Hijos de la División Azul

Juan Chicharro Ortega

General de División de Infantería de Marina (R.)

Blog generaldavila.com

El 13 de julio de 1941 miles de jóvenes españoles partían para el frente oriental en la II GM para luchar contra la barbarie soviética y la tiranía marxista. Nunca contra el pueblo ruso. Aún, hoy, 76 años después su hazaña sigue siendo objeto de polémicas una y otra vez. Lo que debería ser ya objeto de historiadores es motivo de continuas disputas mediáticas debidas las más de las veces a la inquina de quienes no son capaces de reconocer el valor y heroísmo de unos hombres que lucharon y murieron por sus ideales. La diferencia entre unos y otros radica esencialmente en el odio y rencor que muestra una de las partes – la derrotada aquí en España – con la de los descendientes de aquellos hombres que sólo pretendemos honrar la memoria de nuestros padres. Y buena prueba de lo que les digo la pueden encontrar en un acto que todos los años se celebra en Sta. Cruz de la Zarza ( Toledo) donde descendientes de divisionarios honramos a pilotos soviéticos que lucharon en el bando rojo en nuestra guerra civil por la sencilla razón de que lo hicieron con honor.

La pasada semana, el PSOE preguntó al Gobierno en el Congreso de los Diputados por las cifras de militares españoles que lucharon en la División Azul y cuyos restos mortales fueron repatriados en los últimos 15 años. La respuesta es sencilla: han sido repatriados los restos de 29 soldados caídos en Rusia. Si tenemos en cuenta que en los campos de la Rusia Occidental cayeron 4500 españoles no parece de entrada que el esfuerzo de nuestro Ministerio de Defensa haya sido ímprobo. 29 soldados traídos a España por petición expresa de sus familiares.

Vaya por delante que soy de la opinión de que todo esfuerzo para traer españoles a su tierra, caídos donde sea, fueran de la ideología que fueran, merece mi apoyo desde ya.

Y dicho esto, conviene matizar que todo el esfuerzo de búsqueda, identificación y repatriación de los soldados de la División Azul ha sido, y es, el trabajo de unos hijos de divisionarios que de forma totalmente altruista llevan años dedicados a esta tarea. Al pan, pan y al vino, vino. Españoles que constituyen la “Asociación de desaparecidos en Rusia” también conocida como INDORTES.

A Rusia fueron a luchar españoles por una España mejor y libre de las garras del marxismo; una ideología ya derrotada por el curso de los acontecimientos en nuestro mundo pero que hoy aparece de nuevo aquí en España con las mismas intenciones que hace casi un siglo. La irrupción de estas corrientes marxistas que nos quieren llevar a un sistema bolivariano o castrista ha despertado de nuevo la alerta en muchos españoles y, SÍ, también en los hijos y nietos de los que a Rusia fueron a luchar.

La Hermandad de la División Azul y el Foro de Amigos de la División Azul, así como otras organizaciones que existen a lo largo de nuestra geografía, no vamos a consentir que se ensucie la historia ni el honor de nuestros padres. Lo que contemplábamos desde la perspectiva de la historia nos empuja a una defensa más activa, siempre desde la sensatez y la legalidad, de los ideales por los que tantos españoles cayeron en combate. Las profanaciones habidas en el último año de la tumba del Capitán General Muñoz-Grandes o la del propio mausoleo de la División Azul son pruebas evidentes de la inquina de grupos antisistema y anti todo.

Hoy cuando observamos cómo se derriban cruces de caídos, se blasfema contra los sentimientos religiosos de la mayoría de nuestro pueblo, se homenajea a etarras asesinos, se impone el chalaneo en la defensa de la unidad de nuestra Patria y cuando emana la corrupción política por doquier, la figura de unos hombres jóvenes que a Rusia fueron a morir acrecienta nuestro respeto por ellos.

Sólo queremos paz y progreso para nuestro pueblo. No queremos más rencillas entre hermanos. Pan, Patria y Justicia. Sólo eso. ¿Tan difícil es de entender?

Y, Sí, soy hijo de la División Azul, heredero moral de quienes protagonizaron una de las hazañas más importantes de nuestra historia.