María Fernández
Diario Crítico
40 años después del fallecimiento del dictador Francisco Franco, su ‘espíritu’ sigue vivo en su último gran bastión: la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF). Su vicepresidente ejecutivo, Jaime Alonso, explicó a Diariocrítico que la ‘misión’ de esta organización no es otra que la de “preservar la Historia y la memoria de los hechos ocurridos durante el ejercicio de poder del régimen de Franco”. La ley de Memoria Histórica, la polémica por la retirada del monolito al Alférez Provisional por parte del Ayuntamiento de Madrid, la irrupción de nuevos partidos políticos, la compleja situación resultante de las elecciones del 20-D o el ‘voto franquista’, son algunos de los temas sobre los que este digital ha charlado con Jaime Alonso.-
Pregunta: ¿Por qué cree que en países como Italia o Alemania no existen fundaciones similares, dedicadas a “preservar la memoria” de un dictador?
Respuesta: En Italia, creo que se va a hacer un monolito y un museo en honor a Benito Mussolini, que lo va a financiar el gobierno italiano con 2,5 millones de euros, según he leído. En cualquier caso, hay tres razones poderosas: tanto en Francia como Alemania como Italia, los derrotados en la Segunda Guerra Mundial aún penan su derrota, y por lo tanto, están proscritos en todos los órdenes. En España es todo lo contrario, Franco ganó la Guerra Civil, ganó al bloqueo internacional, que no consiguió que el pueblo se rebelara en su contra, porque se sentía bien mandado, y cuando murió Franco, España era la 8ª potencia del mundo, equiparable en todos los órdenes a Europa, tanto en lo social como en lo económico. Por lo tanto, no era comparable Franco a Mussolini o a Hitler, ni en su concepción ideológica ni en la praxis de su actividad política.
P: La ‘sombra’ de Franco, como la del ciprés, es alargada, y por ello, algunos se siguen ‘preguntando’… ¿qué diría o haría Franco si levantara la cabeza?
R: Pues como hizo durante la II República, estar enormemente preocupado por la situación económica de España, estar aún más preocupado por la deriva separatista y por la posible desintegración de España. Él no tendría duda de que le amparaba la Constitución a la hora de intervenir, pero esperaría a que el poder político diera la orden de mando para acabar con la sedición separatista. En lo político, me imagino que, como buen pragmático, estaría buscando las opciones para evitar que España cayera en el comunismo, otra vez, o en el populismo bolivariano, y en la desintegración como nación unitaria.
P: ¿Cree que la solución a los problemas de España pasaría por la reinstauración del régimen franquista?
R: No es posible, nunca ha sido posible porque la historia no se repite. Franco es irrepetible, y lo ocurrido en aquella época espero que también sea irrepetible por nosotros y nuestros hijos, y porque si se repite la historia, suele ser como farsa. Lo que sí es cierto que es que Franco solucionó muchísimos problemas muy graves. La democracia tiene que pilotar sobre dos vectores: el primero, que lo esencial no sea cuestionable. El pueblo, al votar, tiene que conocer cuáles son las mejores opciones, y para eso necesita una formación de la que, probablemente, ahora mismo carece. El segundo vector se refiere a la homogeneización económica, en definitiva, que no haya un desequilibrio social y económico notable como pasa ahora. Todo eso lo evitó Franco y fue uno de sus logros más importantes. Esa justicia social y el régimen interesado en el bien común y en los intereses de todos los españoles, es lo que se echa hoy en falta. Podría hacerse con los partidos políticos siempre que ninguno negara la unidad de España como pilar esencial, y la justicia social y el bien común como otro de los objetivos fundamentales.
P: Hay movimientos e incluso partidos políticos, como Izquierda Unida, que reclaman la ilegalización de la FNFF.
R: No me sorprende, lo llevan en el ADN. Ellos tienen una concepción del hombre, de la sociedad y del Estado que, aunque ha fracaso en el siglo XX de manera estrepitosa, aunque todos los países que han salido del comunismo han salido de la tiranía, de la pobreza y de la indigencia intelectual, moral y humana, ellos siguen empeñados en esa falaz utopía. Como la democracia les viene muy bien porque en el año 78 se les legaliza como demócratas, ellos utilizan esa democracia para acabar con todo lo que consideran rival, y además rival invencible, y que puede dejar sin sustrato toda su falacia. A mí no me extraña, creo que es un signo muy preocupante de los tiempos que corren, personas que se dicen liberales o que usan la democracia para volvernos al peor de los totalitarismos.
P: La polémica envolvió al Ayuntamiento de Madrid cuando decidió retirar, en base a la Ley de Memoria Histórica, el monolito del Alférez Provisional, que finalmente será repuesto. ¿Cómo interpreta la marcha atrás del ayuntamiento?
R: Pues la interpretación no puede ser más que una: sencillamente la barbarie de la Ley de Memoria Histórica tuvo que ceder frente a la razón del Derecho. Cuando me enteré de que intentaban retirar el monolito, solicité una entrevista con la señora (Celia) Mayer, y ni me contestó, lo que denota ya un ‘talante’ importante. A continuación, hice un requerimiento para que la repusieran al término de 10 días, y además presenté una querella porque creo que han incurrido en dos delitos evidentes y flagrantes: uno de ellos contra el patrimonio, porque está en el eje de especial protección histórico cultural Prado-Recoletos y otro, de prevaricación, porque no se siguieron los trámites que procedimentalmente exigen para toda acción administrativa. A estos señores eso les importa un bledo, lo único que sirve para este tipo de falsos demócratas es su voluntarismo, su afán de revancha y su odio iconoclasta. En realidad, debería protegerse todo Madrid y toda España de estos bárbaros. El PP tuvo 4 años para derogar la Ley de Memoria Histórica, no lo hizo, y ahora pues pagará ‘él’ y todos los demás, sus consecuencias. En definitiva, lo único que han hecho ha sido rectificar, que sería de sabios siempre que estos señores se dieran cuenta de que en la rectificación está el error, pero seguirán empecinados en la Ley de Memoria Histórica, en borrar la historia, imponer el totalitarismo de su versión de la historia, y en llevarnos a confrontaciones que para todos son indeseadas e indeseables.
P: En cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica se han llevado a cabo las primeras exhumaciones de cadáveres de las fosas comunes. ¿Entiende el dolor de aquellos que no pueden exhumar y dar un entierro digno a las víctimas de los crímenes del franquismo?
R: No sólo lo entiendo, sino que para eso no hace falta establecer una Ley de Memoria Histórica. En los distintos gobiernos de la democracia se intentó reparar las injusticias que pudieran haberse ocasionado, y de hecho, prácticamente están reparadas todas. Los del Bando nacional, porque creen que las reparó en su día Franco, cosa que no es cierta porque es irreparable la vida de una persona, y en sentido contrario, se intentaron reparar equiparando a los que lucharon en uno y otro bando, dándoles la Seguridad Social que no tenían porque habían estado fuera, y un largo etcétera, que viene desde el año 82 o 79. El problema es que aquí se trata de una ley ideológica, un intento capital y básico de la izquierda para deslegitimar a todo lo que ellos consideran su enemigo vital o ideológico. No tendría sentido, 40 años después de morir Franco, que se pretendiera mediante ley, imponer un criterio y borrar de todas las calles y plazas todo hecho diferenciador y objetivable de la Guerra Civil. Deslegitimando a Franco, deslegitimas todo lo que consigue y proyecta tras su muerte, que es la Transición política, la monarquía y la derecha. La mitad, o una parte importante de la izquierda, desciende de padres de origen franquista, pero ellos, digamos que se han redimido al jugar a la misma política de corrección y lucha contra Franco. Como, además, Franco no se puede defender y los que vivieron aquella época no le pueden defender porque también han muerto, los que quedan son los hijos, que desde su infancia no oyen más que ‘Franco era malo, perverso’, que era una época oscura, que la pobreza y miseria habían presidido los 40 años de régimen. Esto es una historia falsa, pero que ha calado en la sociedad, y todos los medios de comunicación lo asumen como algo propio, como en su día en Alemania se asumía que los judíos eran los culpables de todo, aquí, Franco y los franquistas somos los culpables de todo lo que ocurra en España, incluyendo algún accidente de tráfico.
P: ¿Cómo analiza la situación política originada tras las elecciones del 20-D?
R: Es consecuencia de la ‘partitocracia’ que se ha instalado en España, consecuencia de que los partidos turnantes en el poder han hecho dejación de funciones y no han aplicado la Constitución, consecuencia de que han ido acomodando la Justicia a su conveniencia y por tanto la corrupción campaba por sus respetos, y consecuencia de que esa descomposición y esa degeneración en lo esencial y en lo occidental, ha llevado a que el pueblo español sea un descreído de este sistema. Ello encierra, en mi opinión, una notable y delicada situación dada la idiosincrasia del pueblo español, y es la radicalización. Creemos que la solución son las fórmulas mágicas, y no existen las fórmulas mágicas, lo que existe es la regeneración del sistema, el problema es que España desde 1808 estuvo regenerándose con distintos regímenes, y hasta que no llega Francisco Franco no se regenera de verdad. Creo que los partidos deberían tomar ejemplo de cómo funcionan los partidos en EEUU para saber que la unidad no se cuestiona, que la Constitución se puede mejorar y adaptar a las circunstancias, por ejemplo, la ley electoral o las autonomías, pero que respete lo esencial: la iniciativa privada, la libertad de ejercicio de las distintas opciones políticas, la libertad de expresión, los derechos esenciales y básicos del niño, etc., son cuestiones que afectan no sólo a la moral individual y colectiva, sino también, de manera esencial, a la política del bien común.
P: Desde la fundación se descarta impulsar un partido político que defienda los intereses de quienes se identifican con esta ideología. Entonces, ¿a quién votan los franquistas?
R: Franco fue muy plural y muy variado, entonces la ideología franquista va desde el ideal ‘joseantoniano’, pasando por la tradición secular de la Iglesia, por lo que no tuvo un formato uniforme, no fue una ideología homogénea. No tenía nada que ver con el fascismo o con el nacionalsocialismo, tenía notables diferencias que le hicieron singular y que hicieron que, evidentemente, al morir Franco, no pudiera perdurar el franquismo. Hoy, la ideología franquista como tal, estará dispersa en grupos, más o menos heterogéneos, y con mayor o menor grado de cooperación entre ellos. Existe un sustrato, una clase media, que puede comparar y decir: ‘vivíamos mejor con Franco que como vivimos hoy’. No sé lo que votan porque nosotros no orientamos el voto, pero habrá gente que se decante por el voto útil, que votará sistemáticamente al PP, otros que votarán a alternativas más ideologizadas o ideales como Vox o AES, y habrá otros sectores, más identificados con la Falange, que voten a alguna de las falanges.
P: ¿Qué la parece la irrupción y el cambio en la política provocado por los nuevos partidos?
R: Ciudadanos parece bienintencionado, el problema es que una cosa es predicar y otra cosa es dar trigo. Una cosa es formular acertadamente lo que conviene a España, y otra cosa es llevarlo a cabo, por lo tanto, eso mismo se puede hacer exactamente igual desde el PP, por lo que su unión es natural, salvando una serie de distancias de edad y otras circunstancias. Podemos es una irrupción que ya viene de Hispanoamérica y que es sencillamente nefasta y espero que no triunfe. Será nefasta como ha sido en las sociedades en las que se ha implantado. Podemos no tiene un sustrato fijo, no tiene una ideología, tiene una praxis que es leninista, y una manera de captar la voluntad de la sociedad, de la gente joven, de personas que generalmente no tienen una buena formación ideológica, histórica y de teoría política y de derecho constitucional, pero que sí son fácilmente susceptibles en lo emotivo. A esa inteligencia emocional llegan estos señores con eslóganes, frases y una dialéctica determinada en los medios de comunicación, y les resulta fácil, igual le resultó fácil al flautista de Hamelín llevar a los ratoncitos a su final infeliz de ser ahogados.
P: Entonces, según usted, los votantes de Podemos son, cuanto menos, poco inteligentes.
R: Más que poco inteligentes, poco reflexivos. Una persona puede ser muy inteligente y tener unos notables conocimientos de todo, pero con muy escasa profundidad. El criterio es el conocimiento profundo de los hechos, las circunstancias y el análisis de éstos. Hoy no se analiza nada y se somete al pueblo a un bombardeo incesante de clichés establecidos, y que saben cómo llegar a la voluntad y al corazón. Alguien muy inteligente puede equivocarse y equivocar a las personas.
P: El historiador Ángel Viñas, en su obra ‘La otra cara del caudillo’, afirma que Franco no sólo era corrupto sino corruptor.
R: Eso es una visión de Viñas, nada de lo que ha hecho Viñas es histórico, ni él es historiador. El libro es un libelo más, que circula para mayor gloria de lo políticamente correcto y de los que quieren incidir en que todos los males actuales son culpa de Franco. Es una demagogia tan absurda y tan barata el decir a estas alturas que Franco era corrupto, es un despropósito y una barbaridad que no tiene más soporte que su elucubración mental. Esa paranoia que tiene Viñas desde el tardofranquismo, va en contra de las personas que le rodean, que todos le consideran ya un perturbado de la historia, y que no es creíble, por lo que no creo que ese libelo tenga ningún recorrido. Desgraciadamente, yo lo he tenido que leer para poder censurarlo, y es una fabulación sobre una base falsa. La garantía en España era Franco, y fue tan garantía que hasta tuvo que pagar las deudas de la República, recuperar el espolio del Museo del Prado y sencillamente, eso demuestra, una vez más, el grado de indignidad y de falsedad de los planteamientos. Decir que el hombre menos corrupto que ha conocido la Historia de España desde los Reyes Católicos, resulta que se corrompió y era corrupto, produce más bien sonrojo y sonrisa.
P: ¿Qué le parece que la causa judicial contra los crímenes del franquismo se haya abierto en Argentina y no en nuestro país?
R: Todavía la justicia española es seria, todavía sabe cuándo tiene que abrir una causa y cuándo es absurdo. Esto, como la ley de Memoria Histórica, forma parte de la política de enfrentamiento de la izquierda, que como no tiene futuro, porque es difícil que haga un planteamiento aceptable de futuro, pues lo que tiene es que remover el pasado, en base a un discurso falso, tendencioso y contrastablemente contrario a la verdad. Aquí hay un Estado de derecho, ya lo intentó (Baltasar) Garzón, y le costó ser apartado por prevaricador, que lo era evidentemente, en eso y en muchísimas más actuaciones, y porque la justicia española no sólo sabe que no existe ese delito, que no existió, y porque habría prescrito, suponiendo que existieran esos crímenes, que no forman parte más que de la fabulación de la izquierda y la propaganda. Tienen que recurrir a un país que está o estaba bajo su dominio, porque imagino que Macri no seguirá la misma política anterior de Kirchner. La señora Servini, que ya estaba jubilada y que no tenía ya ni oficio ni beneficio dentro de la judicatura, ha servido de altavoz para estas personas que están, no en la solución de los problemas, sino en crear problemas nuevos, y en que su odio se plasme hasta de forma internacional.
P: ¿No hubo ningún aspecto negativo o error en el régimen de Franco?
R: Toda obra humana tiene errores, toda acción de gobierno tiene innumerables equívocos, y a veces se comenten injusticias con las personas, pero en general, fue un régimen enorme y así se reconocerá. Con Franco llevamos 40 años y todavía parece que es el proscrito de la historia y que no se puede hablar de Franco. Yo quiero decir que Franco triunfará también la historia porque, en general, todo lo que hizo fue la solución a todos los problemas que tuvo España en aquella época. El pueblo español siguió al pie de la letra sus dictados, creó un Estado de derecho, ‘base’ del estado actual. Desde el punto de vista jurídico y técnico, le diría que muy poco hubo que hacer después de la Transición. Creó una clase media, permitió y estableció la propiedad privada, los planes de industrialización y de desarrollo, la Seguridad Social y las magistraturas de trabajo para evitar las contiendas también son obra suya. Errores, claro que cometió errores, y si quiere un chascarrillo, el mayor error de Franco fue morir a los 40 años de gobernar, porque imagínese que hubiera durado otros 30 años más, ahora seríamos la segunda o tercera potencia industrial del mundo, y tendríamos probablemente una democracia desarrollada y consolidada con muy pocos partidos políticos.