El ministro Ángel Víctor Torres ha vuelto a demostrar sus carencias de conocimiento en historia y matemáticas con sus últimas declaraciones públicas: «España es el segundo país del mundo, tras Camboya, donde hay más fosas comunes con víctimas de una guerra civil y una dictadura posterior».
En Camboya el régimen de los jemeres rojos (comunistas maoístas) eliminaron casi a 2 millones de personas de un total de 6 millones de camboyanos en un exterminio atroz que es denominado con todas las condiciones de genocidio contra su propio pueblo. Ideología que defienden algunos de los aliados del gobierno español.
Propaganda prorrepublicana
Por el contrario, la Guerra Civil Española tuvo entre 300.000 y 400.000 muertos, de los cuales algo más de la mitad fueron a causa de las represiones en la retaguardia, eliminando al «enemigo interior». En la retaguardia republicana hubo unos 72.344 asesinados por motivos religiosos y políticos, en una geografía de unos 13 millones de personas, donde la presencia de ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia con sus amplias poblaciones, donde las listas de suscripciones de los periódicos de derechas, y las listas de los miembros de cofradías religiosas de las iglesias ayudaron a proporcionar los datos de los futuros asesinados sin ningún de fallo, al contar hasta con el domicilio para el pago de la cuota.
En el caso de la retaguardia nacional fueron unos 60.000 los asesinados, en una geografía menor, de 11 millones de habitantes, de mayoría social conservadora, donde la represión se centró en la militancia a las organizaciones revolucionarias (UGT y CNT) en núcleos de ferroviarios, campo con amplio número de jornaleros o Zaragoza, una ciudad con una amplia implantación del anarquismo.
La postguerra española
En la postguerra española, el reciente trabajo de Miguel Platón, basado en el archivo inédito del Cuerpo Jurídico Militar contempla algo sabido, pero que la propaganda prorrepublicana de divulgadores políticos como Gabriel Jackson, calculó, sin prueba ninguna, en unos 200.000 muertos, lo que hubiese supuesto la totalidad del ejército republicano que se rindió en la región de La Mancha. Esta cifra perpetuada posteriormente ha impedido saber que los consejos de guerra condenaron desde el final de la guerra a 125.000 personas, de los que 30.000 fueron penas de muerte, ejecutadas la mitad de ellas, tras demostrarse sus delitos de sangre.
La otra mitad fueron indultados por el jefe del Estado, a instancias de los auditores militares. A estas cifras aún se puede sumar el efecto del maquis. El mejor historiador del maquis, Francisco Aguado Sánchez, nos refleja cómo de 1944 a 1952 el maquis asesinó a 953 personas, cometiendo 845 secuestros, sabotajes y 5.963 atracos. Según datos del Ministerio de Interior, los 1.826 enfrentamientos entre los maquis y las fuerzas del orden provocaron 12 fallecidos del Cuerpo General de Policía, 11 de la Policía Armada, 27 del Ejército y 260 de la Guardia Civil. A su vez el maquis tuvo 2.173 muertos y otros 3.387 fueron detenidos.
II Guerra Mundial
Unas cifras lejanas de la posterior Segunda Guerra Mundial donde, sólo en Polonia, la conquista alemana supuso la pérdida de 70.000 soldados y 200.000 civiles a los cuales, tras el final del conflicto, el número de muertos llegaba a los 6 millones. Yugoslavia perdió a 1.200.000 de sus ciudadanos, casi la mitad serbios nacionalistas o partisanos comunistas, a los que hay que sumar más de 200.000 croatas nacionalistas casi 100.000 musulmanes bosnios.
Incluso tras el final del conflicto, 10.000 colaboracionistas fueron ajusticiados en Francia y 15.000 fascistas italianos por las fuerzas partisanas colaboradoras de los aliados. Aunque estas cifras no tienen nada que ver con los 24 millones de muertos que se cifran en la URSS de Stalin de 1924 hasta 1953 o los 40 millones de la China de Mao Zedong entre 1949 y 1975.
La guerra de Vietnam
Incluso si nos metemos en los conflictos de la Guerra Fría, en la Guerra de independencia de Argelia, se calcula en casi 500.000 los muertos durante el conflicto, y dos millones de detenidos en campos de internamiento. En la famosa Guerra de Vietnam, al millón de muertos del Vietcong y del ejército comunista del norte, hay que sumar los 300.000 vietnamitas del sur, los 58.159 estadounidenses y 2 millones de civiles vietnamitas. Ya no hablemos del primer genocidio del siglo XX, del millón y medio de armenios asesinados a sangre fría en el próximo Oriente durante la Primera Guerra Mundial.
En definitiva, las palabras del ministro únicamente demuestran el deterioro del nivel cultural de nuestra clase política por la reducción de los créditos de enseñanza de las asignaturas de Humanidades y el incremento del discurso del odio como movilizador social.