María del Pilar Amparo Pérez García (Pituca)
Queremos hacer constar que en la FNFF se están recibiendo muchas llamadas y correos electrónicos de personas indignadas con la gravísima situación de corrupción generalizada que está sufriendo nuestra Patria.
La situación es insostenible, por mucho que la casta política mire para otro lado y unos y otros no vean la viga en su propio ojo y sí la paja en el ojo del partido vecino.
La ciudadanía ya está harta de pagar los gastos de los políticos y de que no se tomen medidas contra banqueros, estafadores, políticos corruptos y no se realicen recortes en las “autonosuyas” (como muy bien denominó Fernando Vizcaíno Casas), en los gastos superfluos de los partidos y en aspectos que atañen a la actividad política, y en cambio se esté bombardeando a impuestos al pueblo llano, que no ha tenido ni tiene culpa alguna en la ruina de la Nación.
En el Régimen del 18 de julio, la presión fiscal era una nimiedad comparada con la que sufrimos actualmente, y se realizaron los mayores progresos de Justicia Social de la Historia de España. Con esos irrisibles impuestos, se realizaron cantidad de cosas beneficiosas para los españoles: viviendas dignas y semi gratuitas, pantanos que todavía gracias a ellos tienen agua muchas regiones, carreteras y autovías gratuitas, seguridad social, pagas extraordinarias, ONCE, trabajo seguro y para toda la vida, etc. No podemos seguir extendiéndonos en los logros porque llenaríamos muchos folios.
A Franco se le llegó a proponer que se subieran los impuestos, aunque fuera un poco, pero se negó rotundamente, afirmando que no se podía tocar más el bolsillo de los españoles. Si se hubieran tenido los mismos impuestos que ahora, los logros sociales para todos los españoles hubieran sido extraordinarios, pero hoy día ese dineral, se utiliza para fines que no representan beneficios para la ciudadanía. El dinero sale de ella, pero el beneficio va a parar a otras cosas que no le atañen.
Un dato, que no puede pasar desapercibido para nadie: El desencanto de los españoles con las instituciones y con los partidos políticos es cada vez mayor.
Esto no puede seguir así. La corrupción está instalada en todos los lugares y nadie hace nada para acabar con ella. Ni nadie hace nada para que se realice una política beneficiosa social y económica para todos los españoles. Aquí solo se benefician unos pocos, eso sí, instalados en la clase política, ajena al resto del pueblo y cada día más corrupta y sin crédito. Como esto no cambie rápidamente, será un desastre para todos.