Luys Santa Marina, tras el águila del César

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   Luis Narciso Gregorio Gutiérrez Santa Marina, más conocido como Luys Santa Marina, nació en Colindres, provincia de Santander,  el 5 de enero de 1898. Fue escritor y poeta falangista. Estudio el Bachillerato en Santander y Derecho en Oviedo. Se trasladó a Madrid, abandonando sus estudios y después en 1925 a Barcelona, su tierra de adopción. Allí conoció a Félix Ros y a Max Aub, con los que fundó la revista Azor. Colaboró también en la revista Cruz y Raya, donde escribieron Xavier Zubiri, Jacques Maritain, Miguel de Unamuno, Pablo Neruda, Emmanuel Mounier, Miguel Hernández, Luis Rosales, etc.
 
   En 1924 había escrito su primera obra: Tras el Águila del César. Elegía del Tercio (1921-1922), libro curiosamente prohibido tanto por la Dictadura, como por la Dictablanda, tanto por la República como por el Régimen del 18 de Julio. En 1927 aparece su segunda obra: Tetramorfos y, a continuación, Domus. Posteriormente escribió: Labras heráldicas montañesas; y también: Estampas de Zurbarán, en colaboración con Andrés Manuel Calzada, arquitecto barcelonés.
 
   En años posteriores aparecerían: Vida de Juana de Arco; y, asimismo, Vida de Isabel La Católica. En 1933 edita el libro que le dio el mayor de los éxitos: Cisneros. Otros títulos fueron: Baltasar Gracián, páginas escogidas; Retablo de la reina Isabel; Italia mi ventura; Últimas guerras del Gran Capitán; Las nubes de antaño; La vida cotidiana de nuestros clásicos; Perdida Arcadia; Karla y otras sombras; Alonso de Monroy; y Hacia José Antonio, libro este que le costó un gran esfuerzo.
 
   Estuvo casado con Josefina Carranceja González. Colaboró con los miembros de la Peña Ibérica, donde conoció a Manuel Valdés Larrañaga, con los que, en 1933, pone en funcionamiento la Peña Social Hispánica, futuro núcleo del SEU. Ingresó en 1933 en Falange Española, en la que llegó a ser Jefe de la Falange Catalana en 1934. Desde ese momento se dedicó a la política y abandonó su actividad literaria hasta finalizada la Cruzada de Liberación Nacional. Al mando del SEU dirigió, durante la huelga de estudiantes, el asalto al Paraninfo de la Universidad de Barcelona, donde se habían hecho fuertes los estudiantes independentistas.
 
   En el Alzamiento se presentó en el Cuartel de Pedralbes al mando de una de las 4 Centurias de Falange que allí llegaron. Tras el fracaso del Alzamiento en Barcelona es detenido, juzgado y condenado a muerte. Se inicia su periplo por las cárceles y checas republicanas: Vapor Uruguay, en el Puerto de Barcelona; Castillo de Montjuich; Cárcel Modelo; Prisión de Inadaptados de Sabadell; Penal de Figueras; Prisión de Inadaptados de Vich; Cuartel de Ausías March; Penal de Chinchilla (Albacete); Cárcel de Mislata (Valencia) y Cárcel de San Miguel de los Reyes (Valencia). Con tres condenas a muerte y a la espera de la ejecución tras dos años y medio de cárcel, amotinó a los presos de la Cárcel de San Miguel de los Reyes (Valencia) a la espera de la llegada de las Tropas Nacionales.

 
   Terminada la guerra fue nombrado Presidente del Ateneo de Barcelona. Colaboró en la revista falangista Escorial y en El Español, dirigido por Juan Aparicio. Sus poemas están recogidos en dos únicos libros: Primavera en Chinchilla y en Halladas. En torno a Santa Marina se agruparon los falangistas intelectuales de Barcelona, entre los que se pueden destacar a Luis de Caralt y a Martín de Riquer. Frecuentaba la tertulia nocturna del Lyón D´Or, que él mismo presidía. Estas tertulias continuaban en Los Caracoles, donde asistían los que más tarde fueron académicos, el ya citado Martín de Riquer, Guillermo Díaz Plaja y José María de Cossío, cuando iba por Barcelona. Santa Marina cuando acudía a Madrid, siempre se acercaba a la tertulia de La Ballena Alegre. Fue, igualmente, Director del periódico de Barcelona, Solidaridad Nacional, de la Prensa del Movimiento. Además de escritor y poeta, realizó estudios de los clásicos y tradujo a Rudyard Kipling y a Aldous Huxley, entre otros.
 
   En 1995 se instituyó el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Cieza, en Murcia, que lleva su nombre. Falleció en Barcelona el 15 de septiembre de 1980, víctima de una arteriosclerosis que lo tenía postrado desde hacía algunos años. Rafael García Serrano le dedicó un artículo en el diario El Alcázar: “Mi maestro Luys”, el día después de su muerte:
 
   “Su manera de escribir parecía nacer en los campamentos de Isabel La Católica, entre los Tercios del Gran Capitán, entre los artesanos que labraban la piedra para las fachadas platerescas, y Luys semejaba un fraile de Cisneros, un Capitán de Granada, un amigo de Vázquez de Arce. Nadie escribió como él de La Legión Española… Luys Santa Marina vivirá siempre con nosotros y también cuando nosotros desaparezcamos, porque es carne inmortal de la lengua española”.            
 
 

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