Ángel Salamanca, Combatiente en la Cruzada, Divisionario y Prisionero de Stalin

 
 
PPG – FNFF 
 
 
Ángel Salamanca nació en 1919, en Escalonilla, Toledo. Siendo menor de edad, logró escapar atravesando las líneas del ejército rojo para unirse a la avanzada Nacional que formaba la Columna Castejón, del Ejército Nacional. Combatió en la Cruzada de Liberación Nacional encuadrado en las Banderas de Falange de Castilla, con las que liberó su hogar. Ascendió a Sargento Provisional, tras los correspondientes cursos de capacitación. Estuvo en los Frentes de Madrid, Aragón y Cataluña.
 
   También fue Combatiente Voluntario en la División Azul, para luchar contra el comunismo en la URSS, como Sargento. Llegó a Rusia en 1942, y se incorporó a la 5ª compañía, del II Batallón, del Regimiento de Infantería 262, al Mando del Capitán Teodoro Palacios Cueto. El 10 de febrero de 1943 comenzó la Batalla de Krasny Bor, donde la División Azul sufrió en un solo día la mitad de los muertos que registró en los tres años que estuvo en Rusia. Allí, tras librarse unos feroces combates y aguantar durante horas ante un enemigo muy superior, el Sargento Ángel Salamanca cayó herido y sufrió cautiverio en Rusia durante once años, padeciendo un duro periplo por campos, hospitales y prisiones soviéticas en las peores condiciones imaginables, cortesía del gulag soviético: Cherepoviets, Kolpino, Vorochilogrado, etc.
 
   En ese tiempo, estuvieron a la orden del día las vejaciones, las carencias alimenticias e higiénicas, las presiones para “pasarse” al enemigo haciendo dejación de su españolidad para abrazar el vilipendio y el deshonor. Volvió a España en el Semíramis, llegando al Puerto de Barcelona el día 2 de abril de 1954. Ángel Salamanca se reintegró a la visa civil y pasó a la Escala de Complemento. Por su comportamiento en el Frente y en los campos de prisioneros soviéticos, le fue concedida la Medalla Militar Individual, que pidiese para él el Capitán Teodoro Palacios y cuya entrega fue postergándose hasta el 18 de junio de 1998.
 
   También fue habilitado al empleo de Teniente. Cuando le fue impuesta la Medalla Militar Individual, presidió el acto el Jefe del Estado Mayor del Ejército, General José Faura Martín. Le tocó rendir honores a una Compañía del Regimiento Inmemorial nº 1, formada por 90 hombres. Rodeado de amigos, familiares y camaradas, Ángel recibió su más que ganada condecoración. Pasada revista a la Compañía, al finalizar el acto, el General Faura le preguntó qué le había parecido el acto y Salamanca, siempre con la verdad por delante y con la franqueza por divisa contestó: “Mi General, en la imposición de una Medalla Militar rinde honores un Batallón, no una Compañía”, a lo que Faura contestó: “Ya…ya,…es que, andamos un poco cortos de personal, ¿sabe?“. 
 
   El 12 de octubre de 2014 participó en la Fiesta Nacional ofrendando una corona de laurel a todos los caídos, en compañía de un ex combatiente rojo que también luchó en la II Guerra Mundial. Son de destacar sus memorias: Esclavos de Stalin, que editó Fuerza Nueva Editorial en 2002. En el libro se recoge también una edición histórica, con notas y estudio previo a cargo de Francisco Torres García. También aparece en la obra de Pituca: Hacia el futuro, preguntas políticamente incorrectas por España, junto a otras 111 personalidades que respondieron a un cuestionario. Destacar igualmente el documental El último Soldado, donde también se recogen sus impresiones. Caballero de la Real y Militar Orden de San Fernando, estuvo casado con María Pilar Fernández Relanzón, y tuvieron cuatro hijos: Ángel, Pilar, Miguel Eugenio y José María. Falleció en Madrid, el día 10 de mayo de 2005. Cerró sus ojos definitivamente para ser recibido por el Creador ya que, como en las palabras que dedicó a su camarada José Martín Ventaja: “el infierno no puede repetirse dos veces, y ellos ya estuvieron una”.