la sangrienta y decisiva batalla del Ebro de la guerra de liberación española, que él mismo había dirigido con insuperable maestría y táctica militar, el Generalísimo Francisco Franco, llegaba al Pazo de Meirás, acompañado por su esposa Carmen Polo y los ministros de Gobernación y Agricultura, Ramón Serrano Suñer y Raimundo Fernández Cuesta.

El Caudillo de España provenía de Burgos y los dos motivos principales por los que visitaba su tierra natal, en plena contienda, eran, uno, abrazar la imagen del Santo Adalid, Patrón de las Españas, el Señor Santiago; arrodillarse y orar ante sus restos y ganar de esa forma las gracias e indulgencias del Jubileo Compostelano, que se había celebrado  el año anterior, no habiéndolo podido hacer como era su deseo, debido a que la guerra de Liberación Española, se libraba en toda su dureza, encendida en diferentes frentes tan importantes y trascendentales como El Jarama, Málaga, Guadalajara, Frente Norte, Brunete, Belchite  y Teruel

Ante tal circunstancia, el Papa Pío XI, había  prorrogado el año Santo jubilar por  primera vez en la historia, gracias a una petición del Arzobispo de Compostela, arropado y apoyado  por toda la curia española, doctor Muñiz de Pablos, el 18 de diciembre del año 1937, unos días antes del cierre de la Puerta Santa, el año Santo Jacobeo, a fin de mantenerlo durante el siguiente año de 1938, como un hecho excepcional para hacer realidad  la posibilidad de que pudiesen ganar el jubileo todas aquellas personas que no habían podido hacerlo en 1937, debido a los problemas derivados de la Guerra Civil, “sobre todo los que iban quedando libres del cautiverio y del horror de las hordas comunistas y socialistas”. El Sumo Pontífice de Roma no vaciló en conceder la histórica prerrogativa. De esa forma, Francisco Franco, la espada más limpia del mundo, el soldado ejemplar que conducía  a la España Católica, la tierra de la Virgen María,  a la victoria contra los enemigos de la Fe y de la Patria,  pudo ganar sus indulgencias plenarias.

El otro motivo era recibir de la provincia de La Coruña, el Pazo de Meirás, que tras una suscripción popular, llevada a cabo entre los vecinos de los noventa y tres ayuntamientos, que conformaban  la provincia de La Coruña, a través de la Fundación Pro Pazo de Meirás, creada al efecto por un grupo de notables coruñeses, entre ellos Pedro Barrié de la Maza; el Gobernador civil de La Coruña, Julio Muñoz de Aguilar; Alfonso Molina, Fernando Álvarez de Sotomayor, José Luis Bugallal, José María Rivero de Aguilar, Marchesi, José Casteleiro y Joaquín Barcia, que se encargó de la venta de   papeletas “Pro Pazo de Meirás” a 1, 2, 2,50, 5, 7,50,10 y 25 pesetas.

Con aquellas aportaciones, unas de un montante importante y otras humildes, llegadas incluso desde los frentes donde combatían soldados coruñeses, el Pazo de Meirás fue  adquirido  a la familia Pardo Bazán, con el objeto de regalárselo al Jefe del Estado, el Invicto Caudillo Franco, haciendo suya una idea de un recordado alcalde de la Coruña, Manuel Casás, quien dijo acerca de la donación de La Coruña a Franco del pazo de Meirás: “Ese refugio tranquilo del Jefe del Estado hará que La  Coruña y su provincia  serán recompensadas con multitud de ventajas y hará menor el sacrificio que se impongan para la adquisición del Pazo”. 

Si a través de ese revisionismo malvado, lleno de odio, infamia, bellaquería y mentira en que se ha convertido desde que ha visto la luz,  la infecta, soviética y sectaria ley de la memoria democrática, hubiera que buscar un culpable del porqué Francisco Franco aceptó el ofrecimiento de sus paisanos, de regalarle el Pazo de Meirás, habría que buscarlo en el asesino, ladrón y corrupto PSOE, junto a comunistas y anarquistas, que sedientos de sangre y venganza, perpetraron, en agosto de 1936, el asesinato cobarde y despreciable de Jaime Quiroga Pardo Bazán y su hijo Jaime Quiroga Esteban-Collantes.

Detenidos el once de agosto de 1936 por una partida de patibularios asesinos marxistas, que asaltaron ese día numerosas viviendas de la calle Goya, donde, según ellos, vivían los ricos, los señoritos, los meapilas que iban a Misa  y los fascistas, Jaime Quiroga y su hijo fueron conducidos, tras ser vejados y maltratados a la checa del círculo madrileño de Bellas Artes, uno de los lugares de mayor horror, terror y muerte de aquel desdichado Madrid rojo. Allí Jaime Quiroga y su hijo serian torturados.

A  Jaime Quiroga le ataron colgándole de un gancho y a su hijo le sumergieron durante cierto tiempo la cabeza en un cubo lleno de agua. Jaime Quiroga y su hijo mantuvieron una postura de encomiable gallardía y bizarría, sin pedir clemencia, ni contestar a ninguno de los insultos y reproches  que le realizaron,  mientras les agredían. Sin juicio previo, a la noche de ese mismo día, fueron sacados de Bellas Artes y trasladados hasta la zona de la Bombilla, ese trozo tan castizo de Madrid, escenario principal de la festividad de San Antonio, cuando llega el mes de junio, donde serían vilmente asesinados.

El joven Jaime fue separado unos metros de su padre y a corta distancia y antes de recibir un disparo que le hizo caer al suelo malherido, gritó ¡Viva España! y ¡Viva Cristo Rey! De seguido y entre las carcajadas de los sayones marxistas, su padre cayó fulminado de un tiro, prácticamente a su lado, después de gritar también ¡Viva España! El joven Jaime, aún con vida, al ver muerto a su padre, intentó ponerse en pie y armándose de valor y poseído por la ira se abalanzó contra el cuerpo de su padre con intención de arroparle. No se lo permitieron. En aquel instante sonaron varios disparos que acabaron con la vida del valeroso muchacho que quedó tendido encima del cuerpo de su padre.

Con el asesinato del conde de la Torre de Cela,  hijo primogénito de José Quiroga y la Condesa Emilia Pardo Bazán, fallecida en 1921, heredero por derecho del mencionado pazo, unido al asesinato de su único hijo, Jaime Quiroga Esteban-Collantes; al haber fallecido su hermana Carmen sin descendencia y su tercera hermana Nieves Blanca, viuda del Teniente General Cavalcanti, también si descendencia, la familia Pardo Bazán, en rama directa, quedó en proceso de extinción.

Es entonces cuando la viuda de Jaime Quiroga, Manuela Esteban Collantes, decidió vender el Pazo de Meirás a la Junta creada al efecto, en 1938, en La Coruña, con el único fin de regalarle la propiedad a Francisco Franco, Caudillo de España, líder y capitán de aquella España, que con su victorias guerreras ante el bando rojo, iba directa a un nuevo amanecer, en la esperanza de que lo aceptase como coruñés y lo convirtiese en su lugar de veraneo, cómo así sería de 1939 a 1975, para el bien de La Coruña y Galicia, emulado  lo que había hecho la ciudadanía de Santander, cuando le regaló al Rey Alfonso XIII el palacio de la Magdalena de la capital cántabra para que en él pasase la familia real sus vacaciones estivales. Si lugar a dudas, si Jaime Quiroga y su hijo no hubiesen sido vilmente asesinados, posiblemente el Caudillo de España no hubiera ocupado nunca el Pazo, que fuera propiedad de la gran escritora Emilia Pardo Bazán.

En la noche de aquel 4 de diciembre, lindando con la madrugada del día 5,  el Puente del Pasaje, en las cercanías de La Coruña, se fue llenando, al conocer la llegada de Francisco Franco a su tierra, de una enorme multitud que afluyó desde la propia capital coruñesa y lugares cercanos, en tranvías, autocares y coches particulares, que se mantuvo en espera varias horas, y que tributó al Caudillo un inesperado y apoteósico recibimiento. Numerosas centurias de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, Sección Femenina, Cadetes y Balillas de las Falanges Juveniles de Franco y damas enfermeras se hallaban formadas. El Generalísimo Franco ordenó detener la comitiva y se apeó del vehículo. Pasó revista a las centurias y saludó a numerosas personas, entre  ellas a la insigne escritora Sofía Casanova,  con la que intercambió varias frases en idioma gallego. Entre vítores, aplausos y aclamaciones, continuó viaje hacia el Pazo de Meirás.

Allí, a la tarde, del día 5 de diciembre, tras ganar en la mañana el jubileo compostelano en la Catedral de Santiago, tuvo lugar  la recepción oficial. El Caudillo situado en el salón azul de las Torres de Meirás, recibió a las primeras autoridades militares y civiles provinciales; Mandos de la guarnición militar de La Coruña; Diputación Provincial; Corporaciones Municipales de La Coruña, y Sada; Consejos Provincial y Local del Movimiento; Representaciones de organismos oficiales y privados; Cámaras de Comercio y propiedad; Colegios profesionales. Igualmente se hallaban presentes la hija y nuera de Doña Emilia Pardo Bazán, Nieves Blanca Quiroga Pardo Bazán, marquesa viuda del marqués de Cavalcanti, Teniente General José Cavalcanti de Alburquerque –el famoso héroe de la carga de Taxdir- y Manuela Esteban Collantes, viuda del conde de Torre de Cela, Jaime Quiroga Pardo Bazán.

Tras el paso de todas las comisiones invitadas a la recepción, el Caudillo Franco recibió al Guardia Civil ciego y mutilado Julián Lillo, defensor del Alcázar de Toledo. Junto a su lazarillo, una joven enfermera, se acercó al Caudillo, quien le estrechó la mano y abrazó de forma muy emotiva.

El final de la recepción lo constituyó la entrega por parte de la Junta Pro Pazo de Meirás de dos pergaminos, en los que se hacía constar el obsequio al Caudillo del Pazo de Meirás, por parte de los 93 ayuntamientos de la Provincia de La Coruña.

En uno de los pergaminos, dibujado artísticamente por el pintor José Seijo Rubio, el Caudillo estampó de su puño y letra: “Acepto el obsequio gustoso, por venir de una donación de  mis queridos paisanos”.

En el otro pergamino, realizado por el arquitecto González del Villar, y que decía textualmente:” En el día veintiocho de marzo de nuestro segundo Año Triunfal, año del Señor de Mil Novecientos Treinta y Ocho, la Ciudad y Provincia de La Coruña hicieron la ofrenda-donación de las Torres de Meirás al fundador del nuevo Imperio, Jefe del Estado, Generalísimo de los Ejércitos y Caudillo de España Francisco Franco Bahamonde”. Galicia que le vio nacer, que oyó su voz el dieciocho de julio, que le ofreció la sangre de sus hijos y el tesoro de sus entrañas, que le siguió por el camino del triunfo en la unidad, grandeza y libertad de la Patria, asocia en esta fecha y para siempre el nombre de España   a su solar, en tierras del Señor San Yago como una gloria más que añadir  a su historia”, estampó Franco también su firma escribiendo: “Lo acepto” y a continuación “Francisco Franco Bahamonde. Pazo de Meirás 5-12-1938. III Año Triunfal.”

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1960: El Caudillo de España Francisco Franco en su despacho del Pazo de Meirás

El Caudillo agradeció el obsequio, al igual que dio las gracias a Blanca Quiroga Pardo Bazán, viuda del Marques de Cavalcanti, por el regalo de la biblioteca de su difunta madre Emilia Pardo Bazán. Franco, en breves palabras, señaló su admiración por los soldados gallegos, que se batían bravamente en los frentes, al igual que su preocupación por los intereses y necesidades de su tierra querida, para que fuesen atendidos en la justa correspondencia de la contribución de Galicia al triunfo del Movimiento Nacional.

Blanca Quiroga ofrecería también al Caudillo de España, la propiedad del Castillo de Santa Cruz, situado en la pequeña isla del mismo nombre, en  el municipio de Oleiros, enfrente de la costa de La Coruña, con el objeto de que fuese destinado a residencia veraniega de los huérfanos del Arma de Caballería.(1)

A continuación, en los jardines del Pazo se sirvió una merienda a todos los invitados. Aquella jornada se cerraría con una cena de carácter íntimo, en la que el Caudillo y su esposa Carmen invitaron  a los ministros de la Gobernación y Agricultura.

El diario “La Voz de Galicia”, que se distinguió, sobre todo desde el verano del año dos mil veinte, en sus desaforados ataques a la familia Franco, como ayuda pesebrera y cazista a los indignos gobernantes y jueces que perpetraron el descarado e impresentable robo del pazo de Meirás, saludaba alborozada en su portada del martes día  6 de diciembre de 1938, la presencia del Caudillo de España, Francisco Franco en Galicia con estas palabras:” El Caudillo se ha presentado de improviso en su pazo de las Torres de Meirás con su esposa y con los ministros de Gobernación y Agricultura. Ha llegado  como decimos sin previo aviso, como quien viene a su tierra y a su casa. Y desde el Pazo a Santiago, a postrarse a los pies del Apóstol y ganar el jubileo que era deseo ferviente del Caudillo.”

“Pocas veces se podrá decir que ha surgido tan espontáneamente una manifestación indescriptible de cariño y de adhesión, sin la menor noticia previa. Bastó que trascendiera en la mañana de ayer, para que inmediatamente el Puente del Pasaje fuera un hervidero de gente ávida de vitorear al Caudillo insigne cuando este regresaba de Santiago.”

“Galicia en general y la Coruña en particular, rebosan satisfacción y agradecimiento al Generalísimo, en plena tarea de soldado y de gobernante se desplaza del centro de sus actividades para pasar unas horas en su amada tierra de Galicia y en su pazo de Meirás.”

“Pues en pocas palabras, Galicia y la Coruña dicen que este rasgo lo llevarán siempre grabado  en el corazón. Y que hacen votos fervientísimos para que en breve, reconquistada ya España para Dios, para el Imperio y la Revolución Nacional, las torres de Meirás-de las que el Caudillo se despedirá ahora con nostalgia- sean el regazo amoroso donde el triunfador repose de las emociones y las fatigas de la Guerra. La Voz de Galicia así lo desea también, de todo corazón, en estos momentos de júbilo y de honor para Galicia y para la Coruña.”

A la mañana de día 6 de diciembre, el Caudillo de España Francisco Franco por medio del Teniente Coronel Franco Salgado-Araujo, enviaría un telegrama al Gobernador Civil de la Coruña, Julio Muñoz de Aguilar, donde le rogaba que hiciera presente a los vecinos de la provincia de la Coruña su agradecimiento por sus manifestaciones de cariño y adhesión que en todas parte le tributaron, enviándoles un afectuoso saludo.  Textualmente decía: “S. E. el Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos, agradecido, me encarga le haga presente lo muy complacido que ha quedado de su reciente viaje a la provincia de La Coruña por las manifestaciones de cariño y adhesión que en todas partes se le han tributado, enviando S. E. su afectuoso saludo extensivo a toda la provincia.”

Tras ello el Generalísimo abandonaría el Pazo de Meirás con dirección a Burgos, regresando a sus tareas cotidianas de Jefe de Estado y conductor del Ejercito Nacional, a fin de preparar la gran ofensiva sobre Cataluña, que daría comienzo el 23 de ese mismo mes de diciembre. Dos meses después las tropas Nacionales entraban en Barcelona. Era el principio del fin de una larga guerra de liberación con el derrumbe total del ejército rojo del frente popular.

Tras la victoria de las armas Nacionales, el uno de abril de 1939, todos los veranos, puntualmente y sin falta, hasta 1975, año de su fallecimiento, Francisco Franco, pasó sus días de descanso estival en el Pazo de Meirás, rodeado del afecto y cariño de sus paisanos coruñeses, que se lo habían donado por suscripción popular.

Notas:

1.- El Castillo de Santa Cruz construido en 1595, según proyecto del alférez Pedro Rodríguez Muñiz, ampliado en 1775, cerraba con los castillos de San Antón, -actual Museo arqueológico de La Coruña-, y San Diego, -demolido en 1964, de forma absurda, para la construcción del muelle petrolero de la nueva Refinería de la Coruña-, el acceso marítimo a dicha capital. Perdido su valor estratégico, a finales del siglo XIX, fue comprado por el esposo de la escritora Emilia Pardo Bazán, José Quiroga, quien tras obras de adecuación, estableció allí una residencia veraniega, que disfrutaron por herencia,  su hija Blanca Nieves y su esposo el heroico Teniente General de Caballería del Ejército Español José Cavalcanti y Alburquerque. Tras la donación de Blanca Quiroga al Generalísimo Franco, el castillo, de 1939 a 1978, sirvió de residencia para huérfanos del Arma de Caballería. En ese año de 1978, el Ejército se desprendió de él, comprándolo el ayuntamiento de Oleiros, fijando en él un centro de educación del medio ambiente.

PD:

De septiembre de 2017 a noviembre de 2020, encomendado por la Fundación Nacional Francisco Franco, y con el beneplácito de la familia Franco Martínez-Bordiú, tuve el alto honor y orgullo de guiar las visitas a aquella histórica casa, enalteciendo, como no podía de ser otra forma, la insigne figura del irrepetible y providencial Caudillo de España, Francisco Franco.

Escribo este artículo, al amparo de la infecta, criminal, malvada, canallesca, mentirosa, llena de odio, de división entre unos españoles y otros; profanadora de cadáveres de héroes de nuestra historia, manchada con la sangre de las víctimas del terrorismo, a quienes desprecia, un auténtico fraude de ley, que ataca la unidad de España, la verdad, la libertad, la historia de nuestra Patria; que pretende por ley obligar a los españoles a pensar lo que quiere este gobierno corrupto, traidor y estulto y que incluso  ataca de forma ignominiosa al patrimonio cultural, histórico y artístico de España, siendo su único y malévolo fin deslegitimar un régimen, el del Generalísimo Francisco Franco, que llevo a España a convertirse en la novena potencia industrial del mundo y de él que emanó la actual Jefatura del Estado, -no lo olvide Majestad-,  llamada, de forma burda y grosera, ley de “memoria democrática”, de la cual me declaro beligerante y desafiante, recientemente aprobada, que en un párrafo textual de su sectario preámbulo dice: “El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a asentar nuestra convivencia sobre bases más firmes, protegiéndonos de repetir los errores del pasado. La consolidación de nuestro ordenamiento constitucional nos permite hoy afrontar la verdad y la justicia sobre nuestro pasado. El olvido no es opción para la democracia”.

ESTA ES MI MEMORIA Y A ESO ME ACOJO. EN DEFENSA DE LA VERDAD. SIN MIEDO A NADA NI A NADIE. LA MEMORIA NO PUEDE ESTAR SUJETA A NINGUN TIPO DE LEY. ES ALGO CONSUSTANCIAL CON LA PROPIA PERSONA. NO ME VOY A CALLAR Y ME REBELO ANTE ESTE ATROPELLO DE UNA LEY ANTICONSTITUCIONAL, ABERRANTE, SOVIETICA, QUE ATACA LA LIBERTAD PERSONAL, ÚNICAMENTE PROMULGADA PARA MANTENER LA FALSA VERSION DE LA IZQUIERDA -POR ELLO NECESITAN UNA LEY QUE AMENACE CON MULTAS Y ATOSIGUE CON EL TEMOR- PARA DISTORSIONAR, PUES NO PUEDEN REBATIR, EN ABSOLUTO, LA VERDADERA REALIDAD HISTORICA DE ESPAÑA


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