Fray Pacífico de Pobladura, Misionero Franciscano y Falangista

 
PPG – FNFF 
 
 

Fray Pacífico en un Campamento del Frente de Juventudes 

 
Fray Pacifico de Pobladura O.S.B. nació en Pobladura de los Oteros, provincia de León, el 11 de julio de 1927 Sacerdote y Misionero Capuchino. Su nombre era Andrés María Álvarez Gutiérrez. Se crió en el seno de una humilde familia campesina con seis hermanos. Para ellos el momento clave del día era la caída del sol, en que la familia se reunía para orar y realizar alguna lectura que siempre giraba entre las noticias que llegaban de la Cruzada Nacional de Liberación  que se desarrollaba en los campos de España y los relatos misioneros de su paisano, el Padre Baltasar de Matallana en la revista El Ángel Seráfico.
 
   A los 11 de años de edad ingresó en el Seminario Seráfico de la Orden Capuchina en Bilbao, pasando luego al de El Pardo, en Madrid, donde terminó los cinco años de Humanidades y se produjo su encuentro con las Obras Completas de José Antonio Primo de Rivera. Esos textos que hablan de amor a España, de luceros, de vida de milicia, de monjes soldado y de Imperio, basado todo en el amor y la entrega, encuentran tierra sembrada en él, que ve en ellos el fiel reflejo de las ansias de su espíritu.
 
   El 19 de agosto de 1943 tomó los hábitos de la Orden Capuchina, imponiéndole el Maestro de Novicios como nombre “Pacífico”, con la idea de que “corrigiera” su espíritu directo, ardiente y combativo, típico de la Falange como indicó José Antonio,  por lo que le impuso la penitencia de llamarse para la vida religiosa de esta forma. Durante los años 1944 a 1951, mientras cursaba estudios de Filosofía y Teología en León, entró en contacto con Misioneros activos, lo que reforzó su decisión de ir a América. El 14 de julio de 1948 hizo sus Votos Perpetuos y fue Ordenado Presbítero en Astorga, León, el 11 de febrero de 1951.  Después de estudiar el año de Sagrada Elocuencia en el Convento de San Antonio de Cuatro Caminos, Madrid, comenzó su peregrinar apostólico.
 
   Fue Capellán de los Campamentos del Frente de Juventudes, participando en numerosos Campamentos y en lo que él denominaba “Ejercicios Espirituales Falangistas”. También fue Capellán de la Vieja Guardia de la Falange, estando en posesión de la Medalla de la organización. Formó parte de las fraternidades de Manzanares, Salamanca, Montehano, Santander y Valladolid. Juntamente con la predicación tuvo una intensa actividad en la prensa y en la radio, principalmente durante su estancia en Valladolid, aunque esta actividad en los medios de comunicación social la mantuvo siempre.
 
Fray Pacífico con la Medalla de la Vieja Guardia de Falange 
 
   Desde mayo de 1958 a diciembre de 1959 formó parte del Equipo Misional para Hispanoamérica, visitando Misiones en Ecuador, Panamá, El Salvador, Honduras y algunos meses en Cuba, donde contrajo la disentería, estando al borde de la muerte. Inicio en 1963, siendo Miembro de la Fraternidad de Usera, Madrid, la Delegación de Propaganda Misional. Con gran esfuerzo editó varios libros sobre la “Cruzada” misionera en Venezuela. Entre ellos destaca Héroes; cincuenta años de evangelización y promoción humana, como homenaje a los numerosos misioneros de la Provincia, en el que recoge cientos de fotos sobre las misiones. Con este fin pasó un año en Venezuela, entre 1965 y 1966, organizando la propaganda misional y recogida de datos en Caracas, Barquisimeto, Valencia, Maracaibo, etc.
 
   Vuelto a España, fue destinado a la Fraternidad de Jesús de Medinaceli durante 1966 a 1969, donde se le nombró Miembro del Comité Permanente de Pastoral Seglar, Asistente espiritual de la OFS y Director de El Mensajero Seráfico, revista de animación misionera que ha cumplido más de cien años y con una tirada de más de doce mil ejemplares. En el trienio de 1969 a 1972 fue destinado a El Pardo donde creó un Museo Misionero. En 1972, la Delegación de Propaganda pasó a León y allí estuvo hasta enero de 1973.
 
   En el año 1974-1975 se trasladó nuevamente a Venezuela para la recogida de datos, fotos, etc., en las tres misiones. Otras obras destacables suyas, son: Creo en la juventud, un canto misionero publicado durante su campaña en Ecuador; De la Universidad de la selva a la Academia de la Lengua; y Valencia de Don Juan, Fray Martín y México. En enero de 1983 fue destinado como Misionero activo a la Misión de Tucupita. Su plan era permanecer allí por dos años mientras preparaba una obra sobre nuestras misiones, y establecer un contacto más profundo con los indios motilones, guaraos y yucpas, para lo que se instala definitivamente en el Delta Amacuro del Orinoco, teniendo previsto el inicio de un nuevo proyecto fotográfico sobre sus indígenas que incluía tres meses de convivencia.
 
   El 24 de octubre en Guayo, mientras acompañaba en una visita al matrimonio Domínguez-Rabadán, colaboradores y feligreses suyos de la Vieja Guardia de la Falange, sufrió una angina de pecho. Al día siguiente, 25 de octubre de 1983, un helicóptero de la Guardia Nacional procedió a evacuarle a Tucupita, pero Dios quiso llamarle en el camino, y el aparato cayó en los Caños del Delta del Orinoco. Con el murieron los dos miembros de la tripulación, un médico y una enfermera. Rápidamente se organizo una expedición de rescate compuesta por militares e indígenas. Por dos días se buscó infructuosamente. Al tercer día, localizado el aparato sumergido a varios metros de profundidad, decidieron esperar a la llegada de buceadores, pero los indígenas no quisieron dejar al “Padrecito” allí, y a pulmón lo rescataron. A hombros de sus indígenas fue enterrado, según sus últimos deseos, en el Cementerio Misionero de la Isla de Burojoida en el Delta, vestido con su Hábito y la Camisa Azul, cubierto su cuerpo por la Bandera de la Falange enviada desde España, y orientado éste hacia nuestra Patria. Toda su vida había llevado la Camisa Azul debajo del Hábito Franciscano.
 
   Al año siguiente, FE de las JONS, a propuesta de la Junta Central de Recompensas y Distinciones, le concedió a título póstumo la Palma Roja , por considerar su muerte un Acto de Servicio. La distinción fue recogida por Monseñor González, compañero de Misión en Venezuela de Fray Pacífico, de quien dijo: “Demostró hasta el último momento su Espíritu de Sacrificio y unió desde siempre su Vocación Religiosa con la de fiel representante del falangismo”. En 1984 su compañero el Capellán Manuel Díaz Álvarez publicó su biografía: …Y murió en la selva, (Ediciones Paulinas. Caracas, Venezuela). Fray Pacífico contaba en el momento de entregar su Alma a Dios 56 años de edad.