Domingo Ortega, torero intelectual

 
 
PPG -FNFF 
 
 
Domingo López Ortega, nació en Borox, Toledo, el 25 de febrero de 1906. Hijo de un modesto labrador, al que ayudaba en las labores del campo, no vistió el traje de luces hasta 1928. Tras pocas novilladas, las últimas en Barcelona a fines de la temporada de 1930 con gran éxito, tomó la alternativa en la misma Barcelona el 8 de marzo de 1931, de manos de Gitanillo de Triana, que le cedió un toro de la ganadería de Juliana Calvo.
 
   Se presentó en Madrid, pues no había actuado en la capital de España como novillero, para confirmar la alternativa, con un toro de la ganadería de Julián Fernández, el 16 de junio siguiente, siendo su padrino Nicanor Villalta. Su aprendizaje fue breve, pero se trataba de un torero intuitivo, que desde sus primeras actuaciones en los cosos dio muestras de unas condiciones extraordinarias para la lidia de reses bravas.
 

   Al estallar el Alzamiento Nacional del 18 de julio de 1936, logró pasarse a Zona Nacional valiéndose de los contratos que tenían firmados en Francia para pisar el suelo galo y desde allí, rápidamente, volver a entrar en España para adherirse al Movimiento Nacional, incorporándose al Ejército. Siempre fue un admirador del Caudillo Francisco Franco y de José Antonio Primo de Rivera. El 24 de mayo de 1939 reapareció en Madrid, en el cartel de la Corrida de la Victoria.
 
   Fue un torero poderosísimo, de los contadísimos que a lo largo de toda la historia tauromáquica han dominado a los toros con que se enfrentaba, por muy duros y difíciles que fuesen. Excelente capeador y seguro estoqueador, con la muleta era excepcional, ya que lograba siempre adueñarse de los cornúpetas desde los primeros pases y mandar en ellos en toda la faena, descollando en las de castigo para los astados de mucho temperamento, aunque supiese torear con suavidad y con pases de adorno.
 

   Fue torero de lucha y torero de mimo. Recio, sobrio, pero jugoso y con hondura. De estilo clásico y con técnica depurada, lidiador de sorprendente facilidad y con sugestiva personalidad. Su última corrida fue en la Feria del Pilar de Zaragoza el 14 de octubre de 1954, en la que se cortó la coleta, a los cuarenta y siete años, cuando llevaba ya siete sin torear en Las Ventas, exactamente, desde el 4 de octubre de 1947.
 
   Después tomó parte en numerosos festivales benéficos. Fue amigo de grandes figuras de la cultura española, entre las que destacan el pintor Ignacio Zuloaga, quien lo retrató al óleo; el escritor Antonio Díaz Cañabate, quien lo encumbró en La fábula de Domingo Ortega; y el filósofo José Ortega y Gasset, quien le animó a pronunciar algunas conferencias sobre Tauromaquia: “El Arte del toreo” y “La bravura del toro”; y publicó estas disertaciones en la Revista de Occidente. A cambio, en tientas informales, el filósofo toreó algún becerro al alimón con Domingo Ortega. Falleció en Madrid, el 8 de mayo de 1988, a los 82 años de edad.
 
 
 
 

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