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Moisés Domínguez Nuñez
La fotografía que encabeza estas líneas se ha venido relacionando con la ocupación de tierras extremeñas en la primavera de 1936.
Incluso ha sido utilizada, con mucha profusión, por personas y colectivos de izquierdas de Extremadura, para reivindicar en tono propagandístico aquel 25 de Marzo de 1936 [1]. Sin embargo, en honor a la verdad, habrá que decir, que esta simbólica imagen, realizada por el fotógrafo David Seymour, no fue cazada en Extremadura.
Es necesario, por ello, localizar exactamente el lugar donde fue tomada para despejar dudas y aclarar cuestiones hasta ahora desconocidas.
En primer lugar, hay que decir que durante la primavera de 1936 llegan a España el periodista galo Georges Soria y su fotógrafo David Seymour, conocido como Chim. Tenían como misión hacer una serie de reportajes, en el poniente español, sobre la aplicación de la reforma agraria. Para ello, se desplazaron a las provincias de Toledo, Cáceres, Badajoz y Sevilla. Sus reportajes salieron publicados en mayo y junio de 1936 en Regards, revista gráfica creada por el partido comunista francés en 1932. El texto, escrito por Soria, iba acompañado de imágenes, que aún hoy perduran en nuestra retina, como aquella de una mujer amamantando a su hijo en un mitin en un pueblo de Badajoz y es una prueba más de la naturaleza prerrevolucionaria y sovietizante de la última fase de la “reforma agraria” republicana.
La imagen que hoy traemos a colación no salió publicada en dicha revista francesa y, sin embargo, se relaciona con el trabajo gráfico realizado por Chim en España. Imágenes similares a de los yunteros montados sobre sus mulas salieron publicadas en varios medios de comunicación franceses procedentes de los negativos del fotógrafo. Una de esas imágenes que sale en Regards es muy parecida a la que comentamos, solo que está tomada desde otra perspectiva más lejana.
¿Dónde se localiza esta imagen?
Sorprende que hasta la fecha ningún historiador haya localizado el lugar. En el reportaje titulado “La Reforma Agraria está en Marcha” que salió publicado en Regards, el 11 de Junio de 1936, en las páginas 12 y 13, se dan varias pistas: en primer lugar, se menciona que la comunidad que visitan los reporteros está a una hora de Toledo, en otra parte se dan una cifras sobre el asentamiento de 115 familias en una dehesa denominada El Bercial, por último se cita un pueblo denominado Alcolea.
Hay en España varios pueblos con la denominación de Alcolea: de Cinca, del Pinar, del Rio, de Calatrava, del Tajo. Hice las comprobaciones oportunas y el único que concordaba con los datos aportados por Georges Soria era Alcolea de Tajo, la árabe Al-qulaya, que se encuentra en la margen derecha del río Tajo, a poco más de 100 kilómetros de Toledo y que linda al este con la provincia de Cáceres. En 1936 tenía aproximadamente 750 habitantes, en su mayoría dedicados a las labores del campo.
El reportero francés menciona que un funcionario del Instituto de Reforma Agraria visita una pequeña explotación en Toledo. Efectivamente por aquellas fechas un Ingeniero Agrónomo visitó Alcolea para mostrar a unos periodistas, las bondades de la ocupación de las fincas el Gitanillo, los Jarillos y el Bercial. Todas ellas fueron declaradas de utilidad social. El 29 de Abril de 1936 el Sr. Madariaga en el congreso también hizo mención a la aplicación de la Reforma agraria en el pueblo de Alcolea del Tajo. María Zambrano y Luis Cernuda visitaron este pueblo toledano dentro del proyecto de las Misiones Pedagógicas de la II República.
Es decir, este pueblo estaba comprometido con la Reforma Agraria y, a partir de Febrero de 1936, había sido totalmente identificado por el Frente Popular con su causa. Apuntemos que en 1931 unos propietarios dispararon contra unos obreros en un mitin socialista y al iniciarse la Guerra Civil el Sacerdote Antonio Obeo, tuvo que refugiarse en la Finca el Bercial tras ser hostigado por comité revolucionario y finalmente asesinado. Por cierto que no eran las izquierdas las únicas preocupadas por la cuestión agraria en Alcolea. como leemos en el enlace citado acerca de este sacerdote:
Implicado en la defensa de los intereses de sus feligreses, meses antes de su muerte, el 10 de septiembre de 1935, escribe en “El Castellano” un artículo titulado “El trigo sin política o sobre la política”. En él comienza recordando que: “En los días 12 de julio y 21 de agosto de 1931, tuve el honor de que El Castellano, de Toledo, me insertara sendas crónicas, como “Opiniones de los pueblos toledanos”, una sobre “Las soluciones más convenientes al problema agrario” y otra sobre “La parcelación en orden a la propiedad”. Dedicaba dichas crónicas a los diputados por Toledo, sin distinción de matices políticos, como fruto de un humilde e imparcial criterio, que mereció las alabanzas de muchos y el respeto de todos, tal vez por estar inspiradas en las normas paternales de Su Santidad Pío XI, a cuyo sometimiento invita a gobernantes y gobernados, mediante un cambio, si fuera necesario, en el corazón y las costumbres…”
La doctrina que, en los tres artículos referidos, ofrece el Siervo de Dios se puede leer aquí.
Es curioso que cuando en muchos lugares se critica a los curas porque se dice que estaban junto a los explotadores y, alejados del pueblo, nuestro don Antonio termina su extenso artículo del 10 de septiembre de 1935 afirmando: “Así, pues, los que por nuestra profesión estamos en íntimo contacto con el humilde pueblo de los campos, y percibimos los latidos del corazón en la vida de los labradores de la tierra, de esta tierra, madre de la humanidad en todos sus aspectos, no podemos menos de observar sus lamentos ante el abandono de que se creen víctimas cuando los poderes públicos no les amparan en sus derechos, o no encuentran remedio oportunamente a sus necesidades; y nos damos cuenta con honda tristeza de cómo se va atrofiando esa arteria tan indispensable a la vida social”.
Como anécdota anotamos que en la década de los cincuenta el Instituto Nacional de Colonización crea una población con colonos de regadío de las vegas del río Tajo en El Bercial.
Para comprobar definitivamente que se trababa de Alcolea del Tajo cotejé los datos del asentamiento de esas 115 familias en la dehesa El Bercial y la prensa de la época. En la revista Ahora aparecía la siguiente noticia:
“Conceder los siguientes anticipos, sin intereses, para los asentamientos de las fincas…siguientes… En Alcolea del Tajo 640.000 (pesetas) para 115 familias de El Bercial”.
No cabía duda que las cifras eran las mismas que se expresaban en la revista Regards.
Por último, en una de la imágenes de ve un edificio que he identificado como la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Alcolea del Tajo.
En definitiva, creo haber aclarado donde se cazó, realmente, esta instantánea icónica de la ocupación de fincas en la primavera del treinta y seis. A pesar de los denuedos de los historiadores extremeños por situarla en Extremadura, y de su nula preocupación por ubicarla correctamente, que corresponde, sin lugar a dudas, a Alcolea del Tajo (Toledo) y a las instituciones y organismos culturales de Castilla-La Mancha reivindicarla y ponerla en valor.
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[1] Para el fondo histórico de estos sucesos, cfr. el trabajo titulado “Revolución en Badajoz: los asaltos de fincas rústicas en la madrugada del 25 de marzo de 1936”, aparecido en el libro editado por Historia en Libertad: “Extremadura: de la República a la España de Franco”
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