Joaquín Arnau
El 20 de noviembre de 1936 es una fecha histórica para todos los patriotas españoles. José Antonio Primo de Rivera caía fusilado por Dios y por España, gritando ¡ARRIBA ESPAÑA!, en el patio nº 5 de la cárcel de Alicante, ante un pelotón de ocho anarquistas, comandado por Guillermo Toscano Rodríguez. Con él cayeron los requetés Vicente Muñoz Navarro y Luis López López, y a los falangistas Ezequiel Mira Iniesta y Luis Segura Baus.
Pero poca gente conoce que, en esa misma fecha, otro protagonista de la Guerra Civil, el líder anarquista Buenaventura Durruti, caía muerto en Madrid, en las cercanías del Hospital Clínico, tras recibir un disparo, parece ser que accidental, salido del “naranjero” de su guardaespaldas, aunque la propaganda frentepopulista manipulase el incidente para enardecer a sus tropas, asegurando que fue la bala de un “francotirador fascista” la que acabó con él. Pues bien, menos gente aún sabe que este anarquista tuvo un hermano falangista.
Simone Weil, anarquista de la Columna Durruti, contaba que en una escaramuza capturaron a un chico de 15 años del bando Nacional:
«Lo registraron; se le encontró una medalla de la Virgen y un carné de Falange. Lo enviaron ante Durruti, quien le dio a elegir entre morir o incorporarse a las filas de quienes le habían capturado. Le dio un plazo de 24 horas para reflexionar. El muchacho dijo que no y fue fusilado…»
¿Hubiese actuado igual el asesino líder anarquista si el capturado hubiera sido el militante de Falange Española de las JONS Marciano Pedro Durruti Domingo?
Marciano Pedro Durruti era 15 años menor que Buenaventura y el último de sus siete hermanos. Ingresó en FE de las JONS en febrero de 1936, avalado por el propio José Antonio, quedando afiliado con el carnet nº 1501 y llevando una camisa azul mahón bordada por su hermana Rosa con el yugo y las flechas. Trató de acercar posturas entre José Antonio y su hermano Buenaventura por indicación del primero, para proponerle un modelo italiano a la Mussolini, lo que por poco le cuesta la vida, ya que Buenaventura casi lo estrangula al recibir la propuesta.
Marciano fue detenido e ingresado en la cárcel Modelo de Madrid, de donde salió gracias a las gestiones de su madre, Anastasia, entre Manuel Azaña y Ángel Pestaña, ya que su hermano no hizo nada por ayudarle a salir de prisión. Una vez en libertad se pasó de nuevo a zona Nacional, en León, y allí fue donde recibió el carnet antes mencionado, el 1 de abril de 1936.
En el diario anarquista Claridad se pudo leer la siguiente nota:
«En cuanto a la detención de un tal Marcelo [sic] Durruti en compañía de un pistolero a sueldo del fascio llamado Moldes hemos de decir que, aunque él se llama anarquista no es tal, pues los informes que de él tenemos son pésimos, y no hay más sino que nuestro querido compañero Buenaventura Durruti tiene la desgracia de ser hermano suyo, y este sinvergüenza trata de explotar el nombre limpio de su hermano, olvidando que éste le tuvo que echar de su lado».
Marciano Pedro trató de atraerse a antiguos anarquistas a las filas de la Falange, lo que influyó para que Lucio Manga, alcalde de Armunia, le denunciara y fuera detenido el 13 de abril de 1937 en compañía de Sinforiano Moldes, antiguo cenetista y ahora falangista. De nuevo fue encarcelado e incurso en la causa 405/37 acusado formalmente de adhesión a la rebelión, por la sospecha de haber entregado a las autoridades republicanas archivos de las JONS madrileñas que él custodiaba, lo que acarreó que muchos falangistas fueran encarcelados y fusilados posteriormente.
Estos hechos y la circunstancia de su anterior pertenencia al anarquismo fueron elementos clave en su condena a muerte bajo las acusaciones de incitación a la rebelión y traición. La sentencia se llevó a cabo en el campo de tiro de El Ferral de Bernesga, León, a las 18:30 horas del 22 de agosto de 1937 por un pelotón de fusilamiento falangista.