Fernando Monguió Becher, Falangista sobreviviente a su fusilamiento en la Cárcel Modelo

 
PPG
 
 
Fernando Monguió Becher nació el 5 de enero, víspera de Reyes de 1919, en Madrid, de padre catalán y de madre austriaca, Agnes Becher Seite. Pasó su infancia en Waltersdorf an der March, ciudad de la región de Niederösterreich, junto a la frontera de Eslovaquia. Tras realizar sus estudios primarios en aquel país, regresó a España en 1927. Matriculado en el Colegio Alemán de Madrid, se examinó del Bachillerato alemán en Ciencias, y poco después del Bachillerato español por completo, comenzando de inmediato sus prácticas en el Dresnerbank primero, y en el Banco Germánico de la América del Sur, después. 
 
   Tras su afiliación al grupo del Doctor José María Albiñana, tomó contacto con el entorno de José Antonio, acudiendo al acto fundacional de Falange Española, en Teatro de la Comedia, el 29 de octubre de 1933, donde formó parte de la guardia de vigilancia durante el acto. A partir de este momento su vida quedó unida a la Falange. Camisa Vieja de la Falange y Miembro de la Vieja Guardia.
 
   En 1934 fue nombrado Jefe de la 3ª Falange de la 3ª Centuria de FE de las JONS y, en octubre de este mismo año, fue elegido Presidente del Sindicato de Empleados de Oficinas. Por su actividad electoral fue encarcelado cinco días en la Cárcel Modelo de Madrid. En noviembre de aquel mismo 1934 comenzó las clases en la Universidad Central de Madrid, en la que estudió la Carrera de Derecho, siendo nombrado Delegado del primer curso por el Sindicato Español Universitario, SEU. Era apodado, despectivamente, “el inglesito” por los marxistas.
 
   Durante las elecciones de 1936 fue enviado junto a algunos camaradas para realizar labores electorales, en el mes de abril, siendo detenido en Tarancón, Cuenca. Salió de la cárcel e intervino en diferentes enfrentamientos contra los rojos. El 22 de mayo fue detenido de nuevo e ingresado en la Cárcel Modelo. El 22 de agosto de 1936, los milicianos entraron en la Modelo tras provocar un incendio, produciéndose la primera “saca”. Comenzó con un ametrallamiento desde el exterior para, una vez dentro, asesinar en los sótanos a muchos destacados militares y falangistas, como Julio Ruiz de Alda y Fernando Primo de Rivera, organizando después varios fusilamientos colectivos. Fernando Monguió fue llevado junto a otros presos políticos al paredón de fusilamiento. Sin juicio previo, cayeron por Dios y por España aquellos jóvenes sin ver cumplidos sus sueños.
 
   A Fernando Monguió Becher le descerrajaron siete disparos en brazos y piernas, cayendo sobre el suyo otros cuerpos sin vida. Tras unos momentos de incertidumbre, se hizo pasar por muerto, sonriéndole la fortuna en los tiros de gracia, al encasquillarse la pistola al miliciano, no disparando a Fernando, al que creyó muerto. Entre cadáveres pasó varias horas hasta que su amigo Fernando Reyes Morales, que salió de la Modelo como súbdito mexicano, buscó a su madre, quien consiguió para su hijo un pasaporte austriaco y lo pudo sacar gravemente herido. A hombros lo llevó otro buen amigo, Ruíz de las Heras a tiempo de que un médico lo atendiera de sus heridas en la Embajada de Austria.
 
   Fernando, comenzó un largo periplo para, finalmente, dirigirse a Burgos, Zona Nacional. En la ciudad castellana se enroló en la Centuria de Madrid de la II Bandera de la Falange de Castilla, mandada por Fernández-Silvestre y Duarte. Desde allí, partió al Frente de Madrid. En noviembre de 1936 ya estaba en el Frente de Retamares y, pocos días después, le dieron un tiro en el muslo derecho y le fue concedida la Medalla Militar Individual por la defensa de la posición denominada “La Casilla de la Muerte”. Las últimas heridas las recibió en Teruel.
 
   El Director de Cine José Luis Sáenz de Heredia era amigo del “fusilado” y hay fundadas sospechas de que él, como Director de la película Raza, y el guionista, Franco, se inspiraron en este caso. Son conocidos los múltiples intentos de rescatar a José Antonio. Desde los canjes de reos, a los intentos de introducir comandos en Alicante. Todos fracasaron.
 
   De todas estas acciones, Monguió estuvo presente en los intentos de la diplomacia alemana de buscar una solución no violenta, intentos llevados a cabo por el Cónsul alemán Joaquim Von Knobloch, quien llevó a cabo varios posibles rescates del Jefe Nacional, sin éxito. Después de los sucesos de Salamanca, donde apoyó a Manuel Hedilla, se enroló en el Ejército como Alférez Provisional. Intervino en muchas acciones y fue ascendido a Teniente Provisional por Méritos de Guerra. Por fin vio acabar la Cruzada. Había sido fusilado una vez y herido en varias ocasiones. Había prestado Servicios en vanguardia y retaguardia, intentó salvar a José Antonio en Alicante, siendo testigo además de los sucesos de abril de 1937 en Salamanca. Fue Jefe de Centuria, Alférez Provisional..
 
   Por todas sus hazañas, sufrimientos y acciones fue condecorado con la Medalla de Sufrimientos por la Patria, Medalla del Mérito Militar, Medalla de Campaña 1936-1939, Cruz Roja del Mérito Militar y Cruz de Guerra, además de la Medalla de la Vieja Guardia de la Falange con Cinta del Yugo y las Flechas y Pasador de dos Flechas Blancas. En la paz, ejerció de Abogado y de Procurador de los Tribunales, formó parte de la Cofradía Nobiliaria de Zamora “Real y muy Antigua e Ilustre Cofradía de Caballeros de San Ildefonso y San Atilano”.
 
   Estudioso incansable, se diplomó por el “Instituto Salazar y Castro” del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria en 1971, siendo al año siguiente nombrado Académico Correspondiente de la Academia de San Romualdo de Ciencias y Letras de San Fernando.
 
   En 1973 fue apadrinado como nuevo Caballero de la Orden Hospitalaria de San Juan Bautista, por Julio Vecino, en el Templo Oratorio de San Felipe Neri, de Cádiz. Columnista de La Voz de la Bahía, hasta que este periódico dejó de existir, cultivó su faceta investigadora sobre temas de Historia local, Genealogía y Heráldica. 
 
   Perteneció al Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas desde 1984, y realizó numerosas pinturas sobre diversos temas, así como multitud de maquetas de barcos. En 1972 y 1984 publicó en la revista Hidalguía un extenso expediente de nobleza, obtenido del archivo portuense, y en 1974 en esmerado estudio de la familia navarra, afincada en El Puerto, de los Vizarrón. En 17 de marzo de 1986 fue elegido por votación Vicepresidente del Centro de Estudios Jerezanos y, al año siguiente, se jubiló dedicándose a viajar y escribir en Hidalguía, la revista genealógica del Instituto Salazar y Castro del CSIC. Vivió el final de su vida de manera tranquila, rodeado de sus nueve hijos y sus nietos. Falleció en su casa de El Puerto de Santa María, Cádiz, el día 29 de octubre de 1995, aniversario de la fundación de Falange Española.