Nació en Alfaraz, Zamora, el 23 de mayo de 1905 y murió fusilado por los milicianos rojos en Aravaca, Madrid, el 28 de octubre de 1936. Estudió las Carreras de Filosofía y Letras y Ciencias Físicas y Matemáticas, licenciándose por la Universidad de Madrid. Aventajado discípulo de Ortega y Gasset, profundizó en el estudio del filósofo Martín Heidegger y colaboró, desde muy joven, en «La Gaceta Literaria» y la «Revista de Occidente». Por entonces escribió, también, su única novela, El sello de la muerte.
Ramiro Ledesma tenía veinticinco años al ocupar la dirección de la revista «La Conquista del Estado», el 14 de marzo de 1931, coincidiendo este momento con su irrupción en la política activa, que él justificará luego señalando que: “Toda novedad auténtica está condenada por radical designio, a no ser comprendida. Es el caso de las juventudes cuando acometen la creación de nuevos estilos de vitalidad.”
“La Conquista del Estado”, en la que colaboraban principalmente
Ernesto Giménez Caballero, Juan Aparicio López, Manuel Souto Vilas, Antonio Bermúdez Cañete y otros destacados intelectuales, estaba vinculado a dos consignas fundamentales: Patriotismo profundo y Justicia Social auténtica.
Al poco tiempo de salir, su director es encarcelado como consecuencia de los intentos de protesta por el viaje de Maciá a Madrid y Ledesma Ramos pasa diez días en la cárcel Modelo. El 25 de julio de 1931 es suspendida la publicación, no volviendo a ver la luz hasta el mes de octubre, en cuyo número, se anunciaba la próxima fundación de la organización política JONS, cuyo espíritu respondía a una profunda inquietud social y a una actitud Nacional Sindicalista. Se fundaron el 30 de noviembre de 1931.
Según Ramiro, propugnaban… “Un afán de crear la propia doctrina. Quieren la unidad intangible de España. Postulan el respeto a la tradición religiosa católica del pueblo español. Llaman de modo preferente a las juventudes. Manifiestan su incompatibilidad radical con el marxismo. Y representan una demanda imperiosa de revolución social-económica, a base de la sindicación obligatoria, la intervención nacional de la riqueza y la dignificación plena de los trabajadores”.
En abril de 1932, Ramiro Ledesma Ramos pronuncia una conferencia en el Ateneo sobre el tema “Fascismo frente a marxismo”, que no puede terminar por las protestas de parte del público y posterior enfrentamiento que se produjo y que alcanzó resonancia en la prensa.
El 10 de agosto de aquel año vuelve a ser detenido por participar en manifestaciones contra el sistema, encarcelamiento que se volverá a repetir a fines de enero de 1933 para cumplir una condena de dos meses. Al salir de la cárcel participó en el consejo de redacción del recién creado
«El Fascio», semanario que dirigió Manuel Delgado Barreto, del que salió un solo número y en cuyo consejo participaron:
José Antonio Primo de Rivera, Ramiro Ledesma Ramos,
Ernesto Giménez Caballero,
Rafael Sánchez Mazas y Juan Aparicio López.
Más tarde, en abril, se trasladó a Portugal, donde se encuentra exiliado
Onésimo Redondo y deciden fundar la revista «JONS» como órgano teórico de la organización. Tres meses después ingresó en el Penal de Ocaña, acusado de complot contra la república. Al ser puesto en libertad, en el mes de agosto de 1933, se dirigió a San Sebastián donde se entrevistó, por mediación de José María de Areilza, con los dirigentes falangistas
José Antonio Primo de Rivera,
Julio Ruiz de Alda y Alfonso García Valdecasas.
En el mes de octubre asistió al acto fundacional de la Falange en el teatro de la Comedia de Madrid y los días 11 y 12 de febrero de 1934 reúne al Consejo Nacional Jonsista, con el fin de discutir una posible unificación con Falange. Una vez perfiladas y aceptadas las bases del acuerdo, éste fue firmado por los máximos dirigentes de las dos organizaciones: Ramiro Ledesma Ramos y José Antonio Primo de Rivera. Sin embargo, hubo discrepancias como la del prestigioso jonsista Santiago Montero Díaz, que se apartó de la organización. La estructura jerárquica adoptada por el nuevo Movimiento fue la de una junta de Mando Nacional, constituida por José Antonio, Ramiro Ledesma, Ruiz de Alda, Onésimo Redondo,
Raimundo Fernández Cuesta y
Rafael Sánchez Mazas. Desde entonces, la nueva organización política se llamó Falange Española de las JONS y tuvo a la cabeza un triunvirato formado por Julio Ruiz de Alda, José Antonio y el propio Ramiro.
En el mes de septiembre de 1934, el triunvirato delegó sus funciones ejecutivas en José Antonio, quien convocó el primer Consejo Nacional de FE de las JONS. En éste, y a propuesta de Rafael Sánchez Mazas, fue nombrado Jefe Nacional José Antonio y Presidente de la junta política Ledesma Ramos, que previamente había votado y aceptado la jefatura de aquél.
Poco después de la revolución de octubre en Asturias y Cataluña, Ramiro propuso que el movimiento, de acuerdo con jóvenes mandos del Ejército, pasara a la acción armada. En la primera decena de noviembre redactó, por encargo de la Junta, el Anteproyecto de los Estatutos que contenían los veintisiete puntos de la Falange, que serían retocados, para su aprobación definitiva, por José Antonio Primo de Rivera.
A finales de diciembre de 1934, el movimiento está en crisis y la Junta Política se reúne sin encontrar un remedio a la situación. A la salida de la reunión Ramiro decide separar a las fuerzas jonsistas, escisión que se llevó a efecto en enero de 1935. Ledesma intentó recrear las JONS, pero nunca logró tener un número suficiente de miembros para hacerlas viables, mientras que por su parte la Falange aumentaba enormemente sus filas. La nueva agrupación sacó un nuevo semanario, «La Patria libre».
En el mes de mayo publicó su Discurso a las juventudes de España y en noviembre del mismo año su obra Fascismo en España bajo el seudónimo de Roberto Lanzas. En mayo de 1936 visitó a José Antonio en la cárcel Modelo de Madrid y, vista la gravedad de la situación en toda España, se ofreció a la Falange para todo.
En el mes de julio editó el primer y único número de la revista «Nuestra Revolución» y pocos días después del Alzamiento del 18 de julio, fue detenido e ingresado en la Prisión de Ventas, de donde fue sacado, junto con Ramiro de Maeztu y otros muchos, para ser vilmente asesinado en Aravaca el 28 de octubre de 1936.